
Starmer, Merz y Macron, líderes de Reino Unido, Alemania y Francia.
Europa abre la era del rearme masivo con Zelenski como invitado de honor y con el miedo a Trump como palanca
Macron promete un esfuerzo militar "inédito" y Merz romperá las reglas fiscales en Alemania para multiplicar el gasto defensivo de la mano del Reino Unido más europeo desde el Brexit.
Los Veintisiete aprobarán este jueves en una cumbre de emergencia en Bruselas disparar la inversión en estas partidas para lograr la autonomía respecto a Estados Unidos.
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Anteayer, el próximo canciller de Alemania, el conservador Friedrich Merz, trasladó a los alemanes junto al presumiblemente nuevo líder de los socialdemócratas que es la hora de romper las reglas fiscales, aun si implica reformar la Constitución, y destinar mucho más dinero a Defensa. Ayer, el presidente Emmanuel Macron pidió a sus compatriotas franceses un esfuerzo "inédito" para afrontar el peor escenario para Europa: una Rusia de Putin que "no se detendrá en Ucrania". Reino Unido, todavía fuera de la Unión, quiere formar parte de la primera línea defensiva del continente, e irá acercando su presupuesto militar al 3% del PIB en los próximos meses.
"Apenas ha pasado un mes desde el último Consejo Europeo pero parece que hayan sido dos años", musita sin asomo de ironía un alto dirigente de la UE. Los jefes de Estado y de Gobierno celebran este jueves en Bruselas una cumbre de emergencia cuyo objetivo es responder al giro radical imprimido por Donald Trump a la política de Estados Unidos sobre Ucrania.
En cuestión de días, la Casa Blanca ha abandonado su estrategia de los últimos tres años de apoyo sin fisuras al Gobierno de Volodímir Zelenski, acompañado de duras sanciones y aislamiento diplomático contra Moscú por iniciar la guerra. En su lugar, Trump ha cortado la ayuda militar y de inteligencia a Kiev y ha iniciado una negociación con Vladímir Putin a espaldas de Zelenski y de sus socios europeos.
En estas circunstancias, los líderes europeos se comprometen a mantener su apoyo político, financiero y militar a Ucrania pese a la 'traición' de Trump. "El punto de partida es admitir la situación, el nuevo contexto. Pese a ello, es importante subrayar que la posición de la UE hacia Ucrania, sus objetivos para Ucrania y para el fin de la guerra no han cambiado", relata el alto responsable europeo.
Ante la suspensión de la ayuda por parte de la Casa Blanca, la UE "debe asumir una doble responsabilidad: mantener y reforzar el apoyo militar a Ucrania para responder a sus necesidades y después asumir la cooperación con otros socios que hasta ahora ejercía EEUU", explica otro diplomático comunitario. Para este año 2025, los europeos ya han comprometido 30.000 millones de euros para Kiev y la intención es acelerar la entrega de sistemas de defensa aérea, munición o misiles.
La excepción más destacada es la del primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, el único aliado incondicional que le queda a Putin dentro de la UE y que ahora se ha alineado totalmente con las tesis de Trump. Orbán ha escrito una carta al presidente del Consejo Europeo, António Costa, en la que le pide que retire las conclusiones sobre Ucrania y propone "entrar en negociaciones directas con Rusia".
"Existe una división estratégica, una grieta transatlántica entre la mayoría de Europa y Estados Unidos bajo el presidente Trump. Un bando insiste en prolongar la guerra en Ucrania, mientras que el otro busca poner fin al conflicto. Hungría sigue defendiendo firmemente la paz", sostiene Orbán, que ha sido excluido de todas las minicumbres de líderes europeos sobre Ucrania. Junto a él, el primer ministro eslovaco, Roberto Fico, también ha planteado objeciones al apoyo a Kiev.
La prioridad para el presidente del Consejo Europeo sigue siendo mantener la unidad a 27 en un entorno tan complejo y aprobar las conclusiones sobre Ucrania por unanimidad. En este sentido, se ha eliminado del borrador cualquier referencia a la propuesta de la jefa de la diplomacia, Kaja Kallas, de crear un nuevo fondo de ayuda militar a Ucrania dotado de al menos 20.000 millones de euros. De hecho, en las conclusiones no hay ninguna cifra de ayuda nueva. Sin embargo, los líderes europeos no van a aceptar esta vez un veto de Hungría y buscarán "fórmulas alternativas" para mostrar el apoyo a Kiev a 26 o a 25 si Orbán se mantiene en el no.
