
Emilce Cuda, la mujer laica con el cargo más alto de la Curia en la Santa Sede, junto al Papa Francisco
Emilce Cuda, la mujer laica con el cargo más alto de la Curia en la Santa Sede: “El tango sirve para entender al Papa”
Sabe leer al pontífice, pero también analizar la situación actual de la sociedad y los problemas de la comunidad hispanohablante. Su visión mejora el mundo.
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Lo mismo cita a Shakespeare que una encíclica; describe la circularidad del tempietto de Bramante o una escena violenta de Marlon Brando en Apocalypse Now. Emilce Cuda es la primera mujer laica en un puesto de tanto poder en la legendaria unidad administrativa de más alto rango de la Santa Sede, la Curia, en la que trabajan ahora un 23% de mujeres.
Reside en un palazzo de la zona del Trastévere y, cuando tiene tiempo, le gusta caminar por la colina romana que se levanta entre su barrio y el Vaticano, hacia el suroeste del río Tíber, atravesando la plaza de Garibaldi y el paseo de los poetas, desde donde se puede obtener una de las mejores vistas de Roma. Afirma que los turistas transmiten felicidad.
Estas semanas, los medios de todo el mundo siguen cómo el Papa se está recuperando lentamente y podría ser incluso que en breve retomase su agenda, lo cual significaría la vuelta a la actividad de su 'jefe'. Esta teóloga argentina nos cuenta que le gusta especialmente Madrid y que le recuerda a un anterior Buenos Aires, de cuando ella era pequeña, "mi ciudad, que ahora está un poco deteriorada, tristemente".
Casada, con dos hijos en la veintena, Emilce Cuda se formó en Filosofía, Ciencias políticas, estudió un MBA y es doctora en Teología, en la especialidad de moral social. Su nombre, de origen latino, significa literalmente trabajadora audaz.
Compartió gran parte de su aprendizaje con el jesuita Juan Carlos Scannone —uno de los profesores más influyentes también del Papa—, pasando del ámbito universitario e institucional como profesora de Boston College, Northwestern o St. Thomas University a convertirse, con la llamada del Papa, en la primera mujer con un puesto equivalente al de Ministra en un gobierno seglar, responsable para los territorios de América y España como Secretaria de una Comisión hispanohablante creada por Pio XII en 1958, algo impensable hace poco.
¿En qué consiste exactamente su trabajo?
Soy secretaria de la Comisión para América Latina, me ocupo del territorio de Sudamérica, Centroamérica y Caribe. También, por pedido del Papa y la aprobación de los prefectos, de tantos latinoamericanos que se encuentran en Estados Unidos, a día de hoy más de 62 millones de personas, y de la Península Ibérica.
La nueva frontera geopolítica no es física sino simbólica y pasa a través del lenguaje hablado: una persona en Ecuador puede influir en las concepciones políticas o religiosas de España o viceversa. Mi función es construir puentes desde la realidad. No es que yo piense programas en mi oficina y luego se hagan, al contrario, recibo propuestas, busco recursos, e impulso que se lleven adelante por medio de acuerdos, siempre vinculados con el Papa.
¿Cómo es su día a día? Resulta intrigante imaginarlo.
Se ha construido un gran imaginario alrededor de la Curia Romana a través del cine y la novela, prima más la imagen de la intriga y la oscuridad tenebrosa que la de un ambiente de trabajo. Realmente es un lugar donde hay un montón de oficinas con puestos de dirección y empleados que cumplimos un horario de acuerdo a las responsabilidades de cada cual. Es un ambiente de trabajo agradable.

Emilce Cuda: "Mi función es construir puentes desde la realidad"
Yo provengo de la universidad, donde trabajé más de treinta años como profesora y directora de un grupo de investigación, también fui asesora de organismos internacionales y, cuando el Papa me convocó para trabajar en la Curia vine a proponer todo ese saber. Por un lado, es un ambiente muy confortable. Tengo una buena relación con los Prefectos, con los otros Secretarios y por supuesto con el jefe máximo, que es el Papa Francisco, con el que trabajo y tengo reuniones.
¿Cómo es una reunión de trabajo con su jefe?
Él es una persona muy amistosa, entabla relaciones de amistad y reconocimiento. Y esta es una Curia nombrada por él, en general todos tenemos un mismo perfil, hay mucha colaboración.
¿De qué hablaron en su primer encuentro con el Papa?
Fue en el año 2016 y ahí me hizo referencia a Argentina, pero sobre todo el primer tema del que hablamos fue la universidad. Él estaba sorprendido de la apertura que tenían las universidades públicas al nuevo magisterio social de su pontificado…
Usted proviene del ámbito universitario, ¿qué importancia tiene hoy?
