
Mapa horizontal del complejo del Valle de los Caídos, donde se llevará a cabo la resignificación.
El Gobierno se inspira en el monumento del Holocausto de Berlín para resignificar con 30M el Valle de los Caídos
El proyecto saldrá a concurso la semana que viene y busca crear un centro de interpretación, museografía y resignificar el paisaje del complejo.
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El Gobierno sigue dando pasos para la resignificación del Valle de los Caídos, renombrado como Cuelgamuros. La semana que viene, Moncloa lanzará un concurso internacional para recibir propuestas y que se ha inspirado en el monumento del Holocausto de Berlín, entre otros, y contará con un presupuesto de 30 millones de euros.
Esta semana se conoció que, el pasado mes de febrero, el Gobierno y el Vaticano pactaron qué intervenciones se pueden hacer en el complejo de Cuelgamuros y qué sucederá con los monjes benedictinos que están ahí. Se trata de un pacto perseguido desde hace tiempo por el Ejecutivo y que era necesario porque el marco jurídico impide tomar decisiones unilaterales en lugares de culto.
Ahora, Moncloa lanzará un concurso para que participen en él equipos de artistas, arquitectos e historiadores para abordar de manera "artística, arquitectónica y paisajística" cómo se puede dotar de un nuevo significado a todo el espacio del Valle de los Caídos.
Según fuentes del Gobierno, se está tomando como inspiración lo que se ha hecho ya en otros lugares del mundo. No sólo el monumento de Berlín, sino también el monumento de la Paz y Justicia de Alabama, el centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá o el museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile.
Todos ellos son lugares en los que se explica la historia a la vez que se mantiene el sentido solemne. Desde Moncloa explican que su objetivo es ser del todo respetuosos, ya que todavía quedan miles de cuerpos de ambos bandos de la Guerra Civil inhumados.
"En este caso, no se hará un nuevo edificio, sino que se buscará un proyecto que aborde de forma integral el paisaje, el arte y la arquitectura", explican las fuentes. Se trata de un proceso muy abierto, a la espera de recibir ideas concretas, pero en Moncloa quieren que el pliego tenga "elementos de gran impacto que nos permita hacer posible esa resignificación".
Así quedará el Valle
¿Y qué se busca exactamente? El proyecto tiene varios encargos. El primero es buscar la resignificación de todo el conjunto monumental en clave artística y paisajística. Es decir, la vista exterior del conjunto. Desde el Gobierno aseguran tajantemente que la cruz del Valle no se tirará y que ese nunca fue su objetivo.
Por otro lado, se buscará crear un centro de interpretación en la plataforma de acceso a la basílica. Este espacio buscará sensibilizar a los visitantes sobre el significado del lugar y su historia y se encontrará en la gran explanada, o debajo de la misma. Un ejemplo sería el Louvre de París, que tiene una pirámide de cristal en la superficie y la entrada al museo debajo.
El proyecto también tendrá que encargarse de la museografía, la planificación de la exposición. Esta se iniciará dentro del centro de interpretación y continuará en el interior de la basílica, aunque no en toda, ya que hay zonas que el Gobierno se ha comprometido con el Vaticano a no tocar.

Plano superior del Valle de Cuelgamuros. La parte sombreada es donde se podrá intervenir en la resignificación.
Según explican desde el Ejecutivo, se seguirá conservando como espacio religioso el altar y las bancadas que hay dentro de la basílica. Además, ese espacio se podrá seguir usando para ceremonias de culto. Sin embargo, otras zonas como la exedra, la nave o la cúpula de la basílica sí podrán sufrir intervenciones, además de obviamente la explanada.
Los monjes benedictinos que se encuentran actualmente ahí también podrán seguir. Quien no podrá continuar será Santiago Cantera, el prior de la abadía, que será sustituido por Alfredo Maroto. También tendrán que abandonar el lugar otros dos religiosos, todos ellos por el empeño del Gobierno que les considera franquistas y no cree que se pueda resignificar el lugar con ellos ahí.
"El Gobierno no tiene nada en contra de los benedictinos. Había unos elementos de la comunidad que hacían inviable una resignificación si permanecían ahí, pero el problema nunca ha sido con la comunidad", comentan desde el Ejecutivo.
Antes de las elecciones
En cuanto a los plazos, el Gobierno publicará el concurso la semana que viene y aquellos que deseen participar tendrán dos meses para presentar sus propuestas. Estas serán evaluadas por un jurado compuesto por distintos representantes del Gobierno y representantes profesionales de los distintos colegios de abogados.
También habrá un representante de la Iglesia, que de momento es la única persona que ha sido designada. El resto de los miembros del jurado, unos diez en total, todavía no tienen nombres y apellidos.
En el concurso se elegirán las diez propuestas "más interesantes" para que se desarrollen en mayor detalle. El ganador se sabrá el próximo mes de septiembre y será premiado con 60.500 euros. Además, habrá otros 60.500 euros que se repartirán entre todos los finalistas.
A partir de ese momento, comenzará la ejecución del proyecto, con el objetivo de tener las licencias en mayo de 2026, y las obras se licitarán a finales de 2026. El proyecto comenzará su construcción antes de las elecciones previstas para 2027 y, según el Gobierno, un proceso electoral o un eventual cambio de Ejecutivo no debería alterar el proceso.
Según explican desde el Gobierno, el presupuesto para la construcción del conjunto monumental será de 26 millones de euros, que parten del Ministerio de Hacienda, y otros 4 millones de euros como honorarios. Los fondos para el premio, en cambio, partirán del Ministerio de Vivienda.