María de León: "Un buen influencer tiene la capacidad de mirar de manera profunda la vida"
La consultora de comunicación y coach nos explica las claves del posgrado "El método influencer", enfocado a una conducta óptima en redes.
4 noviembre, 2022 02:12El mundo digital ha transformado por completo numerosos ámbitos vitales: las relaciones sociales (amistosas y sobre todo amorososas, con la llegada de aplicaciones de citas), el trabajo y por supuesto la educación se vieron impactados.
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El Informe Digital Report España 2022 señala que 9 de cada 10 españoles usan las redes sociales. Y esta digitalización masiva queda especialmente patente entre niños y jóvenes: según el último informe de Qustodio, "Del cambio a la adaptación: ‘viviendo y aprendiendo en un mundo digital", en 2021 los menores españoles pasaron de media casi 180 minutos diarios entre TikTok, Instagram, Snapchat, Twitter y Pinterest, las cinco redes sociales más populares en esta franja de edad.
Consciente de esta ola, numerosos expertos se han propuesto indagar e investigar su impacto. Pero también ofrecer soluciones para un uso responsable. María de León Castillejo, consultora de comunicación en el área de estilo de vida, viajes y bienestar y coach enfocada en la actividad digital humanista, es una de ellas.
Es la autora del programa "El método influencer", creado en colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria. Conversamos con ella sobre su trayectoria y su gran apuesta educativa en un mundo más digitalizado que nunca.
¿Qué destacarías de tu carrera? ¿Cómo has llegado al mundo de las redes?
Destacaría mi inquietud continua para aprender cosas nuevas y mi atrevimiento a la hora de emprender diferentes proyectos, la mayoría en el área de la comunicación, en los que siempre he tenido como guía mi intuición y mis valores.
Empecé enfocándome, hace más de 19 años, en el sector de la moda, trabajando primero como directora de cuentas en la agencia de comunicación Replica y después como directora de comunicación de Pedro del Hierro, pero al ver que ahí no podía seguir evolucionando, decidí comenzar mi etapa como freelance centrándome más en el área de viajes, ya que estaba más conectada con mi carácter aventurero.
Cuando las redes sociales empezaron a emerger en España, allá por el 2008, yo decidí subirme a ese tren y, por eso, me especialicé en el entorno digital. Desde entonces he trabajando llevando a cabo diferentes proyectos de comunicación y relaciones públicas para importantes empresas del sector y colaborando con diferentes medios de comunicación.
El año 2017 supuso otro punto de inflexión en mi carrera profesional al conocer la noticia del suicidio de una influencer de 27 años. Esa realidad me apeló y decidí que quería aportar mi granito de arena para evitar esas tragedias, pero compartir mi experiencia laboral en el entorno digital no era suficiente.
Sabía que tenía que ampliar mi formación académica y, a partir de entonces, me puse manos a la obra y llevé a cabo diferentes programas de formación como el de “Comunicación Digital” en Inesdi Digital Business School, el de “Coaching Dialógico” y “Liderazgo (PDL)” en el IDDI de la Universidad Francisco de Vitoria y, finalmente, el Máster de Humanidades, de dos años de duración, también en la Universidad Francisco de Vitoria y que comencé el año de la pandemia.
El parón provocado por el virus me permitió tener tiempo también para hacer la formación como instructora de yoga en Zentro Urban Yoga, lo que me llevó a ampliar mi trabajo de comunicación también al área del bienestar.
¿Cómo surgió la idea de este máster? ¿En qué consiste? ¿Cuál es su programa?
No es un máster, es más bien un postgrado. Se trata de un Programa de Experto sobre Marca Personal, Liderazgo e Influencia Digital.
Después de formarme como coach en el 2017, la idea ya me rondaba en la cabeza y por eso empecé a dar charlas en colegios, universidades y fundaciones, pero fueron las enseñanzas del Máster de Humanidades las que más me movieron a querer dar un paso más allá, ya que veía que los conocimientos que estaba adquiriendo se podían aplicar al entorno digital y así ayudar a que los usuarios de las redes sociales pudieran desarrollar una actividad digital con un enfoque más humanista donde tuvieran presentes los grandes valores (Unidad, Verdad, Bondad y Belleza) para mejorar el entorno digital y evitar las tristes consecuencias (depresiones, crisis de ansiedad y autoestimas, suicidios…) que estaban causando, por ejemplo, una gestión no adecuada de las redes sociales. Así que le presenté la idea al rector de universidad Francisco de Vitoria y le encantó.
A partir de ahí, para poder materializar la idea, creamos un gran equipo en el que se encuentra la humanista y escritora María José Rubio, con la que tengo el placer de co-dirigir este programa, sumado a un elenco de 17 fantásticos doctores y profesores especializados en el área de Humanidades, Comunicación, Marketing y Negocio Digital entre los que se encuentran Joana San Roman (Social Media Manager de A3 Media), Irune López Villasante (ManagerCanal de Youtube del Canal LA VOZ Internacional), David Jordan (Fundador de ElRowFamily), el humanista Antonio Sastre…
Nuestro objetivo es que el alumno aprenda a crear su propia marca personal alineada con su 'Yo Esencial', que construya una comunidad virtual con la que se sienta conectado, que pueda desarrollar su propósito vital apoyándose en las redes sociales y haciendo un uso saludable y con sentido de las mismas y, además, que aprenda las claves para rentabilizar su trabajo de creación de contenidos digitales.
