Juan Miguel Zunzunegui durante su intervención en la Fundación Rafael del Pino.

Juan Miguel Zunzunegui durante su intervención en la Fundación Rafael del Pino.

Historia

Juan Miguel Zunzunegui: "En México nos repiten a diario que tenemos que odiar a España, es un crimen impune"

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Habla Juan Miguel Zunzunegui (1975, Ciudad de México) con la energía de alguien que no llevase encima un vuelo transatlántico, un par de entrevistas y a quien todavía le queda por impartir una conferencia magistral en la Fundación Rafael del Pino: Juntos fuimos imperio, un recordatorio de la exitosa historia común entre México y España ahora que los gobernantes populistas tratan de levantar muros divisorios. El doctor en Humanidades por la Universidad Latinoamericana es una de las voces más críticas con la manipulación de la historia que se extiende por su país que combate sin descanso en libros con muy buena acogida y en redes sociales

¿La conquista es hoy en día un trauma real en México? ¿Por qué?

Es un tema que tiene que ver con la llamada memoria histórica. No existe, la gente no puede dejarse engañar por esa patraña. No te puedes acordar de algo que no viviste. Puedo estudiarlo, pero eso es aprendizaje. Cuando se habla de una memoria histórica sobre un acontecimiento como la conquista hay que entender que eso no es memoria, sino imposición, que es una versión histórica auspiciada por un gobierno y que por lo tanto se impone en los planes educativos y se le inculca en la mente a todos los habitantes de un país. Eso es adoctrinamiento.

En las décadas de los 70 y 80 todos los mexicanos estaban menos enojados por la conquista. Eso quiere decir que hoy en día todas las mañanas nos repiten en conferencias de prensa que tenemos que estar encabronados con España y eventualmente te lo crees. Además vives en un país como México donde tienes muchas razones para sentirte triste y frustrado, un país que tiene todo para ser primera potencia pero nunca lo es, que tiene todo para salir adelante pero nunca sale, que tiene todas las riquezas del mundo pero es pobre. ¿Y cómo es posible? Pues España: si nos hubiera robado el oro hace 500 años hoy seríamos ricos, lo cual es una patraña monumental.

La conquista es entonces un discurso.

En México y en toda América no existió nada como una conquista. México nunca fue conquistado porque no existía. Fue conquistado un pueblo, los mexicas, y una ciudad, Tenochtitlan. Pero la conquistaron 100.000 guerreros indios... y Hernán Cortés, que de pura casualidad estaba ahí con 800 españoles. Podríamos contar una historia donde gracias a Cortés y sus 800 aventureros se unen todos los demás pueblos y todos juntos derrotan a su opresor. Eso tendría que ser digno de celebración y lo convertimos en una tragedia. 

"No hubo un solo pueblo indígena de América que quisiera liberarse de España"

Algunos historiadores proponen que todos estos eventos fueron en realidad una guerra civil mesoamericana en la que los españoles tomaron partido a favor de los enemigos del Imperio mexica.

Y aún así es difícil entender que fueran 800 españoles los que pudieron determinar la victoria, por más que se hablen de los caballos y las armas de fuego. No sé si la gente piensa que había tanques en el siglo XVI. Pero así como la conquista es una guerra civil, la independencia también porque indios, mestizos y españoles pelearon unos contra otros.

¿Toda esta confrontación histórica que se lanza repetidamente desde México contra España no es al final una simple herramienta de movilización política?

Es una estrategia política, un discurso de odio de parte de un gobierno en México que es de lo que vive y de lo que se sustenta. No es un conflicto de México con España, sino de Andrés Manuel López Obrador y lo compran muchos mexicanos porque son adoctrinados a diario. Es importante que en España sepan que la mitad de los mexicanos no compramos eso y que lo que más nos gusta de nuestro país, como pasa en Bolivia, Perú, Ecuador, etc., son los pueblos coloniales, las catedrales, el arte, la música, el folclore... Te van a describir Hispanidad por todos lados.

Zunzunegui, en un momento de la conferencia.

