Borrell aún ve posible enviar una misión de la UE a Venezuela si Maduro aplaza las eleciones
Los Veintisiete, incapaces de sancionar al régimen de Lukashenko por el veto de Chipre: "Está en juego la credibilidad de la UE".
22 septiembre, 2020 02:03La Unión Europea considera que ahora mismo no se dan las condiciones para celebrar unas elecciones legislativas justas y libres en Venezuela el próximo 6 de diciembre, tal y como han sido convocadas por Nicolás Maduro. El régimen venezolano mantiene múltiples obstáculos a la participación política de los partidos de oposición, entre ellos la persecución y encarcelamiento de sus líderes. Y aunque ha invitado a Bruselas a enviar una misión electoral para apoyar los comicios, el apretado calendario no deja suficiente tiempo para desplegar a los observadores. Además, la oposición está dividida: mientras que Juan Guaidó pide boicotearlos, Henrique Capriles aboga por participar.
Pese a todas estas trabas, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, cree que todavía existe una "ventana de oportunidad" para lograr unos comicios auténticamente transparentes que permitan resolver la crisis política en Venezuela. La Unión Europea sigue dispuesta a enviar su misión electoral, siempre que haya "cambios importantes" en las condiciones y un aplazamiento de la convocatoria para dar tiempo a pactarlos con la oposición, según ha dicho Borrell al término de la reunión de ministros de Exteriores de los Veintisiete celebrada este lunes en Bruselas.
Los ministros han apoyado las gestiones de Borrell -y del Grupo de Contacto Internacional- para facilitar el diálogo entre todos los actores de Venezuela sobre las elecciones legislativas y explorar la posibilidad de una misión electoral de la UE que le dé cobertura. "Continuaremos manteniendo contactos con el Gobierno y las dos partes de la oposición para ver cómo podemos ser útiles para una transicion pacífica y democrática en Venezuela", ha explicado el Alto Representante de la UE para la Política Exterior.
"Ahora mismo, las condiciones (para una misión electoral) no se cumplen. Pero todavía creemos que hay una ventana de oportunidad. Sabemos que la oposición está dividida: algunos de ellos todavía creen en esta posibilidad, otros consideran que ya no existe. En cualquier caso, para enviar una misión de observación internaiconal, el calendario de los comicios debe revisarse porque necesitamos entre cinco y seis meses antes que las elecciones se produzcan para participar como observadores", sostiene Borrell.
La ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, coincide en que "entre hoy y el 6 de diciembre no hay tiempo material para hacer una observación electoral". También ha destacado que "a día de hoy no se dan las condiciones para celebrarse estas elecciones desde el punto de vista del contenido democrático o de libertad". Pero González Laya ha negado que la UE quiera forzar un retraso electoral y ha insistido en que la inicitiv debe prtir de Venezuela.
"No es la UE la que fija (la fecha de) las elecciones ni las condiciones de esas elecciones. Lo único que puede hacer y está dispuesta a hacer la UE, a través de su Alto Representante, es facilitar que a través de un diálogo en Venezuela se puedan alcanzar estas condiciones", sostiene la ministra de Exteriores, que aboga por "seguir intentándolo".
La credibilidad de la UE, en juego
Por lo demás, los ministros de Asuntos Exteriores de la UE han han fracasado en su intento de aprobar sanciones contra el régimen de Alexander Lukashenko. Un castigo que habían anunciado por la manipulación de los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto en Bielorrusia, así como por la represión contra las protestas posteriores que se han desatado en las calles de Minsk.
Las sanciones -que consisten en congelar las cuentas y prohibir la entrada en la UE a alrededor de 40 dirigientes bielorrusos- fueron anunciadas por los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 en una cumbre de emergecia celebrada a finales de agosto, pero de momento siguen sin concretarse. La cuestión volverá a debatirse en la cumbre que se celebra este jueves y viernes en Bruselas.
"Aunque hay una clara voluntad de adoptar sanciones, no ha sido posible hacerlo hoy porque no se ha alcanzado la unanimidad que se requiere", ha explicado Borrell. El Alto Representante ha admitido que esta incapacidad de actuar daña la imagen de la UE y socava su pretensión de convertirse en una potencia en la escena internacional.
"De nuestra capacidad de sancionar a Lukashenko depende mucho la credibilidad de la UE y la posibilidad de forjar una política exterior común", sostiene Borrell. "Es un problema político de alto voltaje que el Consejo Europeo deberá resolver", ha explicado.
El problema esta vez es el veto de Chipre, que en realidad apoya las sanciones contra Bielorrusia, pero exige que la UE castigue también a Turquía por sus exploraciones gasísticas en aguas territoriales chipriotas y griegas. Los demás países, empezando por Alemania, quieren rebajar la tensión con Ankara y buscar una solución dialogada. Temen que el presidente Recep Tayipp Erdogan vuelva a amenazar con dejar vía libre a los migrantes sirios para que viajen a la UE.
"Nuestra reacción a cualquier tipo de violación de nuestros principios y valores básicos no puede ser a la carta. Tiene que ser coherente", ha argumentado el ministro de Asuntos Exteriores de Chipre, Nikos Christodoulides.
"Our reaction to any kind of violation of our core, basic values and principles cannot be a la carte. It needs to be consistent," Foreign Minister Nikos Christodoulides said.
"España ha venido insitiendo en que las diferencias deben encauzarse mediante el diálogo y la negociación y no por la vía unilateral", ha explicado la ministra de Exteriores. El propio Gobierno español, ha proseguido, ha ejercido labores de mediación entre Turquía y Grecia para que resuelvan su disputa sobre las aguas territoriales a través del diálogo.
No es una revolución geopolítica
Pese al fracaso en materia de sanciones, los ministros de Exteriores de los Veintisiete están de acuerdo en no reconocer la legitimidad del régimen de Lukashenko y en pedir nuevas elecciones justas y libres. Además, han recibido en Bruselas a la líder de la oposición, Sviatlana Tsikhanouskaya, que pide a la UE que sea "más valiente" en su respuesta al presidente bielorruso.
"El levantamiento bielorruso no es una revolución geopolítica, no es anti o pro-ruso o anti o pro-UE. Es una revolución democrática pro-Bielorrusia", ha asegurado Tsikhanouskaya durante una comparecencia posterior ante la comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara.
"Nuestra lucha es una lucha por la libertad, por la democracia y por la dignidad humana. Es exclusivamente pacífica y no violenta. Pedimos sólo tres cosas básicas: la liberación de todos los prisioneros políticos, el fin de la violencia policial y la celebración de nuevas elecciones libres y justas", ha dicho.