José Manuel Albares saluda al ministro israelí de Exteriores, Gideon Sa'ar, el pasado 25 de febrero en el Consejo de la UE en Bruselas.

José Manuel Albares saluda al ministro israelí de Exteriores, Gideon Sa'ar, el pasado 25 de febrero en el Consejo de la UE en Bruselas.

Política EXTERIORES

Albares se reunió en Múnich con el ministro de Exteriores israelí para resolver la crisis tras el reconocimiento de Palestina

Fuentes diplomáticas afirman que la bilateral con Sa'ar responde al "serio interés" de ambos países por solventar sus diferencias, aunque no ha habido más gestos que sugieran una "normalización" inminente.

Más información: China y Rusia respaldan el programa nuclear de Irán y piden el fin de las sanciones impuestas por EEUU.

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El Gobierno de España trata de solucionar sus crisis diplomáticas, en medio de un contexto geopolítico muy adverso.

El pasado 21 de febrero José Manuel Albares anunciaba en su cuenta de X una sorpresiva reunión con su homólogo de Argelia, Ahmed Attaf, tras el desplante de un año atrás y después de casi tres años de la ruptura entre ambos países por la crisis del Sáhara.

Pero es aún más llamativo que, una semana antes, el ministro de Exteriores mantuviera una bilateral "discreta" con el nuevo jefe de la diplomacia de Israel, Gideon Sa'ar.

Así lo han confirmado fuentes de ambos ejecutivos a EL ESPAÑOL, tras pasar un mes manteniendo un "perfil bajo" al respecto de este encuentro, celebrado en los márgenes de la Conferencia de seguridad de Múnich.

El Ejecutivo español presume de estar "en la vanguardia de la Alianza Global para la solución de dos Estados" y la conferencia de junio de la Naciones Unidas. Y además, las convulsiones geopolíticas, aceleradas por las decisiones tomadas en la Casa Blanca tras el regreso de Donald Trump, hacen de éste "un momento de tender puentes y reforzar lazos. No de alejarse y confrontar", destacan fuentes diplomáticas.

La crisis entre el Gobierno de Pedro Sánchez y el de Benjamin Netanyahu mantiene a Israel sin embajador en España desde finales del pasado mes de mayo, cuando España reconoció a Palestina como Estado. Desde entonces, la legación diplomática se mantiene bajo el mano del encargado de Negocios, Dan Poraz.

Fuentes diplomáticas afirman que el encuentro entre Albares y Sa'ar responde al "serio interés" de ambos países por solventar sus diferencias, aunque de momento no se ha dado ningún gesto más que invite a pensar en una "normalización" inminente.

Por otro lado, el enfrentamiento diplomático con Argelia también ha dado señales de deshielo. En estas fechas se cumplen tres años desde que el régimen de Mohamed VI filtró una carta del presidente del Gobierno asumiendo como propia la "solución marroquí" para el Sáhara Occidental.

Desde entonces, la posición española respecto a su antigua provincia se alinea con la de que pase a ser una autonomía bajo la soberanía de Rabat.

Argelia es aliada del Frente Polisario y mantiene desde hace décadas campamentos de refugiados con miles de personas exiliadas de su tierra.

Pero este país también significa otras dos cosas en la vecindad sur española. Por un lado, hasta 2022, era el principal suministrador de gas natural de nuestro país; por otro, el enfrentamiento histórico con Marruecos, socio de EEUU, ha favorecido el decantamiento de Argel como aliado de la Rusia de Vladímir Putin y santuario de los mercenarios que desestabilizan la fronteriza región del Sahel.

Es más, ambas crisis, la israelí y la argelina, tienen otro punto de contacto: fuentes diplomáticas señalan que la base naval en el Mediterráneo que ha perdido Moscú con la caída del régimen de Bachar Assad en Siria, la de Tartús, podría ser sustituida por otra en la costa de Argelia, a poco más de 200 kilómetros de la costa de Almería, apuntan varios expertos consultados.

