Este viernes se cumple un año del asesinato machista de Paula, la joven de 28 años asesinada presuntamente a manos de su pareja, Marco, en la vivienda que ambos compartían. El hallazgo de su cadáver fue clave para descubrir que el detenido tenía una expareja que llevaba nueve años desaparecida, Sibora. El 6 de junio, apenas tres semanas después, la Policía Nacional encontraba también su cuerpo emparedado en la casa donde ambos vivieron durante su noviazgo tras una ardua investigación.
17 de mayo de 2023. 11.15 horas. La tranquila calle San Ginés de La Carihuela, en Torremolinos, se sobresaltaba de golpe con los gritos de una chica joven, que pedía auxilio desde el apartamento donde residía, en el número 38 de la vía.
Se trataba de Paula, una joven de 28 años que residía en esta vivienda con un hombre italiano, Marco, de 45 años. Un vecino y el propietario del bar América, ubicado justo debajo del edificio, reconocieron su voz. No era la primera vez que escuchaban peleas por parte de la pareja.
Ambos se interesaron por la joven y trataron de saber qué estaba ocurriendo en el interior de la casa. Cuando llegaron a la puerta de la vivienda, ya solo respondía Marco. Apenas escucharon unos leves quejidos de la joven.
Marco les aseguró que no pasaba nada y que "todo estaba bien". El silencio de Paula y la forma de hablar del hombre, que evitaba, a su vez, que estos accedieran a la casa, les causó desconfianza, por lo que decidieron ir a por una copia de las llaves de la casa que disponían, pues el dueño del bar era, a su vez, el casero y jefe de Paula; y un teléfono móvil para llamar a la Policía Nacional.
En ese momento, Marco escapó de la casa. Una camarera lo vio salir tranquilamente del edificio, algo que no le hizo sospechar. Llevaba una camiseta oscura y un pantalón de color clarito. Se dio a la fuga.
A su llegada, los agentes trataron de acceder a la vivienda por la puerta con las llaves, pero la puerta estaba bloqueada, así que se hicieron con una escalera para ver el interior del inmueble a través de la ventana. Paula estaba tendida en el suelo rodeada de sangre.
Al entrar, descubrieron que no tenía pulso después de ser apuñalada en varias ocasiones. De hecho, el arma quedó dentro de su cuerpo. Las primeras informaciones apuntaron que ella había decidido poner fin a la relación y que ese día se marcharía de la casa, algo que él no soportaba.
La autopsia determinó que Paula recibió dos puñaladas mortales compatibles con el cuchillo que quedó dentro de su cuerpo y penetró unos 13 centímetros en el hemitórax derecho. El informe concluyó que la mujer murió a consecuencia de una hemorragia masiva producida principalmente por dos puñaladas que penetraron en el hemitórax derecho, desgarrando una de ellas el lóbulo inferior del pulmón derecho, "lesión que produce una grave y rápida hemorragia que conduce a la muerte con rapidez".
A consecuencia de ello, Paula sufrió un shock hipovolémico, que le llevó a la muerte prácticamente inmediata. De inicio se dijo que Paula recibió hasta catorce puñaladas. Al parecer, sufrió numerosas heridas, entre las cuales los forenses destacaron, al menos, otras cuatro, que aunque no le hubieran producido tan rápido la muerte, hubieran requerido de una asistencia médica urgente.
El cuerpo de Paula tenía tres tipos de lesiones: heridas inciso-punzantes y heridas incisas superficiales y profundas (todas ellas producidas por un arma blanca), además de equimosis y erosiones. Además, presentaba "lesiones típicas de defensa y/o lucha" en el antebrazo izquierdo y la palma de ambas manos.
La persecución
Después de comprobar que nada se podía hacer por salvar la vida de Paula, las autoridades pusieron el foco y todos sus esfuerzos en localizar a Marco, que estaba huido.
Los agentes iniciaron un amplio dispositivo en La Carihuela para encontrar al presunto asesino de Paula. La colaboración ciudadana fue fundamental para localizarle. Gracias a la foto que los compañeros de Paula y la Policía difundieron en redes sociales y comercios de la zona, una vecina reconoció a Marco a unos 500 metros de la vivienda donde se produjo el crimen. Gracias a este aviso, los agentes dieron con él en la calle Los Perros, donde lograron darle caza. La detención generó una gran expectación entre el vecindario.
Sibora Gagani
Al día siguiente al asesinato, EL ESPAÑOL de Málaga publicó en exclusiva que una exnovia de Marco, Sibora Gagani, estaba desaparecida desde 2014 siendo él el último en haber tratado con ella, según su relato entonces a la Policía. La familia de la desaparecida, de origen albanés y residente en Nettuno (Italia), aseguraron a este medio que sospechaban de que Marco pudiese estar detrás de la desaparición de la joven, que solo tenía 22 años cuando desapareció. "Creemos que pudo haberla matado", declararon en ese momento.
