
Manuel Sans Segarra.
Manuel Sans Segarra, médico cirujano: "Este es el único motivo por el que las personas le tienen miedo a la muerte"
Según explica el médico cirujano, el miedo a la muerte surge porque nuestra sociedad nos enseña a identificarnos con lo material.
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La tanatofobia es un sentimiento persistente, anormal e injustificado miedo a la muerte o a morir. Según la Fundación Mapfre, se calcula que alrededor de un 2% de la población vive con ella, siendo más habitual en la clase media y en mujeres. Suele iniciarse entre los 20 y 40 años, y tiende a disminuir significativamente a partir de los 65 años, cuando la muerte se integra como parte de la secuencia habitual de la vida.
Más allá de esta fobia, tener miedo o ansiedad sobre la muerte es una parte totalmente normal de la condición humana. Para algunos, pensar sobre su propia muerte o el proceso de morir puede causar un miedo irracional —la tanatofobia—, mientras que muchos otros lo consideran parte de su pensamiento diario.
Como todos los miedos y fobias, no siempre es fácil identificar una causa que las explique. De todos los expertos que han dedicado parte de su carrera a investigarlo, el médico cirujano Manuel Sans Segarra sugiere que es culpa de nuestro 'ego'. Para el experto, "es la consecuencia de la gran preocupación excesiva por uno mismo que impera en nuestra sociedad".
El 'ego' y su relación con el miedo a la muerte
Según explica el médico cirujano, el miedo a la muerte surge porque nuestra sociedad nos enseña a identificarnos con lo material: el éxito, la fama, el dinero y el poder. Desde pequeños, aprendemos a definirnos por lo que tenemos y por cómo nos ven los demás. Debido a que estas cosas pueden desaparecer en cualquier momento, nuestra identidad se vuelve frágil y dependiente de factores externos.
Esa imagen que construimos de nosotros mismos basada en lo material se define como 'ego' y es esa parte de nosotros mismos que sabe que la muerte significa perder todo lo que ha acumulado. El fin de la vida es, para él, el peor de los finales, porque cree que sin el cuerpo y sin lo que ha logrado, dejará de existir por completo.
En este sentido, el experto define el miedo a la muerte como una consecuencia directa de la forma en que nuestra civilización ha construido su identidad sobre la base del materialismo. En una sociedad donde se priorizan el éxito, la fama, la riqueza y el poder como los máximos objetivos de la vida, aprendemos desde pequeños a identificarnos con todo aquello que se puede acumular y exhibir.
El 'ego', al estar basado en lo material, sabe que la muerte es inevitable y que, al llegar, el cuerpo desaparecerá. Esto significa para él la aniquilación total, la pérdida de todo aquello con lo que se ha identificado: su estatus, su imagen, su poder y su influencia.
Este temor se manifiesta de muchas maneras en la vida cotidiana. La obsesión por la juventud eterna, la negación del envejecimiento, la medicalización extrema para prolongar la vida a toda costa y el culto al éxito y la productividad son algunos de los síntomas de una sociedad que no ha aprendido a aceptar la muerte como parte natural de la existencia.
La felicidad, según el experto, se asocia exclusivamente con el tener y el hacer, no con el ser. En este contexto, la muerte es vista como una derrota, como el fin de todo propósito y como la peor de las tragedias; sin embargo, este miedo podría disiparse si la humanidad comprendiera que su esencia va más allá del ego y de lo material.
Cómo no tener miedo a la muerte, según Sans Segarra
Según Manuel Sans Segarra, para reducir o eliminar el miedo a la muerte, las personas tienen que dejar de identificarse únicamente con su imagen externa y con lo que poseen, ya que de esta forma, podrían descubrir que su verdadera identidad no se destruye con la muerte del cuerpo.
La muerte solo es aterradora para quienes creen que son únicamente su cuerpo y su ego, si no que tiene mucho que ver con la cultura en la que vivimos. La sociedad moderna no ha generado una visión trascendental de la muerte ni ha fomentado una relación sana con la idea, sino que la ha convertido en un tabú, en un tema del que se evita hablar.
Esto refuerza el miedo, ya que lo desconocido siempre es aterrador, y cuando se percibe la muerte como el final absoluto, la angustia se convierte en un sentimiento constante, que muchos intentan ignorar.
Para el hinduismo, por ejemplo, la muerte se trata de una simple transición. El cuerpo físico que alberga nuestra alma se marchita, y dicha alma encuentra un nuevo recipiente en otro cuerpo. En función de los actos cometidos durante la vida anterior, buenos o malos, el cuerpo que recibamos será mejor o peor.
Basándose en aquello que han aprendido desde pequeño, las personas no le tienen miedo a la muerte. Según Sans Segarra, si nuestra cultura promoviera una visión más profunda de la vida, el miedo a la muerte no sería tan angustiante, y podríamos aceptarla como parte natural de la existencia.