Una protesta en Praga con Trump y Putin como protagonistas.

Una protesta en Praga con Trump y Putin como protagonistas. Eva Korinkova Reuters

Europa

Los deseos de Putin son órdenes para Trump: EEUU consigue que Ucrania acepte una tregua marítima a gusto de Rusia

El único punto en el que los tres países se han puesto de acuerdo es el punto que solo Rusia puso sobre la mesa. Aun así, Trump ha decidido premiar a Putin con un compromiso para quitar las sanciones sobre los productos agrícolas y ayudarle a volver al comercio mundial.

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Para identificar al agresor en un conflicto y saber de quién depende su cese, basta con ver a qué parte se intenta agradar y apaciguar constantemente. Mientras Ucrania acepta punto por punto todo lo que le ofrece la Administración Trump: alto el fuego incondicional, alto el fuego sobre objetivos energéticos, intercambio de prisioneros… Rusia solo acepta aquello que le interesa. En este caso, en las negociaciones que se están llevando a cabo en Arabia Saudí, un alto el fuego que mantenga la estabilidad en el Mar Negro.

¿Por qué le interesa tanto este alto el fuego específico a Putin? Hay varias cuestiones que lo explican: de entrada, el inmenso poderío naval ruso ha ido quedando en nada, con varios buques hundidos y sus puertos en Crimea constantemente atacados. Rusia necesita tiempo para fabricar nuevos barcos y recomponer su flota. Desde el principio, Putin ha insistido en la necesidad de dominar el Mar Negro para recuperar un dominio semejante al que tenía la URSS. Para ello, necesita completar el control sobre la costa ucraniana —Odesa siempre va a ser un objetivo y todo el mundo lo sabe, menos, tal vez, Steve Witkoff— y seguir intentando influir en Rumanía y Bulgaria para lograr gobiernos prorrusos que no chisten ante los abusos del Kremlin.

La importancia que da Rusia dentro de su demanda de “espacio vital” al Mar Negro lo saben muy bien en Georgia, donde todos los intentos por liberarse del yugo de su vecino han caído en saco roto. De hecho, no es casualidad que Rusia se anexionara en la práctica Osetia del Norte y su parte correspondiente de costa. En cuanto a Turquía, bueno, siempre ha estado ahí y siempre han tenido que compartir espacio. Es un país OTAN, sí, pero no hay garantía ahora mismo de que la OTAN vaya a durar mucho más tiempo.

Favorecer el comercio ruso

Las otras razones son económicas, algo de lo que la Administración Trump sabe mucho. Los problemas rusos son inmensos y buena parte de sus exportaciones de trigo y demás alimentos salen de los puertos del Mar Negro en dirección a África y el Mediterráneo. Para Putin, es decisivo saber que sus barcos mercantes estarán libres de toda amenaza y podrán llegar a su destino sin altercados. Tampoco es una medida que le venga mal a Ucrania, que se encuentra con el mismo problema, aunque nunca incluyó nada parecido en sus reclamaciones.

Quien menos beneficiado se puede sentir por este acuerdo es precisamente el mediador, Estados Unidos, pues puede acceder al mercado ruso a través de otras rutas. Para Europa, también es una buena noticia o, como diría JD Vance, “un rescate”. Pese a las sanciones, Occidente sigue comprando productos agrícolas rusos además de los ucranianos, aunque sea a menudo a través de terceros países.

Por si eso le parecía poco a Putin, EEUU anunció que aliviaría la presión de determinadas sanciones sobre los productos alimenticios rusos. Hemos pasado de amenazar con más aranceles a eliminar los que ya había establecido Biden. Las razones por las que Trump tiene tanto empeño en levantar a Rusia del agujero en el que se ha metido sola son inescrutables. En principio, podría considerarse un enemigo político, moral, militar y económico, pero la Administración del multimillonario parece encontrar más similitudes con la autocracia del Kremlin que con la Unión Europea.

Dos comunicados para un supuesto acuerdo

¿Y cómo paga Moscú esos afectos? Con la indiferencia habitual. Rusia se negó a firmar un documento conjunto o a hacer una rueda de prensa con los negociadores estadounidenses. Dicen que necesitan “garantías” para ese alto el fuego, aunque nadie sepa muy bien a qué se refieren. Probablemente, pretenden que Estados Unidos ejerza aún más presión sobre Ucrania para sacar más a cambio antes de dejar de pegar un solo tiro. Como si Zelenski no estuviera cediendo ya lo suficiente.

De hecho, la falta de acuerdo conjunto hace que en realidad tengamos dos acuerdos por separado, ambos hechos públicos solamente por la Casa Blanca. En el que respecta a las negociaciones con Ucrania, se insiste en que EEUU ayudará a encontrar a los niños robados por Rusia, buscará un intercambio de prisioneros y pedirá la liberación de los civiles detenidos en las zonas ocupadas. En el que habla de lo acordado con Rusia no viene absolutamente nada de eso, sino el mencionado compromiso a ayudar a Moscú a recuperar su lugar dentro del comercio mundial.

En definitiva, por mucho que Zelenski haya reaccionado diciendo que esto es un primer paso de cara a un alto el fuego sin condiciones y una posterior paz justa, da la sensación de que no es sino una nueva cesión a Rusia. Mientras Ucrania firma lo que le pongan delante, el Kremlin solo lo hace con lo que ellos mismos solicitan. Y ni eso. Como al “pacificador” le parece bien, porque ya ha elegido bando hace tiempo, sabe que puede permitírselo. Habrá que ver qué tiene que decir la Unión Europea al respecto… si es que consiguen hacerlo con una sola voz y le tapan a Orbán la boca.