
Starmer recibe a Macron, el domingo, a su llegada para la minicumbre de Londres. Reuters
Del alto el fuego al envío de tropas: consensos y desacuerdos de la 'coalición de los dispuestos' a defender Ucrania ante Rusia
Los aliados occidentales arropan a Zelenski tras el desplante de Trump, pero siguen sin ser capaces de resolver sus diferencias sobre los pasos a seguir para garantizar una paz estable y duradera.
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“La coalición de los dispuestos”, como la bautizó el premier británico, Keir Starmer, toma forma a pesar de las discrepancias internas. Una veintena de líderes occidentales se reunieron el domingo en la mansión victoriana de Lancaster House para arropar a Volodímir Zelenski después del recibimiento hostil que Donald Trump y su vicepresidente, JD Vance, le dispensaron el pasado viernes en el Despacho Oval. Los gritos, los reproches y las amenazas en cadena del tándem Trump-Vance forzaron la salida anticipada del líder ucraniano, que abandonó Washington sin rubricar el acuerdo para la cesión del 50% de los rendimientos futuros de sus recursos naturales a Estados Unidos. Una escena insólita que, por momentos, pareció coordinada. Así lo interpretó, entre otras voces autorizadas, el próximo canciller alemán, Friedrich Merz, que describió lo sucedido como una “escalada provocada de forma deliberada”.
El domingo, en cambio, el presidente ucraniano recibió en Londres el abrazo de Starmer, anfitrión de una cita de carácter extraordinario en la que hicieron acto de presencia una abrumadora mayoría de líderes continentales, además del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el jefe de la diplomacia turca, Hakan Fidan, enviado especial del presidente Recep Tayyip Erdoğan. Los miembros principales de la OTAN, sin EEUU, cerraron filas con Ucrania, pero “no es posible señalar a un sólo país que vaya a tomar la iniciativa en el apoyo a Kyiv a partir de ahora”, subraya en conversación con este periódico Giuseppe Spatafora, analista del Instituto de Estudios de Seguridad de la Unión Europea (EUISS, por sus siglas en inglés).
La cumbre convocada de urgencia duró poco más de dos horas, pero apenas trascendieron detalles de lo acordado más allá de los planes de Reino Unido, Francia —“y otros países”, en palabras de Starmer— de diseñar junto con Ucrania un plan de paz “creíble” para persuadir a Trump. Esa hoja de ruta para el cese de las hostilidades pretende mantener la ayuda militar a Kyiv antes y después de firmar la tregua, elevar la presión económica sobre Rusia, garantizar un asiento para Ucrania en la mesa de negociación de paz y, en última instancia, desplegar tropas sobre el terreno para garantizar que esa paz sea duradera.
Una tregua en disputa
El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este lunes en las páginas de Le Figaro que estaba trabajando con el primer ministro británico en la redacción de un plan para alcanzar una tregua inicial de un mes que garantice el cese de las ofensivas por mar y aire, además de los ataques dirigidos contra las infraestructuras energéticas. “Un alto el fuego de este tipo —en las infraestructuras aéreas, marítimas y energéticas— nos permitiría determinar si Vladímir Putin actúa de buena fe”, y calibrar su actitud ante “unas verdaderas negociaciones de paz”, explicó el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, en los micrófonos de FranceInfo.
Pero el número 10 de Downing Street guarda las distancias con esta iniciativa. El ministro británico de las Fuerzas Armadas, Luke Pollard, verbalizó en declaraciones a Sky News los temores de los ucranianos de que un alto el fuego permita a Rusia “rearmarse, reagruparse y volver a invadir”.
El giro de 180º de Trump
Con todo, Macron y Starmer, que a diferencia de Zelenski escenificaron cierta sintonía con Trump durante sus respectivas visitas a la Casa Blanca, creen estar a tiempo de recuperar el apoyo de EEUU. Consideran posible alejar a Trump de la órbita del Kremlin, a pesar de las evidentes muestras de cercanía con Putin que el mandatario republicano y su entorno han protagonizado estas semanas. La última fue obra del jefe del Pentágono, Pete Hegseth, que ordenó a los suyos detener las operaciones cibernéticas dirigidas contra Moscú.
