Putin, tras la reunión con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, en Moscú.

Putin, tras la reunión con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, en Moscú. Maxim Shemetov Reuters

Europa

Cierre de hospitales e inflación disparada: la realidad que Putin quiere ocultarnos mientras gana tiempo en Ucrania

El más de medio millón de bajas en combate y el altísimo precio de la cesta de la compra añaden presión a una Rusia económicamente contra las cuerdas.

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R. Pons
Publicada

Las campañas militares de Rusia contra Ucrania tapan las heridas que provoca en su sistema sanitario, en particular, y en su economía, en general. La creciente presión sobre los recursos estatales ha provocado el cierre de hospitales, el colapso del sistema de atención médica y una previsión de recesión técnica, según informes recientes de la Inteligencia británica y documentos gubernamentales.

En 2024, al menos 160 hospitales públicos cerraron en Rusia, entre ellos 18 centros de maternidad y al menos 10 clínicas infantiles. Estos cierres han dejado a la población de pequeñas localidades con acceso limitado o imposible a la atención médica, afectando incluso los servicios prehospitalarios. La reorientación de recursos hacia la guerra —como poco, los rusos han sufrido medio millón de bajas, entre muertos y heridos de gravedad, en el frente ucraniano— ha generado escasez de personal, equipos y suministros en todo el sistema sanitario ruso, mientras que las crecientes bajas en el frente han sobrecargado los hospitales militares y desviado recursos del sector civil.

El impacto de la guerra en el sistema de salud no solo se traduce en falta de infraestructura, sino también en una disminución del número de profesionales médicos disponibles para la población. Se prevé que esta situación empeore a lo largo de 2025, lo que agravará aún más las dificultades de acceso a la atención médica.

Rusia, a su vez, está pasando serios apuros económicos. Documentos internos del Ministerio de Economía y del Banco Central ruso, revisados por Reuters, revelan que la combinación de precios del petróleo a la baja, las restricciones presupuestarias y un aumento de la deuda corporativa amenaza con provocar una recesión más rápida de lo esperado.

El informe del Ministerio de Economía advierte que la falta de inversión debido a las altas tasas de interés –actualmente en el 21%– podría comprometer el crecimiento del PIB en los próximos dos o tres años. La reducción de la inversión y la contracción del crédito están afectando la capacidad de las empresas para expandirse, lo que a su vez impacta el empleo y el consumo interno. Se entiende mejor, con estos datos, los cantos de sirena de Putin el pasado jueves a las empresas occidentales.

El petróleo, factor clave

El Banco Central ha alertado sobre el riesgo que supone una posible caída en los precios del petróleo, que sigue siendo el pilar fundamental de las finanzas del Kremlin. La creciente producción de crudo en Estados Unidos y la capacidad excedente de la OPEP podrían inundar el mercado, reduciendo aún más los ingresos de Rusia por exportaciones energéticas. Dado que los ingresos petroleros representan aproximadamente un tercio del presupuesto federal, una caída en los precios del crudo podría hacer insostenible el actual nivel de gasto, que ha estado marcado por un fuerte aumento del desembolso militar.

El déficit fiscal alcanzó los 1,7 billones de rublos en enero de 2025, lo que ha obligado a Moscú a recurrir cada vez más al Fondo Nacional de Riqueza (FNR). Sin embargo, las reservas líquidas del fondo han caído drásticamente desde el inicio de la guerra, pasando de 112.700 millones de dólares a solo 37.500 millones, lo que limita su capacidad para sostener el gasto a largo plazo. "El FNR no está diseñado para compensar una caída prolongada de ingresos", advirtió el Banco Central en su informe.

El deterioro de la situación económica y social preocupa en el Kremlin. Según fuentes citadas por Reuters, Putin ha expresado en privado su inquietud por las distorsiones que la economía de guerra está generando. La combinación de una inflación elevada, un rublo debilitado y un sistema financiero tensionado puede prolongar el estancamiento económico. Las negociaciones de paz con Trump abren una vía de salida. Putin, sin embargo, todavía cuenta con el respaldo de Corea del Norte, Irán o China, y no renuncia a sus peticiones de máximos sobre Ucrania.