"I was right and you were wrong". Rick Ross.
El Gobierno de Pedro Sánchez no para de repetir, como si al repetir se convirtiera en realidad, que ellos "no van a dejar a nadie atrás". Es un nuevo concepto de "nadie", ya que han dejado atrás a contribuyentes, empresas, autónomos, comerciantes y todo aquel que ha solicitado una de sus ayudas propagandísticas y se ha encontrado con nada.
La semana pasada, la ministra de Economía volvía a hacer un tour de voluntarismo en algunos medios. El Banco de España acaba de cercenar, una vez más, los intentos de la apisonadora propagandística.
El Banco de España no solo ha empeorado sus expectativas para 2020. Prevé ahora que la economía se contraiga entre un 10,5% y un 12,6% en 2020, y que el crecimiento del PIB en 2021 sea de entre el 4,1% y el 7,3%, más del 30% y casi la mitad del 9,1% que preveía en sus estimaciones de hace tres meses. Para 2022 la previsión es ahora de entre el 1,9% y el 3,3%, frente al 2,1% que calculaba antes. Lo peor es que el Banco de España no suele errar por pesimista, sino por optimista.
Mirando las estimaciones mundiales, hay que irse a países como Venezuela para encontrar una caída superior y una recuperación peor en el mundo. En Europa, la expectativa de caída se ha mejorado por el Banco Central Europeo, y el consenso recopilado por Focus Economics o Bloomberg incorpora una recuperación más rápida… excepto para España. La propia economista jefe del Banco Mundial estima que España no recuperará el PIB per cápita de 2019 hasta 2025.
No es solo un problema de PIB. Parte de esa "recuperación" de la cifra de Producto Interior Bruto (PIB) viene porque se va a aumentar desproporcionadamente el gasto público y la deuda.
Desafortunadamente, la actividad del sector privado, de las empresas y familias no se recuperará a la vez que el PIB en agregado. Ya saben ustedes que el PIB se puede "sostener" artificialmente vía deuda y gasto público, que solo tienen acceso a esa enorme capacidad de crédito usando los recursos del sector privado.
Por lo tanto, es falso que el sector público 'tire' de la economía en la recuperación. De lo que tira es de endeudarse con los recursos y la actividad presente y futura del sector privado.
España es la única economía de la OCDE que lleva dos meses con indicadores adelantados en negativo, los indicadores del ministerio de Economía empeorando y el sector manufacturero y el de servicios en estancamiento y contracción respectivamente.
España es la única economía de la OCDE que lleva dos meses con indicadores adelantados en negativo
El Gobierno de Sánchez sigue con la política del avestruz, ignorando a empresas y familias creyéndose esa sandez de que la economía es solo una cuestión de actitud. Por ello se entrega a mensajes de propaganda pensando que eso va a lanzar a los agentes económicos a invertir y crecer mientras continúan poniendo todos los escollos que pueden y más.
El gran problema son los Presupuestos. Podemos y el PSOE junto a ERC y Bildu no quieren unos Presupuestos que orienten la economía hacia el crecimiento, y por ello el debate no puede ser si los Presupuestos se aprueban o no, sino qué Presupuestos.
Unos Presupuestos que aumenten los desequilibrios estructurales, aumenten el gasto político y el déficit crónico y aumenten los impuestos son unos Presupuestos que no solo son malos para la economía. Son unos Presupuestos malos para lo que fingen defender, las políticas sociales.
Ahogando la actividad económica, atacando a las empresas y subiendo los impuestos no se fortalecen las políticas sociales, se ponen en peligro.
Ahogando la actividad económica, atacando a las empresas y subiendo los impuestos no se fortalecen las políticas sociales, se ponen en peligro
Estos Presupuestos no van a ser aprobados por Bruselas si incluyen aumento de gasto estructural. Tampoco van a ser aprobados si no se corrigen los elementos incluidos en el informe de recomendaciones específicas para España.
España necesita un Gobierno que abandone las políticas anti-empresa y anti-empleo actuales. Necesita un Gobierno que tome decisiones serias para acabar con la destrucción de empresas y empleo, que exonere de impuestos a microempresas, baje cuotas a autónomos, reduzca barreras burocráticas y fiscales e implemente líneas de liquidez sin recurso para parar la sangría.
Pensar que si se bajan impuestos no se va a recaudar lo suficiente solo se le puede ocurrir a un burócrata que no haya creado una empresa en la vida. Si no fortalecemos y permitimos sobrevivir al tejido productivo no hay empresas ni empleo, ni con ello ingresos. No se puede mantener una administración de bonanza y exigir economía de guerra a los demás.
Subir impuestos no solo será inútil a la hora de recaudar, será contraproducente en lo que ya es la mayor caída y la recuperación más pobre de la OCDE.