Para Peter Kiernan, veterano de la guerra de Afganistán de 26 años, quien quiera presidir Estados Unidos y comandar sus Fuerzas Armadas tiene que ser transparente para que así los ciudadanos puedan decidir si le encomiendan la seguridad del país.
“Si le estamos pidiendo a alguien que sea nuestro líder, nuestro comandante en jefe debería estar sujeto a los mismos estándares que el resto del Ejército”, dice Kiernan a EL ESPAÑOL.
Por ello el exsoldado ha lanzado una campaña en internet para presionar al candidato republicano, Donald Trump, para que haga pública su declaración de la renta antes de las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. Es una información que tradicionalmente facilitan quienes buscan ocupar el Despacho Oval de la Casa Blanca, pero hasta ahora Trump se ha negado alegando que no puede hacer pública su información fiscal porque las autoridades lo están auditando.
Si el magnate no lo hace, se convertirá en el primer aspirante en romper la costumbre desde 1976, según el Washington Post, que lo describe como el “candidato presidencial menos transparente en la historia moderna de EEUU”. Su oponente, Hillary Clinton, ha revelado su última declaración y publica datos sobre sus finanzas desde 1997, según la BBC.
Aún no he decidido a quién voy a votar, pero creo que la transparencia es un asunto importante
“Soy un votante independiente y básicamente aún no he decidido a quién voy a votar. Pero creo que la transparencia es un asunto importante para nuestro Gobierno y para la democracia en general. Y pienso que es un poco preocupante que Donald Trump no haya publicado todavía su declaración de la renta”, asegura Kiernan, quien piensa que la opinión pública utiliza un doble rasero cuando se trata de pedir cuentas a Clinton y Trump. “No hay ninguna razón para que no lo haga”.
Su iniciativa consiste en recaudar hasta un millón de dólares para empujar al republicano a retirar el manto de oscuridad que recubre su fortuna. Ha decidido recolectar dinero en lugar de firmas, ya que de convencer a Trump, el dinero recabado irá a organizaciones que ayudan a los veteranos de guerra proporcionando, por ejemplo, servicios médicos. Si la campaña fracasa, los fondos regresarán a los bolsillos de los donantes. Por ahora, Kiernan ha obtenido casi 200.000 dólares.
“Yo mismo soy veterano, serví durante seis años en los Marines, luché en Afganistán. Por tanto, los problemas de los veteranos me conciernen. Recaudo dinero para los veteranos todos los años”, asegura. “Y pensé que esto podría ser una buena manera de aprovecharse del clima político y utilizar el nombre de Trump para atraer mucha atención a los problemas de los veteranos y recabar cuanto más dinero posible para buenas causas”.
Su campaña ha conseguido el respaldo del cofundador de la red social profesional LinkedIn Reid Hoffman, que ha prometido donar hasta cinco millones de dólares si Trump hace caso a la petición. El empresario ha recordado en su blog que el propio Trump impulsó una iniciativa similar en 2012 para obligar al entonces candidato a la reelección, Barack Obama, a publicar su partida de nacimiento y probar así su origen estadounidense. Este viernes, el republicano reconoció que el presidente saliente nació en EEUU.
“Teniendo en cuenta la oferta de Trump al presidente Obama en 2012, me gustaría ayudar a Kiernan con su campaña”, escribió Hoffman. “Él tiene la autoridad moral para retar a Trump a demostrar su compromiso con los valores estadounidenses de transparencia y responsabilidad”.
El exmarine asevera que no conocía a Hoffman de antemano y que se puso “eufórico” al recibir la noticia. “Es increíble”, dice. “Ha generado un montón de publicidad para la campaña; nos ha propulsado hasta la estratosfera”.
Trump no entiende las circunstancias de los veteranos
Preguntado acerca de si su proyecto persigue objetivos más políticos o altruistas, Kiernan afirma que, aunque tiene un componente político, su prioridad es apoyar a los veteranos. “Me importan mucho los temas que afectan a los veteranos, principalmente, porque dos amigos míos cercanos murieron en Afganistán y juntos sumaban diez hijos. Y el hecho de que ahora esas familias y esos niños no tengan un padre me hace sentir personalmente obligado a asegurarme de que se los cuida”, afirma Kiernan, que estuvo destinado nueve meses en el país asiático.
El soldado considera que Clinton, quien dirigió el Departamento de Estado, entiende la situación de los veteranos de guerra de EEUU y conoce la legislación que los afecta, mientras que “Donald Trump, en comparación, no entiende realmente las leyes”. Kiernan asegura que hasta hace poco Trump desconocía la llamada “G.I. Bill”, una ley que permite a los veteranos obtener financiación para completar sus estudios.
“Esto es una ley muy importante; canjeas un poco de tu servicio por educación. Es un elemento esencial. Y el hecho de que no supiera lo que era y no tuviera claro si la apoyaba o no me resulta un poco perturbador como veterano”, dice Kiernan. Se refiere a una entrevista de mayo donde el republicano dijo a CNN que no apoyaba esta ley sin dar explicaciones.
Kiernan estudia actualmente en la neoyorquina Columbia University gracias a fondos obtenidos por medio de la “G.I. Bill”. Allí preside el Consejo de Veteranos de la 'Ivy League', un conjunto de universidades de élite.
Hay más de 21 millones de estadounidenses que han servido en conflictos bélicos, según datos del Departamento para los Asuntos de los Veteranos. De ellos, un millón se beneficia de ayudas a la educación mientras que cerca de nueve millones se benefician del sistema de salud para veteranos.
En opinión de Kiernan, Estados Unidos cuida bien de sus exsoldados pero piensa que las cosas pueden mejorar. “Creo que el país hace un trabajo estupendo a la hora de hacerse cargo de sus veteranos, pero como con todo, siempre habrá deficiencias. Está la cuestión de la salud mental, hay veteranos sintecho”, lamenta. “Podría hacerse mejor”.
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