Bruselas mejora al 3% el crecimiento de España pero avisa del incumplimiento del déficit desde el año que viene
- Las previsiones no tienen en cuenta el impacto económico de la DANA y mantienen a nuestro país como líder de paro de la UE hasta 2026.
- Más información: El "galimatías" de los socios de Gobierno aboca la reforma fiscal al abismo y hace peligrar los Presupuestos Generales
Bruselas mejora hasta el 3% su previsión de crecimiento para España en 2024, nueve décimas más de lo que había calculado en mayo y por encima incluso de las cifras del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que había calculado una expansión del 2,7%. La actividad se ralentizará rápidamente hasta el 2,3% en 2025 y el 2,1% en 2026.
Estas previsiones todavía no tienen en cuenta el impacto económico de la DANA de Valencia. El comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni, ha explicado a preguntas de EL ESPAÑOL-Invertia que a corto plazo la "tragedia" de Valencia tendrá "algunas consecuencias, como empresas que no continúan su actividad o costes inmediatos". "A medio plazo, la realidad es que el coste de reconstrucción tiene un impacto positivo macroeconómico", ha agregado.
En cuanto al impacto en el déficit, Gentiloni ha explicado que se trata de un gasto "extraordinario" y que por tanto Bruselas no lo tendrá en cuenta y no abrirá un procedimiento por déficit excesivo contra España si supera el umbral del 3% del déficit por este motivo. Sin el gasto de la DANA, Bruselas prevé que España sí logrará el objetivo de rebajar al 3% el desfase presupuestario este año.
No obstante, el Ejecutivo comunitario avisa de que el Gobierno de Pedro Sánchez incumplirá la senda de reducción del déficit público comprometida con la UE en los años siguientes, en 2025 y en 2026, si no logra aprobar la reforma fiscal, que ahora mismo está en el aire por falta de apoyos parlamentarios.
Para 2025, el Ejecutivo comunitario calcula un déficit del 2,6% (en lugar del 2,5% prometido en el plan de ajuste plurianual enviado a Bruselas en octubre), mientras que en 2026 el desfase volverá a aumentar hasta el 2,7% (frente al 2,1% comprometido). Un incremento que la Comisión atribuye al fin de los impuestos a la banca y a las energéticas. El Ejecutivo comunitario tiene previsto publicar su evaluación sobre el plan plurianual el próximo 26 de noviembre.
Según las previsiones de Bruselas, España será el cuarto país de la Unión Europea que más crezca este año (empatado con Polonia), sólo por detrás de Malta, Croacia y Chipre. La tasa de expansión la economía española triplica la media de la UE (0,9%) y se sitúa muy por delante del anémico crecimiento de Francia (1,1%) e Italia (0,7%) y de la recesión en Alemania (-0,1%).
Pese a este fuerte dinamismo, nuestro país se mantendrá como líder absoluto de paro en la Unión Europea al menos hasta 2026, y será el único Estado miembro con cifras de dos dígitos de desempleo en 2025 y 2026. En concreto, la Comisión Europea prevé que la tasa apenas se reduzca del 11,5% de media este año, al 11% en 2025 y el 10,7% en 2026.
En cuanto a la inflación, el Ejecutivo comunitario pronostica que bajará de media al 2,8% en 2024 debido a la desaceleración de la energía y de los alimentos, mientras que los precios de la hostelería y el transporte se moderarán más lentamente. El resultado es que el IPC seguirá reduciéndose hasta el 2,2% en 2025 y el 2% en 2026.
La revisión estadística llevada a cabo este otoño redujo en 2023 la deuda de las Administraciones Públicas españolas en casi tres puntos porcentuales, hasta el 105,1%. Bruselas prevé que la deuda siga bajando hasta el 102,3% este año gracias al fuerte crecimiento del PIB nominal, que supera el coste de los intereses.
Sin embargo, la reducción de la deuda será mucho más lenta en 2025-2026, hasta situarse en alrededor del 101,1%, porque el diferencial favorable entre tipos de interés y crecimiento será menor.
Como principal riesgo a la baja para España, Bruselas señala un crecimiento inferior al esperado en los principales mercados comerciales de España, lo que podría afectar negativamente al dinamismo de la actividad, en particular del turismo. Además, la persistente aversión al riesgo del sector privado podría contribuir a frenar la inversión.
Por el contrario, una disminución más rápida de la elevada tasa de ahorro de los hogares españoles, hasta situarse en su nivel promedio a largo plazo, podría dar un impulso adicional al consumo.
En el balance de riesgos para la economía, el Ejecutivo comunitario destaca que "la UE está cada vez más expuesta a riesgos medioambientales". "Las recientes inundaciones que han golpeado zonas del sur de España ilustran una vez más las dramáticas consecuencias que el cambio climático puede tener en las personas, su hábitat y la economía", dice el informe.
"Los daños a la infraestructura en las regiones afectadas pueden tener repercusiones en el tejido productivo más allá de sus fronteras, mientras que las perturbaciones en la actividad económica podrían reavivar presiones inflacionarias, en particular sobre los alimentos", avisa la Comisión.