
Pedro Carrillo y Nacho Pérez. Alba Rosado
'Secretos de Dublín', la mirada malagueña a una juventud que hace las maletas por necesidad ante la falta de oportunidades
Llegar al Festival de Málaga es para el equipo de la película "como para un futbolista debutar en el Bernabéu".
Más información: Charo, la actriz que desfiló en la alfombra y ha debutado a los 90 en el Festival de Málaga: seleccionada en una residencia

El cine es el espejo de múltiples realidades y así lo utiliza como herramienta el joven cineasta malagueño Pedro Carrillo, quien llega a la sección '5 minutos...' del Festival de Málaga con el tráiler de Secretos de Dublín. Un proyecto muy 'malaguita', joven y personal, totalmente independiente, que nace de la experiencia de Carrillo como emigrante en Irlanda y de la difícil realidad que vive la juventud malagueña con la falta de oportunidades y el grave problema de la vivienda que afecta a la ciudad.
Actor, director y guionista, aunque le encantaría que en el filme en la dirección constara "el equipo entero", Carrillo ha puesto en esta cinta todo lo que tiene, incluido el dinero ahorrado tras un año entero trabajando en Dublín, sumado a los ahorros de toda su vida. Carrillo define su película como "la circunstancia de cualquier malagueño joven hoy día". Carrillo reconoce que, aunque se trata de una ficción, "tiene un poquito de tinte autobiográfico, todo dentro de un escenario bastante oscuro, con temas al margen o muy al límite de la legalidad, incluso pasándolo".
Quienes han leído el guion o han presenciado el rodaje coinciden en lo mismo: "Es una historia que puede ser completamente verídica, real. Describe las circunstancias de cualquier joven malagueño de unos 25 años, con pocas oportunidades, enfrentándose a problemas como la vivienda, pero también habla de la experiencia del español que hace la maleta y se va a un país como Irlanda, a una ciudad como Dublín, que no es para nada como te la imaginas", explica.
Una pequeña España
Tras vivir un año allí, Carrillo asegura que "el Dublín que yo me encontré no era el que esperaba. Lo último que te encuentras son irlandeses pelirrojos con pecas. Hay muchísimos españoles, latinos, brasileños, turcos, indios... Es una ciudad multicultural y nuestra película refleja eso, una historia de españoles en Irlanda, viviendo la realidad de allí, dentro de una ambientación oscura, de trapicheos, pasos de frontera... Todo ese tipo de cosas".
El proyecto comenzó en septiembre de 2023, aunque su semilla original nació durante la pandemia. "Fue una historia que escribí entonces, pero el salto lo di cuando me vi con capacidad, valor y ganas de hacer una inversión como la que ha sido esta película. El cine es un arte bastante caro", admite. La búsqueda de financiación fue otro viaje: "En diciembre de 2023 empecé a buscar cómo financiarlo y, claro, Irlanda es un país con unas condiciones laborales mucho mejores que España. Allí encuentras trabajo fácil, el salario mínimo es más alto, cualquier trabajo está más respetado y es fácil ganar dinero, independizarse... Durante un año estuve allí para sacar esa fuente de financiación".
Pero en marzo del año pasado, en plena crisis creativa, todo cambió: "Decido escribir una historia completamente diferente. La original se iba a rodar íntegramente en Andalucía, era otro género. Pero al ver cómo es Dublín, sus calles, la iluminación, la atmósfera... lo primero que me entraron fueron ganas de hacer fotos, luego ganas de rodar. Y ahí fue cuando hablé con mis padres, que son mis asesores, y me dijeron: 'Si te salen las cuentas para traer al equipo técnico a Dublín, adelante. No arriesgas, no ganas'. Y arriesgamos. Y muy contento".
Un equipo hecho de amigos y alumnos
Pedro Carrillo se ha rodeado de un equipo muy especial para Secretos de Dublín: "Principalmente, gente del equipo técnico con la que había trabajado antes. Muchos fueron alumnos míos cuando fui profesor en una escuela de cine. Los había visto trabajar, entregarse". También tiró de su círculo más íntimo, haciendo mención especial a su acompañante en la entrevista, el productor del filme: "Mi hermano, mi colega Nacho, con el que desde pequeños hacíamos vídeos juntos. Él ahora está opositando a juez, así que el asesoramiento legal estaba cubierto (risas). También trabajó como jefe de producción en algún cortometraje y confiaba plenamente en él".
