Atún en conserva.

Atún en conserva. iStock

Salud y Bienestar

Adiós al atún claro: la nutricionista Leticia Zoé revela el truco para elegir la opción con menos mercurio

Según la experta, la clave está en leer bien el etiquetado para evitar riesgos innecesarios.

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El atún es uno de los pescados más consumidos en todo el mundo por sus numerosos beneficios para la salud, especialmente por su alto contenido en proteínas y ácidos grasos Omega-3, si bien siempre ha habido cierta preocupación por la presencia de mercurio en este pescado, un metal que, en grandes cantidades, puede ser perjudicial para la salud.

Dado que es un asunto que siempre ha generado gran preocupación, la conocida en las redes sociales como @zoletnutricion, ha querido esclarecer este asunto, indicando en una de sus últimas publicaciones sobre alimentación saludable que el mercurio es especialmente perjudicial para embarazadas y otros grupos vulnerables. Esto hace que sea necesario conocer algunos trucos para elegir las opciones más seguras en el supermercado.

Para la experta es fundamental fijarse en la denominación del producto a través de su etiquetado, estando aquí la clave para evitar el mercurio en las latas de atún. En este sentido, recalca que los productos que solo llevan la palabra "atún", suelen corresponderse con la especie Katsuwonus pelamis, también conocido como atún listado, y este es el que tiene una menor acumulación de mercurio.

Sin embargo, cuando figura "atún claro", se habla del Thunnus albacares, una especie de mayor tamaño que, debido a su longevidad, que es superior, tiende a concentrar una mayor cantidad de mercurio en los tejidos.

Asimismo, la información sobre la especie concreta del pescado puede aparecer en diferentes partes del envase, como en la lista de ingredientes, en los laterales del cartón o en la propia lata. No obstante, en algunos de los productos, es necesario acudir a la web del fabricante para verificar el origen.

Cómo evitar los riesgos del mercurio en el pescado

Desde la Agencia de la Seguridad Alimentaria (AESAN) han alertado en más de una ocasión del gran riesgo que supone para la salud la presencia de mercurio en los pescados, que son alimentos muy necesarios para poder seguir una alimentación equilibrada.

Es por este motivo por lo que diferentes expertos, entre ellos algunos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) han publicado una serie de consejos para evitar problemas con este metal pesado cuando se consumen pescados y mariscos.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el mercurio contamina el agua que llega al pescado y al marisco, y una vez que este es pescado y puesto a la venta, puede llegar a las cocinas y al cuerpo de los consumidores. Los pescados grandes y predadores, como el pez espada o el atún rojo, son los más propensos a acumular este metal.

Para evitar problemas derivados del consumo de niveles excesivos de mercurio, la recomendación de la OCU para por introducir una mayor variedad de pescados en la dieta y alternar su consumo, de manera que se evite estar recurriendo siempre a los mismos, especialmente si se trata de una de esas especies que acumula una mayor cantidad de este metal.

También recomienda que los colectivos más sensibles eviten consumir determinados productos, reduciendo la ingesta de pescados como atún rojo, pez espada, y los tiburones tintorera y marrajo o el cazón, pues en todos ellos es donde podemos encontrar una mayor concentración de mercurio.

En el lado contrario se sitúan los cefalópodos como el pulpo o el calamar, los moluscos bivalvos (mejillones y almejas), los langostinos y pescados como el lenguado y el salmón, que son todos ellos populares en los supermercados y mercados españoles y que son, al mismo tiempo, algunas de las propuestas con niveles más bajos de mercurio.

Por su parte, la AESAN también ha dado a conocer sus propias recomendaciones al respecto, asegurando que en los adultos sanos se debe priorizar consumir pescados de menor tamaño, al ser los que tienen menor concentración de mercurio. Asimismo, y de forma general, recomiendan reducir la cantidad de pescados grandes y predadores.

Si se trata de una persona que forma parte de la población más sensible o vulnerable, como pueden ser los menores de 10 años y las mujeres que están embarazadas o tratan de estarlo, o que se encuentran amamantando a un bebé, se recomienda evitar los pescados grandes.

Por otro lado, para mayores de 10 años de edad y adolescentes, la recomendación de la AESAN es que no se supere la ingesta mensual de 120 gramos de aquellos peces que tienen una mayor concentración de mercurio.

¿Es peligroso comer pescado para la salud?

Comer pescado es seguro y saludable, ya que la legislación alimentaria europea determina la existencia de unos límites máximos de mercurio que son de obligado cumplimiento y que, por tanto, se encuentran controlados por las autoridades sanitarias.

Además, el consumo de pescado conlleva efectos beneficiosos para la salud, al aportar energía y ser una fuente de proteínas de alto valor, además de poseer otros nutrientes esenciales como yodo, selenio, calcio y vitaminas A y D.

Sin embargo, hay que ser consciente de que, si se consume en grandes cantidades, el mercurio puede afectar al sistema nervioso central en desarrollo. Este metal puede inducir a efectos tóxicos en algunos órganos y sistemas, afectando tanto al nervioso como a los riñones, al hígado y a los órganos reproductivos.

El más peligroso es el neurotóxico, pues tiene efectos sobre el desarrollo neuronal que se considera un problema de gran relevancia, sobre todo en periodo de exposición durante el embarazo.