Un presidente interino del TS, un fiscal en funciones, la amnistía: la apertura judicial más anómala
El Rey se encontrará este jueves con una cúpula judicial enojada por su precaria situación y estupefacta con el escenario político.
7 septiembre, 2023 03:08Como cada año, el Rey presidirá este jueves en el Tribunal Supremo la solemne apertura del curso judicial. Pero solo en el rito formal parecerá una ceremonia como las de siempre. Este vez, Felipe VI se encontrará con una cúpula judicial capitidisminuida cuyo malestar soterrado va in crescendo.
El Rey será recibido por el magistrado del Tribunal Supremo que ejerce como presidente en funciones, Francisco Marín, presidente de la Sala Civil. Por primera vez, el jefe del Estado no va a estar acompañado por el presidente titular del alto tribunal. Carlos Lesmes dejó de serlo el 9 de octubre de 2022 tras perder toda esperanza en una inmediata renovación del Consejo General del Poder Judicial y después de haber intentado, con la amenaza de su dimisión, que PSOE y PP llegaran a un acuerdo.
El órgano de gobierno de los jueces sigue, un año más, en prórroga de mandato, una insólita situación en la que lleva desde diciembre de 2018. Al solemne acto de hoy asistirá su segundo presidente en funciones, el vocal del CGPJ Vicente Guilarte. Estará situado en el estrado y no en el sillón apartado en el que fue colocado su antecesor, Rafael Mozo, con ocasión de una toma de posesión en el alto tribunal.
Algunos vocales del CGPJ han discrepado en las últimas horas de que sea Marín, y no Guilarte, el que tome la palabra ante el Rey. La ausencia de un presidente titular del Poder Judicial (que por mandato constitucional lo es, a la vez, del Tribunal Supremo y del CGPJ) ha dado lugar a una bicefalia que provoca situaciones anómalas. Pero el propio Guilarte ha zanjado con rapidez la incipiente controversia: el de hoy es un acto del Tribunal Supremo y el discurso corresponde a su presidente, sea titular o interino.
También está en situación de interinidad el máximo representante de la Fiscalía, Álvaro García. El fiscal general está en funciones, al igual que el Gobierno que le nombró en julio de 2022. Será su primer discurso presencial en la apertura del curso judicial porque, aunque ya elaboró el del año pasado, no pudo leerlo por estar aquejado de Covid.
El discurso
El discurso más esperado es el del presidente en funciones del Tribunal Supremo, Francisco Marín. Se da por seguro que aludirá a la precaria situación de las Salas por las vacantes que no pueden ser cubiertas debido a la ley impulsada por el Gobierno en marzo de 2021 y que impide al CGPJ en funciones realizar nombramientos discrecionales.
La situación es crítica en la Sala de lo Contencioso-Administro -que tiene vacantes 11 de sus 33 plazas- y en la Sala de lo Social, con seis de sus 13 puestos vacantes.
En la Sala Civil hay tres vacantes, una en la Penal y dos en la Militar, que hoy mismo se convertirán en tres por la jubilación de Fernando Pignatelli.
Los reiterados llamamientos de la Sala de Gobierno del alto tribunal han sido ignorados y no hay perspectiva de una inmediata renovación del CGPJ, por lo que la situación solo puede ir a peor salvo la improbable eventualidad de que el Gobierno rectifique o el Tribunal Constitucional anule la reforma en virtud de recursos que tiene metidos en un cajón desde hace dos años.
Magistrados del Tribunal Supremo esperan, no obstante, del discurso de Marín algo más que la reiteración de las quejas o una rutinaria dación de cuenta del lamentable estado de la Justicia. En un momento de extendida perplejidad y malestar en la cúpula judicial por la exigencia de los independentistas catalanes de una amnistía que Pedro Sánchez parece dispuesto a satisfacer, los magistrados esperan que el presidente en funciones del alto tribunal defienda la labor del Poder Judicial en la aplicación igualitaria de la ley.
Así lo ha hecho su antecesor, Carlos Lesmes, en varios de sus discursos de apertura de tribunales. En el que pronunció el 6 de septiembre de 2021, Lesmes dedicó cinco contundentes párrafos a los indultos concedidos -en contra del criterio de la Sala Penal y de la Fiscalía- a los líderes del 'procés' condenados en octubre de 2019.
"La labor de los jueces y su independencia se ponen en ocasiones en entredicho -especialmente desde algunas instancias políticas- cuando las decisiones judiciales se contraponen a sus designios, dificultan sus estrategias o, simplemente, no son de su agrado", dijo entonces Lesmes.
"Sirva de ejemplo lo ocurrido recientemente, con ocasión del ejercicio de la prerrogativa de gracia de la que se han beneficiado determinados dirigentes políticos condenados por este Tribunal Supremo, cuando se ha llegado a contraponer, para explicar la indulgencia, la concordia frente al resentimiento, como si la acción de la Justicia al aplicar la ley a la que todos nos debemos fuese un obstáculo para la convivencia u obedeciera a razones distintas de las previstas en las normas", añadió.
"Nada más alejado de la realidad. La función de los jueces, con independencia absoluta de influencias externas o internas, políticas o de cualquier otra índole, no se corresponde en modo alguno con la idea de revancha o con el sentimiento de rencor, pues juzgar es dar a
cada uno lo suyo de acuerdo con las leyes, leyes que han sido democráticamente aprobadas (...). La justicia no es, ni ha sido nunca, un obstáculo para la paz, sino el instrumento fundamental para salvaguardar el orden jurídico y, por ende, la convivencia pacífica entre los ciudadanos", subrayó.