Política "coherente"

El Gobierno de España presume de tener "una política exterior coherente" y, sobre todo, "propia e independiente". Uno de sus pilares principales, tal como se recoge en la Estrategia de Acción Exterior, es "la defensa de la paz y de los derechos humanos". Bajo esa premisa y la de la "coherencia", Sánchez sostiene su apoyo "incondicional" a Ucrania y su "condena sin paliativos" a Israel.

En consecuencia, el Ejecutivo subirá su inversión en Defensa y ha renovado su asistencia económica a Kiev, por un lado. Y por otro, impulsó el reconocimiento del Estado de Palestina de manera conjunta por España, Irlanda y Noruega en mayo de 2024, sólo siete meses después del salvaje atentado terrorista de Hamás en el sur de Israel.

Aquella decisión fue la culminación de una crisis diplomática con Jerusalén, que llamó a consultas a su embajadora en Madrid, Rodica Radian Gordon.

Hace ahora un mes que el mundo cambió. O que fuimos definitivamente conscientes de ello. El discurso de JD Vance, vicepresidente de Estados Unidos, en la Conferencia de Seguridad de Múnich le dejó claro a la Unión Europea que sus sospechas eran ciertas: el nuevo Gobierno de Donald Trump ya no está de nuestro lado.

Como avisado de antemano, Albares ya había cerrado una reunión con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, mientras esto sucedía, tal como informó en primicia EL ESPAÑOL. Ahora, se ha sabido que en esa misma ronda de encuentros, el jefe de la diplomacia española también tuvo una bilateral con Sa'ar, su homólogo israelí.

Jerusalén no quiere oír hablar de momento de una conferencia de paz. Pero España estaría dispuesta a aprovechar su "indudable" buena entrada en el mundo árabe para impulsarla, e incluso alojarla si se le pide.

Los movimientos geopolíticos de EEUU, impulsando guerras comerciales a través de aranceles y alineándose más con las posiciones rusas que con la defensa de la integridad y soberanía de Ucrania, han impulsado la reacción de la UE. Por un lado, acelerando su rearme y, por otro, "mirando a nuevos mercados más estables".

La cita con Wang en Múnich, que ya se produjo un año antes en el mismo escenario, debe ser leída en ese contexto.

Ambos ministros abordaron las "excelentes relaciones bilaterales" y temas de comercio, como el sector porcino, y las tensiones comerciales impulsadas por Washington. También hablaron sobre posibles visitas oficiales y cómo reforzar la relación bilateral en todos los ámbitos.

De la bilateral de Albares y Sa'ar, el mismo 14 de febrero en Múnich, no ha trascendido apenas nada de manera oficial. Pero fuentes diplomáticas sugieren un "deshielo" facilitado por el reciente cambio de titular en la diplomacia israelí. El actual ministro es menos beligerante que su antecesor, Israel Katz, hoy al frente del departamento de Defensa.

Cada persona tiene un talante y su carácter "marca una impronta al puesto". El actual titular de Exteriores israelí no usa las redes de la manera tan poco diplomática y agresiva como el anterior, destacan las fuentes.

Por otro lado, ⁠el propio Albares pidió nuevas sanciones para Jerusalén apenas 10 días después, cuando Sa'ar fue invitado a Bruselas para participar en el primer Consejo de Asociación entre la Unión Europea e Israel en muchos años.

Pero Madrid ha hecho llegar a Jerusalén el deseo de una interlocución abierta para participar de un eventual proceso de paz, aprovechando la "interlocución privilegiada con el mundo árabe" de Albares.

España es el país europeo y occidental con "mejor interlocución y mejor percepción en el mundo árabe, con mucha diferencia", tal como destacan fuentes diplomáticas. Las declaraciones y comunicados de líderes árabes y de la propia Liga Árabe, de la Autoidad Nacional Palestina o de Turquía "así lo atestiguan".

En los últimos meses, el ministro español ha logrado una buena acogida, de hecho, con dos eternos enemigos o rivales de Jerusalén. Por un lado, con Irán, potencia desestabilizadora de la región que ha atacado recientemente a Israel con misiles por dos veces, en abril y en septiembre de 2024. Y por otro, con Turquía, Gobierno patrocinador de las milicias islamistas que depusieron a Assad en Siria el pasado diciembre.