Los líderes europeos fijarán además los principios y condiciones que a su juicio debe cumplir cualquier acuerdo de paz negociado por Trump con Putin. La línea de Bruselas es que no puede haber negociaciones sobre Ucrania sin Ucrania, ni se puede hablar de la seguridad de Europa sin invitar a los europeos a la mesa.
Un alto el fuego sólo puede decretarse como parte de un acuerdo de paz global y tiene que ir acompañado de "garantías de seguridad sólidas y creíbles para Ucrania". "La paz debe respetar la independencia, soberanía e integridad territorial" del país, según figura en el borrador de conclusiones al que ha tenido acceso este periódico.
Si al final la tregua se abre paso, la UE está decidida a aportar su granito de arena a las garantías de seguridad, aunque el envío de tropas de paz lo organizará una 'coalición de voluntarios' liderada por Reino Unido y Francia, al margen de las estructuras comunitarias. ¿Cuál puede ser la contribución de Bruselas? Por un lado, acelerar el entrenamiento de tropas ucranianas, que estarán en la primera línea de disuasión si Rusia vuelve a intentarlo.
Además, la UE no descarta la posibilidad de contribuir como tal a esta misión de paz sobre el terreno. "Resulta prematuro entrar en detalles porque no tenemos un acuerdo de paz, ni un alto el fuego, ni siquiera negociaciones para un alto el fuego. Pero no podemos ignorar que el contexto ha cambiado. Hay contactos entre algunos Estados miembros y otros países de la UE. Muchos de nuestros Estados miembros ya han manifestado que estarían dispuestos a participar", señalan las fuentes consultadas.
Plan de rearme
El segundo gran tema en la agenda de la cumbre de emergencia de Bruselas es el incremento del gasto militar. En esta cuestión sí hay unanimidad a 27 para "abrir un nuevo capítulo en el desarrollo de la defensa europea". "Hay una clara voluntad por parte de todos para que Europa tome las medidas necesarias para ser más soberana y autónoma, para estar preparada en términos de defensa", subrayan las fuentes.
En este sentido, los líderes europeos avalarán el plan de rearme presentado este martes por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, cuyo objetivo es movilizar hasta 800.000 millones de euros en cuatro años. En contra de lo que defendía el Gobierno de Pedro Sánchez, la mayor parte del dinero (650.000 millones de euros) tendrá que salir de los presupuestos nacionales de los Estados miembros. Bruselas activará la nueva cláusula de escape del Pacto de Estabilidad para que el incremento del gasto militar no compute para el procedimiento sancionador por déficit excesivo.
En paralelo, Von der Leyen ha propuesto crear un nuevo instrumento europeo para defensa dotado con 150.000 millones de euros, que concederá créditos blandos a los Estados miembros destinados a sostener la base industrial comunitaria. Un dinero que captará Bruselas de los mercados usando como garantía el presupuesto de la UE. España o Francia reclaman una iniciativa más potente basada en subvenciones, siguendo el modelo de los fondos Next Generation, pero Países Bajos y los 'frugales' se oponen.
Por primera vez, los líderes europeos han identificado una lista de capacidades prioritaras que podrían financiarse con fondos de la UE. Entre ellas se encuentran defensa aérea, sistemas de artillería, misiles y municiones, drones y sistemas anti-drones, protección de infraestructuras críticas, movilidad militar o el uso militar de la inteligencia artificial.
A la cumbre de emergencia está invitado el propio Zelenski, que ha confirmado su asistencia en persona. Además, Von der Leyen, Costa y Kallas informarán el viernes por videoconferencia de las conclusiones del encuentro a los líderes de Reino Unido, Noruega, Islandia y Turquía, con el fin de mantener la coordinación. Una nueva escenificación del orden mundial que pretenden sostener los europeos en ausencia de Estados Unidos.