El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se comparó este jueves (madrugada del viernes en España) con Adolf Hitler.



"Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora hay aquí tres millones de adictos. Me gustaría masacrarlos a todos", dijo Duterte ante la prensa, según una transcripción facilitada por la propia Presidencia y recogida por Efe.



"Si Alemania tenía a Hitler, Filipinas tendrá mis víctimas, que querría que fueran todos los criminales para acabar con el problema de este país y salvar a la próxima generación de la perdición", afirmó el mandatario.



Además de las palabras ensalzando los asesinatos, ha reducido a la mitad la cifra de víctimas judías que se calcula murieron durante el Holocausto. Por otra parte, precisamente un investigador ha publicado recientemente que Hitler se drogaba -según sus investigaciones- además de haber promovido el consumo de la metanfetamina durante el nazismo.

Duterte volvió a arremeter contra Estados Unidos y la Unión Europea, que han criticado públicamente su violenta campaña contra las drogas, que según cifras oficiales ha dejado más de 3.500 muertos desde el pasado 30 de junio, cuando el tomó posesión del cargo.



"EEUU y la UE, me podéis llamar lo que queráis pero a mí nunca me ha gustado la hipocresía como a vosotros", dijo en alusión a la gestión de la crisis de los refugiados sirios. "Cerráis vuestras puertas, es invierno y ellos son inmigrantes escapando de Oriente Medio. Permitís que se pudran, ¿pero estáis preocupados por la muerte de 1.000, 2.000 o 3.000 personas?".



Las últimas semanas Duterte ha criticado abiertamente a EEUU, las Naciones Unidas y la UE después de que todos ellos condenasen la violación de los derechos humanos cometida en su campaña antidrogas. Además, se ha negado a reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y ha tildado al organismo de "inútil" a la vez que ha amenazado con sacar a Filipinas de la organización.



Duterte ganó holgadamente las elecciones presidenciales de mayo pasado con la promesa de acabar con la droga y la delincuencia en los primeros seis meses de mandato. Desde entonces ha animado en numerosas ocasiones a la policía y los propios ciudadanos a matar a narcotraficantes y consumidores de drogas.

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