El domingo, el propio Trump escribió en su plataforma Truth Social que “deberíamos dedicar menos tiempo a preocuparnos por Putin, y más a preocuparnos por las bandas de inmigrantes violadores, capos de la droga, asesinos y personas procedentes de instituciones psiquiátricas que entran en nuestro país... ¡Para que no acabemos como Europa!”. Y este lunes, volvió a acusar a Zelenski de no querer la paz “mientras tenga el respaldo de Estados Unidos”. “¡Y EEUU no lo aguantará por mucho más tiempo!”, amenazó.
Trump también dedicó otra publicación en su red social a los países europeos: “Europa ha gastado más dinero en comprar petróleo y gas rusos que en defender a Ucrania, ¡Y MUCHO MÁS!”. “No obstante, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y los primeros ministros de Italia y Polonia, Giorgia Meloni y Donald Tusk, comparten la postura de Starmer y Macron”, traslada Spatafora a EL ESPAÑOL. El ex primer ministro neerlandés, ahora al frente de la Alianza Atlántica, instó a Zelenski a reconducir sus relaciones con Trump y darle “crédito” por su ayuda a Ucrania, mientras que el premier británico afirmó que EEUU sigue siendo “un aliado confiable”. Meloni, aliada ideológica de Trump pero atlantista convencida, trató a lo largo del fin de semana de tender puentes entre Trump y Zelenski.
En esta línea, el presidente ucraniano, reforzado a nivel interno después de aguantar el tipo ante las acometidas en el Despacho Oval, dice estar dispuesto a seguir negociando “en igualdad de condiciones” con EEUU el preacuerdo sobre minerales críticos y tierras raras alcanzado el pasado miércoles. Zelenski confirmó que se habían producido conversaciones entre la Administración Trump y su entorno desde el episodio del pasado viernes. “Pero no a mi nivel”, matizó. Él no ha vuelto a hablar con Trump, pero acudirá de nuevo a la Casa Blanca si el republicano lo invita a mantener “un diálogo constructivo”.
Macron ve con buenos ojos el denominado “acuerdo del subsuelo” porque, según explicó él mismo, es la única forma de involucrar a EEUU en la defensa de Ucrania. Merz no lo tiene tan claro, sin embargo. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, tampoco. “El mundo libre necesita un nuevo líder”, expresó la ex primera ministra estonia después del choque entre la dupla Trump-Vance y Zelenski. Antes incluso de que el líder ucraniano aterrizara en Washington, el próximo canciller alemán hizo saber que su “prioridad absoluta” en cuanto forme gobierno “será fortalecer Europa lo antes posible para que, paso a paso, podamos alcanzar realmente la independencia de EEUU”.
“Nunca pensé que tendría que decir algo así en un programa de televisión. Pero (..) está claro que los estadounidenses, al menos esta parte de los estadounidenses, esta Administración, son en gran medida indiferentes al destino de Europa”, declaró Merz cuando se cumplía el tercer aniversario de la invasión rusa de Ucrania.
“El próximo canciller alemán ha prometido que apoyará de cerca a Ucrania, y también ha abogado por un papel europeo independiente en la defensa del continente”, indica Spatafora. “Si Alemania sigue adelante, sería significativo”.
El líder de la CDU es consciente de que recuperar el respaldo de Washington en las negociaciones de paz será cuando menos complicado. El entorno de Trump exige a Zelenski una disculpa pública después del episodio del viernes. Este lunes, sin ir más lejos, el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, declaró en la Fox que “lo que necesitamos oír del presidente Zelenski es que lamenta lo ocurrido”. Aunque, al mismo tiempo, Waltz acogió de buen grado las propuestas de Starmer y Macron: “Desde luego, están mostrando voluntad”, reconoció.