Zunzunegui, en un momento de la conferencia. Fundación Rafael del Pino

Durante los tres siglos de Virreinato la conquista fue celebrada y las naciones indígenas la vieron como un trampolín integrador. Pero a partir del siglo XIX y la independencia se transformó en un proceso del que renegar. ¿Qué ha provocado este cambio de paradigma en la historia y en la evolución de México? ¿Hacia dónde ha ido el país?

Al mismo lugar que toda la América hispana: a ningún sitio. Separados nadie ha logrado nada. Y no se trata de pretender reunificar un Imperio español, porque eso sería absurdo y ridículo, además de imposible. Es muy interesante descubrir que en estos movimientos de las llamadas independencias, que yo digo más bien que fueron guerras de secesión, todos los pueblos indios están en el bando realista. No hubo un solo pueblo indígena de América que quisiera liberarse de España. Fueron los criollos.

La propuesta que fue triunfando en toda la América española fue renegar de nuestra hispanidad. Era fácil romper con una España decadente y con Fernando VII, probablemente la mayor tragedia que le ocurrió a la Hispanidad, pero lo peor fue que nos convencimos que había que romper con nuestro pasado. 300 años antes los pueblos indígenas celebraron. Tenochtitlan cayó el 13 de agosto de 1521 y la noticia tardó dos días en llegar a Tlaxcala. Hasta el día de hoy, al 15 de agosto le llaman "la noche en la que nadie duerme": hacen altares de todo tipo, alfombras de flores de motivos hispanos, mestizos, indígenas... Cinco siglos después lo siguen festejando.

¿Qué aprenden los niños mexicanos en la escuela sobre la conquista?

Hoy en día nada. Cuando yo era un niño de Primaria, en el primer año estudias a todos los pueblos prehispánicos: los olmecas, los aztecas, los mayas y así hasta llegar a los mexicas. De todos ellos no sabemos casi nada, son culturas arqueológicas, pero nos contamos el mito de que todos eran perfectos: no había malicia, ni corrupción, ni maldad... Es importante recordar a los españoles que el discurso de culpa histórica que se venden hoy en día tiene mucho que ver con la idea de que América era un lugar como la Atlántida de Platón y que fue destruida.

No solo no la destruyeron, sino que eran culturas de piedra avanzadas. Cuando los españoles llegan a América en el siglo XVI es como si hubieran viajado 2.500 años en el pasado y hubieran llegado a Sumeria. El templo mayor de los mexicas, de 1487, y el Zigurat de Babilonia, de 2500 a.C., son idénticos.

Y al curso siguiente aparece Hernán Cortés.

Un deforme, jorobado, sifilítico, contrahecho que se trajo a 400 exconvictos de lo peor de España y se robaron todo. Por eso te lo dicen cuando tienes siete años, para que te lo creas. Yo, que creo que nací mal de la cabeza, recuerdo llegar ese día a casa y decirle a mi mamá que había visto puras pendejadas. No puede ser que me digan que estos pueblos prehispánicos eran esta maravilla, esta utopía, y luego pensar que 400 exconvictos los conquistaron. Aquí alguien estaba mintiendo. Sí nos cuentan que los tlaxcaltecas se unieron a Cortés, y entonces son traidores, pero no que todos los pueblos indígenas se unieron contra los mexicas. ¿Y por qué no se deshicieron de los españoles? Porque les gustó su cultura, porque traían conocimientos nuevos. La revolución más grande de América fue la yunta de bueyes y el arado.

En este sentido, las peticiones de perdón de López Obrador o de Claudia Sheinbaum responden a una cierta lógica para tapar los problemas actuales: la culpa es de Hernán Cortés.

México exigiéndole a España que se disculpe es como el adolescente de 12 años diciéndole a su padre: "¡Yo no te pedí la vida!". El único México que existe es el México resultado de que España llegó y se quedó para siempre. Nunca hubo exploradores llegando, saqueando y regresando. Hubo aventureros, un proceso migratorio. Es gente que se casó y tuvo hijos, que son nuestros abuelos. Que España se disculpe con México por eso a lo que le llamamos conquista sería como que España se disculpara por el hecho de que México exista.

