Julie Smith.

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Estilo de vida

Julie Smith, psicóloga: "El 20% de la población es altamente sensible. Estas son las cinco señales que lo indican"

La alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad identificado y estudiado por la psicóloga Elaine Aron en la década de los noventa.

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Las personas altamente sensibles (PAS) son personas que procesan la información recibida de manera intensa y profunda. A diferencia de los sentimientos que podemos experimentar ante circunstancias que lo obligan, una persona PAS tiene un nivel diferente de sensibilidad. Es un rasgo de personalidad que trae consigo fortalezas, pero también muchos desafíos, que pueden interferir directamente con el modo de vida. 

Se cree que las personas altamente sensibles representan aproximadamente el 20% de la población general. El término fue acuñado por primera vez por los psicólogos Elaine Aron y Arthur Aron a mediados de los años 1990. Elaine publicó el libro que trataba el tema seis años después, y desde entonces, el concepto ha seguido creciendo hasta el día de hoy. 

Debido a la complejidad de su significado, es muy difícil identificar si somos introvertidos o somos personas PAS. Según los expertos como la reconocida psicóloga Julie Smith, hay ciertas señales que los profesionales identifican a la hora del diagnostico y que, además, son diferentes a aquello que sienten las personas introvertidas, sensibles o tímidas.

Qué es ser una persona altamente sensible

Ser una persona altamente sensible no es lo mismo que ser introvertido, aunque a veces se confundan o se superpongan ciertas características. Las personas altamente sensibles (PAS) tienen un sistema nervioso más receptivo y reactivo a los estímulos, lo que les permite percibir detalles sutiles en el entorno que otras personas podrían pasar por alto.

Esta capacidad de percepción profunda no solo se limita a los estímulos externos, como luces brillantes, ruidos fuertes o aglomeraciones, sino también a los estados emocionales de quienes les rodean, explica la psicóloga: la empatía y la intuición son cualidades predominantes en las PAS.

La psicóloga Jane Smith destaca que ser una persona altamente sensible no es un trastorno clínico ni una patología. Es simplemente una forma de ser, un rasgo de personalidad que puede convertirse en una fortaleza si se gestiona adecuadamente. Sin embargo, la alta sensibilidad puede llevar al agotamiento mental o físico, especialmente después de experiencias sociales intensas o situaciones emocionales desbordantes.

Estas personas suelen estar muy en sintonía con los sentimientos de los demás, captando matices emocionales que a otros se les escapan. Por ejemplo, pueden notar cambios en el tono de voz, en la expresión facial o incluso en la postura corporal, lo que les permite intuir cómo se siente alguien, aunque esa persona no lo haya expresado verbalmente.

Sin embargo, esta habilidad también puede convertirse en una carga emocional, ya que absorben con facilidad los estados de ánimo ajenos. Si están rodeadas de personas que se sienten ansiosas, tristes o enfadadas, pueden llegar a experimentar esas mismas emociones de manera intensa, afectando su propio bienestar emocional.

A menudo, las PAS pueden sentirse abrumadas en entornos concurridos o ruidosos. La acumulación de estímulos sensoriales –como el bullicio de un centro comercial, el tráfico intenso o incluso la sobreexposición a pantallas digitales– puede resultar agotadora.

Esto se debe a que su sistema nervioso procesa la información de manera más profunda y detallada, requiriendo más tiempo y energía para gestionar la saturación sensorial. Como resultado, "sienten una fuerte necesidad de soledad para recargar energías después de las interacciones sociales", indica Smith.

No es que sean necesariamente introvertidos —de hecho, aproximadamente el 30% de las PAS son extrovertidas—, sino que necesitan tiempo para desconectar del ruido externo y reencontrarse con un equilibrio interno.

En el ámbito social, las PAS pueden ser excelentes oyentes y amigos comprensivos, ya que tienen una gran capacidad de empatía y pueden ponerse fácilmente en el lugar del otro. Sin embargo, debido a su sensibilidad a las críticas y a su tendencia a evitar conflictos, pueden tener dificultades para poner límites o expresar sus propias necesidades.

Las señales claras de que eres una persona PAS 

Las personas altamente sensibles (PAS) presentan una serie de rasgos que van más allá de la mera sensibilidad emocional o la introversión. Estos rasgos han sido estudiados y reconocidos por organizaciones como la Asociación para todas las Personas con Alta Sensibilidad de España o el propio Elain Aron.

  1. Sensibilidad ante las sutilezas: Perciben detalles sutiles en el entorno y en las emociones de los demás que suelen pasar desapercibidos para otras personas.

  2. Alta emocionalidad o empatía: Sienten profundamente las emociones ajenas y tienen una gran capacidad para ponerse en el lugar del otro.

  3. Procesamiento profundo de la información: Analizan de manera detallada y reflexiva, lo que puede llevar a la indecisión o la parálisis por análisis.

  4. Sobreestimulación: Se sienten fácilmente abrumadas en entornos ruidosos, concurridos o emocionalmente intensos.

  5. Necesidad de soledad para recargar energías: Después de experiencias sociales intensas o situaciones emocionalmente demandantes, requieren tiempo a solas para recuperarse.

Aceptar y entender su propia sensibilidad es un paso fundamental para una PAS. Al reconocerse a sí mismas como personas altamente sensibles, pueden dejar de percibir este rasgo como una debilidad y comenzar a verlo como una característica que les permite conectar profundamente con el mundo y las personas que las rodean. 

La doctora Smith subraya que las PAS deben practicar el autocuidado con intención y consistencia. Esto puede incluir actividades que fomenten la calma y el equilibrio, como la meditación, el yoga, la escritura terapéutica o simplemente disfrutar de la naturaleza. También es importante que desarrollen habilidades para comunicar sus necesidades emocionales de manera asertiva, sin sentirse culpables, por requerir tiempo a solas o por evitar situaciones que les resulten emocionalmente desgastantes.