Así, esa misma semana, en los calabozos, el arrestado manifestó a los agentes que lo custodiaban, de manera espontánea, que Sibora “estaba enterrada en el ático" donde vivió con ella, aunque más tarde no ratificó este testimonio en presencia letrada ni tampoco en sede judicial.
Varias inspecciones sin éxito
Sin embargo, esa declaración informal hizo que los agentes adscritos a la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena reactivaran la investigación, centrándola en el piso que la pareja compartió un tiempo en El Calvario. En la primera entrada y registro, en la que colaboró el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas -GOIT-, se usaron densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble, pero no lograron ningún resultado.
Tras ello, vinieron dos inspecciones oculares más por parte de la Policía Científica ante la sospecha de que Marco hubiera usado alguna sustancia abrasiva para acabar con las pruebas, pero tampoco lograron encontrar nada.
No fue hasta el 6 de junio cuando se produjo el giro de guion con el hallazgo del cadáver de Sibora. Ese día, los investigadores solicitaron la colaboración de agentes adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación, que llevaron a cabo una "novedosa técnica" con instrumental de rayos X.
Pero no solo la parte técnica fue importante. Gracias a la colaboración de los residentes que estaban en la vivienda en ese momento, los agentes detectaron una alteración en la construcción de una de las paredes en una estancia de la vivienda. Tras comparar este espacio con la vivienda colindante, detectaron la presencia de un armario en un hueco que no existía en la casa que compartieron Sibora y Marco.
Los agentes procedieron entonces a demoler el muro. Allí encontraron un gran cajón de madera de aglomerado repleto de cal. Lo primero que encontraron fue una bolsa de plástico, en cuyo interior había un cuchillo con restos de sangre seca.
Bajo la cal, los agentes encontraron diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la desaparecida y un ramo de flores sobre el torso de un cadáver, que se hallaba en el interior de un saco de acampada y que presentaba signos de violencia.
165 días después desde que la Policía Nacional hallara sus restos tras aquella pared, la familia de la joven pudo velar y enterrar sus restos en Italia. El 18 de noviembre, el cuerpo de Sibora recibió sepelio en el Santuario de Nuestra Señora de Gracias de Nettuno.
El asesino
La última novedad sobre Marco llegó el mes de enero desde la cárcel. El presunto asesino envió una carta al juzgado instructor en la que aseguraba que quería confesar el crimen de Paula el pasado mes de mayo y contar todo lo ocurrido porque desde que entró en prisión ha tenido "un acercamiento muy grande con Dios y está totalmente arrepentido".
Respecto al crimen de Paula, en el escrito mantenía que hubo una pelea previa entre los dos y que tras un forcejeo la agarró por el cuello y la tiró al suelo, que ella gritó "socorro", pero que intentaba agredirle y la mató, aunque no recuerda nada más, solo que entró en pánico y huyó.
Sobre el crimen de Sibora, Marco insistía en que no fue el responsable de su muerte, pero reconoce que ocultó su cadáver, por lo que mantuvo que está arrepentido "por hacer algo tan asqueroso". Según su versión y sin más pruebas que su palabra, Marco R. dijo que él no mató a Sibora, sino que fue una mafia albanesa a la que debía 25.000 euros. Debido a la deuda contraída con esta banda criminal, fueron varios los integrantes del clan los que subieron a su casa y la mataron de una cuchillada, siempre según su versión. Por tanto, el papel del detenido, desde su punto de vista, quedó reducido a los trabajos de emparedamiento del cadáver, que permaneció oculto hasta este 2023.
4 de junio
El Juzgado de Instrucción número 3 de Torremolinos (Málaga) ha acordado seguir por el procedimiento del Tribunal del Jurado el caso contra Marco, investigado por supuestamente matar a su novia Paula en dicho municipio hace ahora ya un año. Así, señala que los hechos se corresponden inicialmente con delitos de asesinato y malos tratos y fija para el 4 de junio una vista donde concretar las imputaciones. Además, se le investiga por la muerte de Sibora.
En un auto del juzgado, consultado por Europa Press, se indica que en la causa por el asesinato de Paula, por lo investigado durante estos meses, "y a efectos de la incoación del procedimiento del Tribunal del Jurado, resulta verosímil la imputación que de los hechos relatados se hace" al investigado.
Asimismo, se precisa que los hechos "revisten por ahora, y sin perjuicio de ulterior calificación", los caracteres de un delito de asesinato, de maltrato habitual y otro de maltrato (violencia de género), y apunta que al ser uno de ellos atribuidos a la competencia del Tribunal del Jurado "ha de ser enjuiciado necesariamente por ese procedimiento".
Así, fija para el próximo 4 de junio una vista, conforme marca la Ley del Jurado, a la que convoca tanto a las acusaciones como a la defensa y también al propio investigado, a efectos de que se concrete la imputación y soliciten en su caso las diligencias de investigación que las partes consideren oportunas.
Este juzgado acordó en mayo de 2023 su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Así, al inicio se acogió a su derecho a no declarar y solo contestó a las preguntas formuladas por su defensa. En esta causa está personada la familia de la víctima, representada por el letrado Guillermo Smerdou.
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