Es un lugar de pensamiento crítico, de investigación, de concienciación, de responsabilidad, no solamente un centro de capacitación y formación laboral. Es un ente autárquico que tiene una responsabilidad social y así lo ha demostrado históricamente. Su nombre mismo así lo indica, 'universitas' significa 'como uno, hacia adelante'.

Emilce Cuda: "La universidad anima a no tener miedo, a romper con el Statu quo para bien".
Anima a no tener miedo, a romper con el Statu quo para bien. Un reciente acuerdo con la OEI se basa en que tenemos un agente en común que es la educación, a través de los sistemas universitarios, los sindicatos, las cámaras de comercio... tenemos un buen escenario por delante.
La definen como "la mujer que sabe leer al Papa Francisco", ¿cómo se consigue?
Su modo es la novedad: como diría Shakespeare, en el cómo está el sentido. No es lo que está diciendo, sino cómo lo está diciendo, y eso es lo que hace cada pontífice de acuerdo a la adversidad que presenta cada momento histórico.
En contextos como Estados Unidos no se leen las encíclicas, no se conoce el pensamiento social de la Iglesia, se toman frases sueltas que no se comprenden y luego son blanco vulnerable de acusaciones ideológicas. Para leer al Papa hay que ponerlo en el contexto y continuidad de una tradición, no tomar afirmaciones sueltas de sus homilías o entrevistas sin interpretarlo en la armonía de todo el magisterio social pontificio. Por el lado de lo personal, toda esa apreciación la hago porque soy teóloga.
Soy Secretaria de la Curia romana, pero también doctora en teología, especialista en moral social, no en liturgia ni en Biblia: si fuera biblista no dirían que soy la que sabe leer al Papa, pero justamente mi especialidad es esa, la moral social, que es central en el magisterio de Francisco.
Además, hemos tenido una formación en el mismo contexto histórico, político, social y económico y el mismo maestro, que fue el jesuita Juan Carlos Scannone, con quien trabajé ocho años —cuando él falleció el Papa me convocó a trabajar en la Curia—, eso hace que quizás tenga más elementos para interpretarlo.
Es la primera mujer laica argentina en recibir un doctorado en teología moral y tener un cargo de este nivel en la Curia.
Sí, en teología moral sí. Fui la segunda mujer en doctorarme en teología, la primera fue Virginia Azcuy, como comentaba yo soy especialista en moral social, un campo bastante resistido inicialmente.

Emilce Cuda: "Ocuparse de la vida no es sólo ocuparse del inicio y del fin de la vida"
Soy miembro de las dos Academias pontificias de la Curia romana, tanto de la Academia de ciencias sociales como de la Academia para la vida, donde también el Papa nombró a otras mujeres como la economista Mariana Mazzucato, ese gesto tiene que ver con poner en valor la moral social: ocuparse de la vida no es sólo ocuparse del inicio y del fin de la vida, o de los asuntos de la salud física, sino de la vida en el entretiempo y de la salud social, del trabajo y de la salud comunitaria…
Su enfoque se basa en una visión poliédrica que incluye la cultura popular, suele mencionar elementos populares y underground.
El punto de partida es la realidad. Esto no contradice al credo cristiano porque la diferencia entre el cristianismo y otras religiones es que nuestro Dios se encarna y se convierte en una realidad tangible y a partir de eso se construye el cristianismo.
Hace posible que interpretemos ese Evangelio a partir de la cultura popular, no sólo de fórmulas filosóficas, o necesariamente de la palabra, sino del arte, a través de las letras de las canciones, los grafitis y los tatuajes. El Papa Francisco tiene mucho de eso, expresiones lacónicas que son cortas, contundentes, que a los teólogos nos corresponde expandir.
¿Incluso del tango?
El tango fue el lenguaje contemporáneo de la juventud de Francisco, una época en la que uno se alimenta. Tiene una particularidad, y es que contiene muchos elementos en él que hacen referencias a Dios, a su madre, a los sacramentos, al culto de los muertos e identifica mucho esa sapiencia del Río de la Plata. Es muy católico, y sirve mucho para entender al Papa.
Expresa la importancia de la voluntad de diálogo "no sólo con aquellos que piensan de la misma manera".
En el capítulo seis de Fratelli tutti [tercera encíclica del Papa] se habla del diálogo social. Podemos entender que el diálogo social no es un diálogo entre amigos, es una conversación entre partes en conflicto, es sentarse a una mesa de pares, a una negociación colectiva cuando hay intereses y necesidades contrapuestas. Eso lleva a un acuerdo abierto por un tiempo determinado para avanzar en algunos puntos y ceder en otros. Eso es un diálogo social, una negociación colectiva.