Nuestros trajes, nuestra gastronomía o nuestra música son profundamente mestizas. La Hispanidad es lo que los españoles construyeron en América. Y ahí se quedó. Es esta cosa que se parece a España, pero que no es España, y que nos gusta mucho porque es España con folclore, con más colores, con mango, tequila y tamarindos. Es la otra España.

"Fernando VII fue la mayor tragedia que le ocurrió a la Hispanidad"

Califica a Cortés de "padre de la patria" mexicana. ¿Cuál cree que es la mayor falsedad que se repite sobre su figura?

Nuestro gran muralista Diego Rivera lo pintó en el mural de la historia de México como un señor chiquito, encorvado, ojeroso, verde y así todo deforme. A mí me gusta acotar: "Y aún así nos conquistó". Decir que Cortés era eso no nos hace quedar bien a nosotros. Y por otro lado esta idea que se la atribuye al conquistador por añadidura que dice que México es mestizo porque violaron a todas las mujeres. No, las bautizaron, se casaron con ellas y tuvieron hijas. Esta idea del español que solo está motivado por su ambición creo que es el principal engaño de Cortés y de su generación. Él siempre supo que se iba a quedar, es un tránsfuga cultural.

Usted dice que en México la historia se enseña con rencor, con odio, y en España con culpa. ¿Cómo es eso? ¿Está el grueso de la sociedad sometida a un relato maniqueo en el que solo hay malos o buenos?

Tristemente así funciona, en lugar de entender que todos somos buenos, todos somos malos y todos somos seres profundamente emocionales. Cuando mis compatriotas me dicen que soy un maldito súbdito del rey de España les pido que me lo cuenten en náhuatl. Mientras me lo digan en español son hispanos confundidos. América es más española que España. Por lo menos en el número de hablantes. Es un tema que empieza muy político y que tiene mucho que ver con la política, porque en México no se enseñaba tanto rencor a España en la década de los 40 y 50. 

La conquista es relevante desde los últimos años, y eso quiere decir que se ha metido desde la agenda política. Son estos gobiernos actuales, y aquí tienen uno muy parecido, que viven del conflicto, de que la población esté frustrada y encabronada porque son fácilmente manipulables. En México nos repiten a diario que tenemos que odiar a España. En un país civilizado eso sería un crimen de odio y pasa impune en México todos los días. Y en España la historia de la culpa es un tema de los últimos años.

Precisamente aquí presenciamos desde hace unos años un importante movimiento reivindicativo de las gestas de nuestro pasado y que asegura combatir la leyenda negra. Ha influido mucho el contexto, sobre todo el procés catalán, pero algunos historiadores lo califican de necesidad de "autoestima acrítica española". ¿Esto no puede provocar también una polarización de los postulados?

Yo creo profundamente que hay una leyenda negra, el problema es abusar del término. Así como es mentira que España haya hecho todo mal, tampoco se puede decir que hizo todo bien. Se cae mucho en calificar de leyenda negra cualquier cosa mala. Pero sí hay una historia muy mal contada desde los españoles hacia los españoles y los hispanos. La leyenda negra nos afecta profundamente a todos porque nos enseñan a odiarnos profundamente. Es como si odias a tu padre. Tú eres resultado de tu pasado. Si estás en contra de tu pasado estás en contra de ti mismo. Esa es la principal razón por la que tienes que analizar tu pasado, resignificarlo, perdonarlo y contártelo de otra forma, porque de eso depende tu vida.

¿Cómo cree que se podría lograr una reconciliación entre ambos países, cómo se convence a esa mitad de los mexicanos?

Lo que yo hago es lo mismo que ellos: insistir. Si de un lado te cuentan que tienes que odiar a España, del otro hay que contar la otra versión de la historia. Un discurso de emociones sanadas y perdonadas le viene mejor a todo el mundo, eventualmente te cansas de odiar. Entonces es seguir insistiendo en México y en España con un discurso de resginficación: tenemos que contarnos nuestra historia con diferentes significados y los beneficiados vamos a ser nosotros, no Cortés, ni Colón, ni los Reyes Católicos.