La revolución tecnológica que los humanos llevaron a cabo en la Península Ibérica hace 8.500 años
Un estudio desentraña el momento en el que apareció una nueva modalidad en la fabricación de puntas de proyectil en sílex con forma de trapecio.
18 marzo, 2024 11:37Un estudio arqueológico de la Universidad de Alicante (UA) ha determinado el momento de la aparición y difusión en la Península Ibérica de una innovadora tecnología de origen geográfico desconocido que permitió a las últimas sociedades cazadoras y recolectoras del Mesolítico adaptarse mejor al cambio climático registrado al final de ese periodo de la Prehistoria.
"Por primera vez hemos desentrañado el momento cronológico en el que aparece una nueva modalidad en la fabricación de pequeñas puntas de proyectil en sílex con forma de trapecio", una revolucionaria tecnología que se extendió hace 8.500 años por la Península Ibérica, según ha revelado, en una entrevista con EFE, la coautora de este trabajo, la investigadora Magdalena Gómez-Puche. Su difusión "fue muy rápida, en un intervalo de menos de 100 años, y se produjo entre grupos humanos geográficamente distanciados", ha destacado esta experta.
Gómez-Puche y el investigador Javier Fernández-López de Pablo, ambos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico de la UA, han llevado a cabo este estudio que ha sido publicado recientemente en la revista Radiocarbon de la Universidad de Cambridge tras un exhaustivo análisis del conjunto de fechas de carbono 14 existentes en yacimientos mesolíticos peninsulares que presentan este método de diseñar las puntas de proyectil.
"Sin duda uno de los grandes interrogantes en la Prehistoria europea, objeto de investigación desde hace mucho tiempo, es cómo se difundió este nuevo sistema técnico, que mejoró la eficacia en la caza, ya que irrumpe en casi toda Europa y parte del Magreb. Al ser un fenómeno tan amplio, es muy complejo conocer su origen geográfico y los mecanismos de su difusión", ha señalado la arqueóloga.
Se han hallado puntas de proyectil con forma de trapecio en yacimientos de la Península Ibérica que están ubicados muy lejos entre sí, a distancias superiores a los 100, 150 e, incluso, 500 kilómetros: en el interior de la Comunidad Valenciana, en el sur de los pirineos, en la cornisa cantábrica o en el centro de Portugal, por ejemplo.
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Redes sociales
Al ser tan rápida su expansión y producirse en una amplia zona geográfica, existen indicios para sustentar la hipótesis de que los grupos humanos geográficamente distanciados debían estar conectados a través de redes sociales extensas mediante las cuales se intercambiaban los conocimientos y que posibilitaban un flujo de información, ha apuntado Gómez-Puche.
Una vez establecida con este estudio la fecha de la aparición de esta tecnología, se plantea ahora la necesidad de "saber cómo se transmitió tan rápidamente y cómo eran esas redes sociales", ha señalado la experta, quien ha recordado que el Mesolítico engloba a los últimos grupos de cazadores-recolectores que desarrollaron su vida antes de la agricultura.
"Por los datos que hemos investigado, sabemos que esta modalidad de fabricar las puntas de los proyectiles no se inventó de manera autóctona en la Península Ibérica, sino que probablemente, según nuestra hipótesis y a la luz de la señal cronológica que hemos concretado, se propagó desde el sur de Francia, posiblemente a través de los pirineos, al resto de la Península", ha detallado.
"Las fechas que hemos analizado de carbono 14 tienen una gradación cronológica de norte a sur, es decir, las fechas más antiguas en las que aparecen estos trapecios están cerca de los Pirineos y las más recientes, en el sur de la Península Ibérica y Portugal", según ha especificado la investigadora.
67 yacimientos estudiados
La relevancia del trabajo de la UA estriba también en que se han integrado todas las distintas zonas de la Península Ibérica estudiadas con anterioridad de forma aislada. "Desde hace más de 20 años se lleva investigando este periodo sobre todo en la zona del valle del Ebro, donde hay mucha riqueza de datos arqueológicos, en la fachada del mediterráneo y en la cornisa cantábrica", ha explicado Gómez-Puche.
"Hemos fijado el momento cronológico de la irrupción de esta tecnología en la Península Ibérica, que fue realmente revolucionaria, empleando un procedimiento cuantitativo muy riguroso y ampliamente aceptado en el ámbito científico: el análisis de registros radiocarbónicos a través de modelos cronológicos Bayesianos, una técnica estadística que calcula las probabilidades de que una fecha de carbono 14 se sitúe en un intervalo cronológico determinado", ha dicho.
Los dos investigadores han evaluado el registro radiocarbónico de las primeras industrias de trapecios de toda la península ibérica, con más de 180 fechas de 67 yacimientos, en la mayoría de los cuales se ha hallado vestigios de esta tecnología.
Otro dato interesante del estudio es que sus autores han documentado que las primeras apariciones de las puntas de proyectil con forma de trapecio son anteriores en el tiempo al final del periodo del Mesolítico cuando se produjo lo que se conoce en el ámbito científico como evento climático del 8.2, en el que la temperatura global del planeta bajó unos 2ºC y se incrementó la aridez, lo que supuso un estrés en los recursos.
"El hecho de haber desarrollado esta innovación tecnológica ayudó a los cazadores-recolectores a adaptarse mejor a esas nuevas condiciones climáticas y a orientar sus estrategias de subsistencia. Consiguieron sobrevivir, por lo que es importante conocer los mecanismos que utilizaron ante ese reto porque representa una lección del pasado" que podría servir a la Humanidad para "aplicarla en el presente", ha expuesto la investigadora.