Además, sumaron al proyecto a personas que Pedro fue conociendo en Irlanda: "Gente que se ha volcado en departamentos de producción y algunos incluso aparecen en el reparto, como Mike Howarth o Cristina Herrero. Son personas que amaban el cine, que siempre quisieron actuar y que no habían tenido una oportunidad así".
La clave del rodaje, asegura, fue el buen ambiente: "Cuando hablamos de presupuestos tan limitados, en una producción independiente, donde el 100% de la financiación ha salido de mi bolsillo, el bienestar del equipo era prioritario. Al final, como en cualquier bar o negocio, si el trabajador está feliz, el cliente está feliz. Así que nos montamos un campamento de invierno en Dublín. Llevo desde los 17 años trabajando en cine y siempre he visto que los mejores proyectos son aquellos donde el equipo está feliz".
Pedro es uno de esos frikis del cine desde que tiene uso de razón, de ahí su precocidad. "Siempre he tenido una pedrada muy fuerte con las cámaras", confiesa entre risas. "Desde que tengo uso de razón. Aprendí a postproducir de forma autodidacta, con 13 o 14 años, cuando empezó el boom de YouTube. Me formé con tutoriales y a los 17 ya se veía en casa que esto era más que un hobby. Cuando la gente alrededor te dice que lo que haces gusta, aunque no sea viral, eso da confianza. Hice un curso intensivo de una semana donde rodé mi primer cortometraje profesional y de ahí empecé a estudiar interpretación ante la cámara, imagen, fotografía, iluminación... Hasta los 20 años fui formándome y con 21 o 22 ya estaba trabajando como profesor en la escuela donde estudié. En paralelo, participé en unos 40 cortometrajes, como actor, en foto, en producción... ¡Hasta llegar hasta aquí!".
Un sueño llamado Festival de Málaga
Llegar al Festival de Málaga es para él "como para un futbolista debutar en el Bernabéu". Aunque de momento presentan el tráiler, las expectativas están altas: "Vamos a pelear lo más grande. Queremos que esto sea una carta de presentación para que el año que viene podamos estar aquí con la película completa. Y si no es aquí, en cualquier otro festival. Pero queremos que se vea lo que hemos hecho, hay mucho trabajo detrás".
Respecto a las sensaciones que espera transmitir con el tráiler, explica: "Desde un punto de vista profesional, me gustaría que se valoraran aspectos como la interpretación, el trabajo de fotografía, de colorimetría o de vestuario". Van a ver en el tráiler, según Carrillo, incluso las facturas reales del filme. "Nosotros creemos que engancha, esperamos que sorprenda", añade.
A sus 27 años, la mente de Pedro Carrillo, que es nacido en la barriada de Puerta Blanca, no para: "Tengo la cabeza llena de historias. Me lo decía un compañero que ahora trabaja en el montaje: 'Cuando acabes este proyecto, ya tienes que estar pensando en el siguiente'. Y es verdad. Hay gente que hace su primera peli y es la última. No quiero que me pase eso. Tengo un equipo genial, trabajando cada semana, y yo ya tengo tres ideas bastante consolidadas para un segundo proyecto. Dependerá de cómo vaya este", exprresa con una sonrisa.
Cambio de rumbo
De inicio, el director de la película iba a ser otra persona. "Iba a dirigirla otro compañero, Mario. Pero, como cuenta la película, lo que ocurrió es el reflejo de la situación que vivimos los jóvenes que queremos dedicarnos a esto. Él me decía que lo del rodaje en Málaga era complicado, que igual podía ir a Dublín, pero a poco de empezar me dijo, por respeto al proyecto: 'No puedo hacerlo', no le cuadraba. Al final todos tenemos que pagar alquiler. Es parte del sacrificio. Yo he sacrificado un año de mi vida viviendo en peores condiciones de las que tendría en casa de mis padres, y no todo el mundo puede permitirse eso". El tráiler se presentará este miércoles, a las 17.00 horas en el Rectorado de la UMA.