Da origen, por ejemplo, a la Organización Internacional del Trabajo, formada por organizaciones sindicales, cámaras empresariales y gobiernos cuya presencia legitima el acuerdo social. Si no se explica, se entiende como una charla entre amigos, en la que aquel que tiene intereses opuestos es criminalizado y no creíble. Al que no piensa igual lo consideramos enemigo.
Entender qué es el diálogo social es fundamental para avanzar. Y para eso hay que sentar a la mesa a todos, no invitar a los que piensan como yo, o a los que son buenos, porque la vida pende de un hilo y tenemos que estar todos para avanzar.
¿Cómo describiría la sociedad actual en el ámbito hispanohablante?
Estamos en un estado crítico, por una crisis ecológica socioambiental. Viajo mucho al territorio, también a Estados Unidos y Canadá, por supuesto que la postura de la filosofía y teología latinoamericana requiere pensar en comunidades y no en individuos, pero no en "comunidades individualistas", como dice el Papa.
Por eso, las universidades son comunidades organizadas en red, tanto las católicas como las seculares. Conectarlas con el trabajo organizado, como los sindicatos y las cámaras de empresarios y a su vez con las gubernamentales, el gobierno de la Iglesia y los gobiernos seculares y los organismos internacionales sirve para construir puentes. Trabajando con redes, a partir de un sueño, como habla el Papa. Así es el programa Building bridges.
En qué consiste la campaña La vida pende de un hilo.
La vida está en un estado crítico por una crisis ecológica socioambiental. Pero hablar de esto es una expresión abstracta que corre el riesgo de convertirse en un significante vacío, hacerla concreta es decir que la vida pende de un hilo. La gente lo entiende.
Estamos en una crisis de representación, con una deuda pública impagable, tenemos una crisis cultural, en muchos países desaparecen mujeres y hombres en sistemas de cárceles privadas, hay tráfico de órganos, muchos jóvenes en el narcotráfico, hay muerte, hay una guerra a pedazos.

Emilce Cuda, en la COP 28
Por supuesto que nos impacta la muerte violenta de una guerra internacional pero en el ámbito latinoamericano tenemos un goteo de muertes que tiene que ver con otras guerras. Hay que pensar el número de mujeres desaparecidas, de niños perdidos o muertos de hambre.
El Papa dice que es un Sistema el que mata. Si desplazamos la responsabilidad al sistema —en términos teológicos sería lo mismo que hablar de pecado estructural—, todos aquellos que considerábamos pecadores pasan a ser víctimas. Como dice el padrenuestro que rezamos todos los días para evitar caer en la tentación, no es solo una petición individual, sino que tiene que ver con caídas sociales de un sistema democrático que se está volviendo autorreferencial y es cada vez más débil.
El Papa Francisco habla de no perder el asombro ante la violencia y la muerte…
Recuerdo una escena de Apocalypse Now, al final de la película Marlon Brando mostraba cadáveres colgando, para que su pueblo perdiera el asombro frente al crimen y pudiera avanzar la violencia. Hoy estamos en una cultura en la que se exhiben los muertos, la agresión no se oculta y nadie se asombra por esa exhibición obscena de la miseria, en ese marco una teología comprometida con la dignidad humana tiene que hacerse cargo.
Hay que enunciarla en un lenguaje que la gente comprenda, para que en la exhibición de lo violento y lo morboso no se nos acostumbre a convivir con la muerte y sí con la vida. Se debe recurrir a un lenguaje directo e iniciar una campaña de concienciación, durante un año bajo ese paraguas tomaremos conciencia de que no puede normalizarse la muerte.
¿Qué respondería a quienes afirman que la Iglesia cometió errores en el pasado y que sigue sin tener un lugar hoy para la igualdad?
Son slogans que se han instalado. La doctrina social es un monumento que el catolicismo aporta a la modernidad que influye en el pensamiento social. En la gran organización territorial de la Iglesia no sólo a través de obispados y episcopados, sino de universidades, colegios, hospitales, iglesias y redes territoriales, le aseguro que los casos que se denuncian son mucho menores a los casos de vidas que se salvan, de tantas personas que nadie conoce. Estoy orgullosa de ser católica, es una institución que defiende la vida.
Invitaría a los periodistas a que cuenten casos de vida, y a que no se hagan eco de un discurso que termina haciendo la religión del sistema que mata. Quisiera saber cuántas instituciones están poniendo a su gente de manera gratuita a dar su vida para rescatar mujeres del tráfico de personas o para evitar que muchas personas entren en cárceles clandestinas. Cuando la Iglesia pide disculpas por los errores, por supuesto es un gesto, pero los gestos cuentan y no sé cuántas Instituciones salen a pedir perdón por sus errores. En lo que otros ven algo negativo yo veo algo positivo.