Este programa no fomenta que el alumno busque ser influencer como un fin en si mismo, sino que como consecuencia de su buen trabajo y de tener una mirada profunda enfocada en el bienestar, no solo de sí mismo sino también el de su comunidad virtual, se acabe convirtiendo en un referente de manera totalmente natural.
Nuestro valor diferencial es que, además de la formación en el área del Marketing, Comunicación y Business aplicadas al entorno digital, consideramos esencial que el alumno aprenda a mirar de manera más profunda a las redes sociales, a él mismo y a los demás para fomentar los encuentros de valor en ese ámbito, ya que es de esos encuentros de donde surgen frutos maravillosos como son la alegría, el entusiasmo, la buena energía, la creatividad, la luz…que hacen al ser humano vivir con una mayor plenitud. Esta formación ayuda a la persona a descubrir el modo de hacerlo.
¿Podría dar lugar a otro máster especializado?
Quién sabe… todo depende de la aceptación del público. Hay que ir poco a poco… ojalá.
¿Crees que el propio concepto de influencer conlleva prejuicios?
Desde luego que sí porque ese término se suele relacionar con jóvenes que muestran tan solo su vida personal y se quedan con una visión superficial de la vida. Lo cual no digo que esté mal porque es una dimensión importante y necesaria de nuestra vida, pero el espectro de las personas que influyen en esta sociedad, en mi opinión, es mucho más amplio.
Hay celebridades y expertos en diferentes áreas que comparten conocimientos en sus propios ámbitos y dan un gran ejemplo de vida a los demás y esto me parece que tiene un gran valor.
¿Qué es para ti un buen influencer?
Un buen influencer, en mi opinión, es el que influye bien y para el bien teniendo presente valores esenciales como la responsabilidad, autenticidad, generosidad, espíritu de servicio, humildad, creatividad, compromiso, capacidad de escucha…
Un buen influencer tiene la capacidad de mirar de manera profunda la vida no quedándose tan solo en la búsqueda del bienestar propio sino también en el de los demás.
¿Crees que es una profesión con futuro a largo plazo? ¿Cómo crees que se puede reinventar?
En mi opinión, ser influencer no es una profesión en sí misma sino una consecuencia del trabajo y actitud ante de la vida que tenga una persona. Creo que buscar ser un influencer como un fin en sí mismo acaba alejando a la persona de conseguir esa meta.
Una persona que ha logrado encontrar su propósito de vida, dedica tiempo a formarse bien en ello y pone al servicio de los demás sus conocimientos y capacidades ya se convierte, de alguna manera, en un influencer. Cuando una persona encuentra su “para qué” en la vida es feliz haciendo lo que hace llegando a una o a muchas personas.
Cada vez más jóvenes se plantean serlos... ¿Por qué crees que genera tanto interés?
Porque esos jóvenes buscan beneficios fáciles y efímeros (fama, dinero, regalos…) y no entienden que detrás de la figura de un influencer hay una vida real de mucho trabajo, esfuerzo y también sufrimiento.
El problema es que en los tiempos de hoy se fomenta la ley del mínimo esfuerzo para conseguir distintas metas placenteras, pero es que ese tipo de placeres, aunque se disfrutan, son momentáneos y se acaban esfumando y no logran que la persona alcance una plenitud más duradera que es la que emana de alimentar la vida espiritual y tener una vida interior fuerte y en equilibrio.
¿Crees que son conscientes de las posibles derivas?
No, como decía antes, la mayoría se queda en la dimensión superficial. Es normal en los jóvenes por la edad y falta de madurez y por eso es importante ofrecerles una buena formación que les ayude a ampliar consciencia sobre ello.
A nivel personal, tienes más de 124 mil seguidores en Instagram. ¿Lo ves como un aliciente o un motivo de presión?
Lo veo como una responsabilidad de compartir contenidos de valor con la comunidad de personas que sigue mis pasos y que me confía en mi.
¿Quién es tu referente a nivel digital?
Todos aquellos profesionales que dedican su tiempo a compartir contenidos de valor y que aporten de manera positiva a los demás.
Por ejemplo, Marián Rojas en el área de psiquiatría, Anne Igartiburu en el área de Coaching, María Rossich en el área de entrenamiento físico, Mercedes de la Rosa en el área de yoga, Inés Basterra de “Hoy comemos sano” en el área de la cocina, Violeta Dávila y Patricia Villalobos de “Cooltural Plans” en el área de la cultura, Valentina Suárez-Zuloaga de “Es Fascinante” en el área de moda, Clara López de Lemus de “La Virgen de la Alegría” en el área religiosa…