Botas sobre el terreno
Los líderes de los Veintisiete se verán las caras este jueves en Bruselas, sin Starmer, para discutir el envío de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 20.000 millones de euros. Tendrán que sortear con total seguridad el bloqueo del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y de su homólogo eslovaco, Robert Fico, eslabones de la cadena prorrusa. Con todo, según el digital Politico, es probable que la cumbre desemboque en un anuncio importante relacionado con la defensa. Un aumento significativo de las partidas presupuestarias destinadas a esta materia.
Merz quiere sellar un acuerdo con los socialdemócratas antes de la cumbre europea del jueves para aprobar un aumento del gasto militar en el Bundestag. Las negociaciones con los de Olaf Scholz son “muy buenas y constructivas”, adelantó el líder cristianodemócrata, que sin embargo evitó concretar las cifras de la subida.
“Durante los últimos tres años, los rusos han estado gastando el 10% de su PIB en defensa. Tenemos que preparar lo que viene después, con un objetivo del 3 al 3,5% del PIB”, apuntó Macron en la entrevista con Le Figaro. “Necesitamos urgentemente rearmar Europa”, coincidió la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, presente en la cumbre londinense del domingo junto con el presidente del Consejo, António Costa.
“Los líderes de la Unión Europea, como Von der Leyen y Costa, han sido de los primeros en pedir ayuda adicional para Ucrania tras la reunión de la Casa Blanca. Algo de esto se debatirá en la reunión del Consejo de la UE del jueves”, avanza en esta línea Spatafora. “Y luego están los países que aparecen menos a menudo en las noticias, pero que en realidad han sido de los que más han apoyado a Ucrania desde 2022: los nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Suecia, Noruega), los bálticos, Polonia. Estos países han gastado el mayor porcentaje de su PIB para Ucrania entre todos los aliados”, añade el especialista.
“Quinientos millones de europeos piden a 300 millones de estadounidenses que les protejan de 140 millones de rusos”, condensó antes de partir hacia Londres el polaco Donald Tusk, cuyo país encabeza la inversión en gasto militar en Europa con más del 4,5% del PIB.
Otro de los asuntos que se tratará el próximo jueves en Bruselas es el eventual despliegue de tropas de paz en Ucrania. En este punto, las discrepancias en el seno de la denominada “coalición de los dispuestos” se agudizan. Trump aseguró la pasada semana que Putin “no tendría ningún problema” con que Europa desplegara tropas de paz en Ucrania. Una afirmación que el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, se apresuró a desmentir.
El propio Tusk ya descartó el pasado año la posibilidad de enviar soldados a Ucrania, aunque se ha pronunciado ahora a favor de reforzar el contingente militar en Finlandia, los países bálticos y cerca de las fronteras polacas con Rusia y Bielorrusia. “No habrá tropas europeas en suelo ucraniano en las próximas semanas”, adelantó sin embargo Macron, que abogó por negociar de antemano las condiciones para el alto el fuego con Rusia.
Meloni, por su parte, sostiene que la posibilidad de desplegar una fuerza de paz en Ucrania “nunca ha estado sobre la mesa”. Mientras que el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, consideró “prematuro” el envío de tropas, pero aseguró “no tener ningún problema” con este escenario hipotético. “Canadá ha estudiado la mejor manera de ayudar y todo está sobre la mesa... Canadá estará ahí y está abierta a hacer lo que sea necesario”, dejó caer Trudeau desde el otro lado del Atlántico.
“No es fácil señalar a un solo país que pueda desempeñar el papel que hasta ahora había desempeñado EEUU. Pero los europeos marcan la diferencia cuando trabajan juntos, de modo que si todos los líderes mencionados dan un paso al frente, pueden presentar un conjunto creíble de compromisos para la seguridad de Ucrania, ya sea en un escenario de guerra o de alto el fuego”, resume, confiado, Spatafora.