
Pareja durmiendo.
Qué es el divorcio del sueño: el fenómeno en aumento en España que afecta a parejas de larga duración
Según los estudios, cada vez más parejas deciden dormir en camas separadas para mejorar el descanso y la conexión sentimental.
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Según el último informe 'Transformación y crisis de la institución matrimonial', elaborado por el Observatorio Demográfico CEU, más del 50% de los matrimonios en España acaban en divorcio. Parejas que, después de haberse querido, llegan al acuerdo mutuo de comparecer ante el juez y sentenciar la separación.
Aunque la cifra parezca elevada, la realidad es que existen muchos más divorcios de lo que los análisis puedan demostrar; sin embargo, no somos conscientes de ello o no están registrados. Separaciones silenciosas, en las que la pareja decide ocultar la ruptura o, incluso, separaciones que se hacen buscando el bien común y que solo consisten en dejar de dormir juntos.
Los expertos lo llaman divorcio del sueño o sleep divorce. Y lejos de pasar por un juzgado para firmar la separación, consiste en tomar la decisión de dormir en camas separadas, aunque conviváis bajo el mismo techo. Esto puede parecer una medida muy drástica, pero en realidad es un hábito muy simple que puede mejorar la situación de la relación en múltiples aspectos.
En qué consiste el 'divorcio del sueño'
Un estudio publicado en 2013 revelaba que en Canadá alrededor del 40% de las parejas dormían en camas separadas. Además, según indican diferentes estudios y especialistas, es un planteamiento que en la actualidad se está dando con mayor frecuencia entre las parejas que quieren dormir mejor y, por ende, beneficiar su relación sentimental.
"El divorcio del sueño suele ser algo que, inicialmente, se hace temporalmente. Pero luego las parejas se dan cuenta de que en realidad duermen mejor cuando están solos", explica Stephanie Collier, psiquiatra de McLean Hospital a BBC. De esta forma, pasa de ser algo provisional, a un hábito indefinido.
Este hábito comienza cuando uno de los dos descubre que no descansa por las noches. Las razones tienen que ver con la salud, quizás nuestra pareja ronca, es sonámbula, es inquieta o va mucho al baño. Aunque dormir mal puede parecer una cuestión insignificante, la realidad es que puede provocar un aumento en los conflictos y en las peleas en la relación.
Nadie está de buen humor tras una mala noche, y la falta de sueño puede afectar en la capacidad de empatía, la base de cualquier tipo de relación. Además, provocará que, diferencias que no tienen mayor importancia, acaben convirtiéndose en grandes conflictos por no haber sabido gestionarlo bien desde un principio.
Además de las preferencias individuales y las dinámicas de la relación, factores como la edad y ajetreo de la vida diaria también pueden afectar el descanso en pareja. Los cambios hormonales, la termorregulación y la necesidad de sueño varían con la edad, lo que puede requerir adaptaciones en el entorno de descanso.
Sin embargo, el divorcio del sueño beneficia en este aspecto. Según una investigación del Better Sleep Council de Estados Unidos, dormir separados resuelve los problemas del sueño. El 26% de los encuestados aseguró dormir mejor en soledad y el 9% admitió hacerlo en habitaciones separadas. Según el mismo sondeo, casi 2 de cada 10 estadounidenses dijeron que la casa ideal es una con dos dormitorios principales separados.
Las ventajas y desventajas del divorcio del sueño
Las necesidades y las costumbres del sueño no tienen por qué ser las mismas que las de tu pareja. A la hora de acostarse podemos tener rutinas muy diferentes que al final afecten en la calidad del sueño. Dormir mal y no descansar produce efectos nocivos que acarreamos durante el resto del día, como la somnolencia, problemas de concentración, irritabilidad y cambios en el estado de ánimo.
Dormir de forma separada permite evitar las molestias mencionadas: nada de movimientos que te despierten o sonidos molestos, adiós a pelear por la manta, etcétera. Algunos medios aducen que este tipo de comportamientos puede aumentar hasta un 50% el riesgo de producir un trastorno del sueño en tu pareja.
Y hay más puntos a favor, como cubrir las necesidades y hábitos de cada uno. Hay quien necesita dormir más temprano por gusto o por cuestiones de horarios. Hay quien prefiere más o menos luz. Y hay quien está a gusto con una temperatura diferente.
Las razones pueden varias, pero los efectos han de ser los mismos: mejorar el reposo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que los adultos de 18 a 64 años duerman entre siete y nueve horas por noche, así se descansará y se generará la dopamina necesaria.
Si el descanso es mayor, nuestro estado de ánimo también mejorará, y eso facilitará la convivencia. Habrá menos peleas, sabremos resolver mejor los conflictos y nos mostraremos mucho más empáticos y cariñosos con nuestra pareja.
Asociamos el coito a la cama, por lo que parece que si no dormimos juntos, las relaciones carnales de la pareja se van a ver afectadas. Según un estudio realizado en Reino Unido, el 38% de parejas británicas que tomó la decisión de irse a su propia cama después de haberla compartido, aseguró que sus relaciones de pareja habían mejorado.
Al final, a dormir en camas separadas y romper con la "rutina" de dormir juntos, surge ese sentimiento de echar de menos al otro y, por lo tanto, aumenta el deseo y mejora las relaciones de la pareja. Lo más importante es que ambas partes estén de acuerdo y que ninguno de los dos lo sienta como una traición.
En cuanto a los inconvenientes, uno de los más obvios es el riesgo de mermar la intimidad. Al perder este espacio al terminar el día, podrían disminuir los momentos de cercanía. Sin embargo, algunos expertos arguyen que para mantener esa vida íntima hay que promover otros hábitos.
Encontrar instantes de calidad, salir a dar un paseo, irse de fin de semana o, incluso, a cenar, puede conseguir equilibrar esos momentos en los que dormimos separados.