La actriz Demi Moore en el Festival de Cannes en mayo del año pasado.

La actriz Demi Moore en el Festival de Cannes en mayo del año pasado. Gtres

Lujos ANÁLISIS

¿Hace Demi Moore de sí misma en 'La sustancia'? El viacrucis estético que acabó dándole el papel de su vida

La actriz siempre se ha mostrado públicamente contraria a las operaciones de estética. En 2021, unos retoques en su rostro provocaron una gran polvareda.

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El 27 de enero de 2021, cuando paulatinamente volvíamos a tener un poco de oxígeno tras varios meses confinados por la pandemia de coronavirus, la firma italiana Fendi, sin público físico, eso sí, desplegó en París todo su arte, lujo y savoir faire al presentar ante el mundo su colección de alta costura. La estrella de la pasarela no era otra que la actriz Demi Moore.

Con todos los ojos puestos en ella, más allá de las exquisitas prendas elaboradas a mano una a una, detalle a detalle, hilván a hilván -ese es el sello de la haute couture-, el rostro de la intérprete llamó especialmente la atención de propios y ajenos. Su foto desfilando despertó una gran polvareda. La frente de Moore aparecía sin una sola arrugala nariz, visiblemente más redondeada; los ojos, sin apenas expresividad y, principalmente, una boca y unos pómulos retocados que cambiaron por completo la expresión de su cara. Pero... ¿qué le había pasado a Demi? 

Según los expertos, para hacer un análisis certero, había que esperar un tiempo ya que, más que una mala praxis plástica, podía deberse a la inflamación de una operación reciente. Se habló de bótox, bichectomía, "sonrisa del payaso", aunque la realidad fue que, con el paso de las semanas, su rostro volvió a ser el que era. Los médicos afirmaron que todo parecía indicar que se trataba de hilos tensores que traccionaban los músculos creando ese inusual rictus. 

Demi Moore en el desfile de alta costura de Fendi de 2021.

Demi Moore en el desfile de alta costura de Fendi de 2021.

Como escribió en relación a este asunto la periodista y columnista de EL ESPAÑOL y Magas, Lorena G. Maldonado: "Querida Demi [...] Mientras tu cuerpo resista, será bello; mientras tu cuerpo resista, será bueno. No hagas caso a los médicos de la guapura: nos prefieren acobardadas y henchidas a complejos, nos prefieren acojonadas por los años y por los cánones nuevos. [...] En medio del siglo del bótox, de las costillas extirpadas y del rostro robot que nos prometen los credos de la publicidad, el Instagram y la moda -y del que todos formamos parte-, cuestiono severamente que la belleza consista en parecerse cada vez más a algo que no sea una misma. Nos estamos alejando de la verdad, nos estamos escapando del centro".

Paradójicamente, Demi Moore, una de las actrices más respetadas y queridas de Hollywood, siempre se ha mostrado contraria a las operaciones estéticas. Lo cierto es que los malintencionados comentarios sobre sus intervenciones no fueron algo nuevo en 2021. 

Hace más de 20 años, diferentes medios de comunicación americanos especializados en celebrities afirmaron que Demi Moore se había gastado 250.000 dólares en cirugía para transformar completamente su rostro y su cuerpo antes de rodar la película Los Ángeles de Charlie, en 2003, protagonizada por Cameron Diaz, Drew Barrymore y Lucy Liu. 

"Es completamente falso. Nunca lo he hecho", aseveró Moore en una entrevista, cuando el debate a través de X -antiguo Twitter- se hizo intenso con varios de sus seguidores acusándola de mentir. En sus propias palabras: "La idea de someterse a una operación para controlar el proceso de envejecimiento es una forma de combatir tu propia neurosis. El bisturí no te hará feliz". 

En 2019, en una entrevista para Daily Mirror sostuvo que estaba "abrazando" y "reconciliándose" con la idea del envejecimiento natural. Sí que reconoció sin ambages que hubo momentos en su vida en que se había mirado al espejo y no se había gustado: "La gravedad va en algunas direcciones que no me gustan. Puedo mirarme en el espejo de vez en cuando y decir: 'Mentira, yo no soy así'". 

Demi Moore, ganadora al premio a la mejor actriz de comedia o musical por 'La sustancia'.

Demi Moore, ganadora al premio a la mejor actriz de comedia o musical por 'La sustancia'.

Ante esta situación, la pregunta es inevitable: ¿Se ha interpretado, de alguna forma, a sí misma en La sustancia, la película que la ha llevado a ganar el Globo de Oro y le puede encumbrar en los Bafta y los Oscar? ¿Es Demi Moore, como muchas mujeres del mundo, una víctima del sistema? A principios de 2022, meses después de su polémica imagen desfilando para Fendi, se confirmó que el papel protagonista para La Sustancia, de la directora Coralie Fargeat, era suyo.

El filme, que ahora ya se puede ver en algunas plataformas de streaming, combina elementos de terror y drama para entregar, finalmente, una crítica mordaz a la obsesión por la juventud y los estándares de belleza impuestos por la sociedad.

La trama versa sobre un momento clave en la vida de Elisabeth Sparkle (Demi Moore), una exestrella de Hollywood que, al cumplir la simbólica cifra de 50 años, es despedida de su programa de fitness televisivo debido a su edad. Desesperada por recuperar su glitter, Elisabeth recurre a una misteriosa sustancia que, al inyectársela, le permite crear una versión "más joven y perfecta de sí misma", llamada Sue (Margaret Qualley).

Demi Moore, en un 'frame' de 'La sustancia'.

Demi Moore, en un 'frame' de 'La sustancia'.

Ambas deben alternar sus existencias cada siete días, pero este equilibrio pronto se desmorona, llevando a las dos mujeres -en realidad, como recuerda el mensaje de la película, ella "siempre es la misma"- a consecuencias grotescas y perturbadoras.

La película ha recibido el aplauso de la crítica por su audaz narrativa. Además, en ella se usa el subgénero del body horror para explorar de manera directa y visceral -incluso, en momentos, gore- temas como el edadismo, la presión estética sobre las mujeres y la autoimagen en la industria del entretenimiento y la sociedad en general.

A través de impactantes momentos y una narrativa provocadora, La Sustancia invita a reflexionar sobre los extremos a los que se puede llegar en la búsqueda de la considerada "perfección física" y la eterna juventud.

Demi Moore, en una escena de 'La sustancia'.

Demi Moore, en una escena de 'La sustancia'. Gtres

Algunos críticos la consideran "una obra brutal y caricaturesca que canaliza su indignación de manera efectiva, comparándola con otras películas que abordan temas similares desde una perspectiva feminista". Sin embargo, su enfoque extremo y explícito ha generado opiniones divididas, con algunos espectadores abandonando las salas debido a sus escenas gráficas.

De lo que no hay duda es de que este viacrucis estético personal de Demi Moore se ha canjeado, casualmente o no, en el papel más importante de su carrera. La intérprete, a la que en un casting llegaron a decirle que era una "actriz de palomitas" -de peliculas de serie B- se ha pasado el juego, tiene luz propia, dentro y fuera de la gran pantalla, en el set y en las alfombras rojas, y quién sabe si en las próximas semanas, en la vitrina más especial de su mansión, convivan juntos tres de los más grandes reconocimientos del cine internacional: el Globo de Oro -este ya es suyo-, el Bafta y el Oscar a Mejor Actriz.