
Un hombre y una mujer se consuelan tras un ataque israelí sobre la Franja de Gaza. Reuters
Netanyahu aparca el rescate de los rehenes y reanuda la guerra en Gaza para salvar su gobierno con el apoyo de los ultras
La oleada de bombardeos ha devuelto al primer ministro la confianza del partido Poder Judío justo a tiempo para la votación de los presupuestos este miércoles.
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Benjamín Netanyahu y su gobierno ya han oído suficiente a los rehenes. Así lo dejó claro el martes su ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, cuando se enfrentó a la familiar de un civil secuestrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 y muerto en el cautiverio. El primer ministro sabía que se exponía a críticas de dentro y fuera de Israel cuando decidió bombardear la Franja de Gaza la noche del lunes al martes, causando más de 400 muertes. Pero nada de eso pesaba tanto como su prioridad: mantener su gobierno a flote.
La segunda fase de la tregua tendría que haber entrado en vigor a principios de marzo, pero Tel Aviv impuso nuevas condiciones que han estancado por completo el avance de las negociaciones. Entre ellas, mantener sus tropas en la Franja y exigir que Hamás liberara a más rehenes de los que el acuerdo estipulaba sin contrapartida alguna. En este impase, los ataques israelíes de la madrugada del martes vienen a recordarle al grupo palestino que "las negociaciones continuarán bajo el fuego", según advirtió el propio Netanyahu ayer por la noche.
El regreso de la guerra también ha traído de vuelta las protestas a las calles de Tel Aviv. El movimiento por la liberación de los rehenes sabe que los nuevos bombardeos alejan a los israelíes secuestrados por Hamás de ser devueltos. "Netanyahu está poniendo en peligro a nuestros soldados y traicionando a todo un país por su beneficio político", dijo el martes el padre de un rehén que sigue secuestrado en Gaza.
Pero, ¿cómo puede sacar beneficio de todo esto el primer ministro? Revalidando el apoyo de los ultras en su gobierno. Tan pronto como amaneció el martes, los líderes de los partidos de extrema derecha de la coalición de Netanyahu expresaron su aprobación de la última operación en Gaza. Smotrich la describió como la "única manera adelante", pero de todos ellos el comentario más valioso fue el de Itamar ben Gvir, que el pasado mes de enero abandonó su puesto en el gabinete como ministro de Seguridad Nacional tras aprobarse el alto el fuego con Hamás.
La "medida correcta y justificada" que tomó el gobierno la noche del lunes al martes ha granjeado a Netanyahu el apoyo a su gobierno de Ben Gvir y otros dos miembros del partido Poder Judío que exigían mano dura contra los palestinos como condición para su regreso. Este claro apoyo a Netanyahu se ha hecho patente este mismo martes cuando a media noche el gabinete de ministros ha reelegido por unanimidad a Ben Gvir como ministro de Seguridad Nacional, a pesar de la oposición de la fiscal general, Gali Baharav-Miara.
Después de que el domingo un observador del antiguo gabinete de guerra alertara de que las milicias palestinas se habían conseguido rearmar durante el alto el fuego, esta andanada de bombardeos —que, entre las más de 400 vidas, se ha llevado a "mandos militares de rango medio" de Hamás y la Yihad Islámica Palestina— ha servido para mitigar las críticas. Y justo a tiempo: con estos nuevos apoyos, el primer ministro puede enfrentarse hoy miércoles a la votación de los presupuestos del Estado para 2025.
La cita de hoy es crucial para Netanyahu: si los presupuestos no se aprueban antes de finales de mes, la Knéset —el parlamento israelí— quedará automáticamente disuelto y se convocarán nuevas elecciones. Con el apoyo de Poder Judío, el primer ministro tendría suficientes votos a favor para evitar este escenario y mantenerse en el poder.
La estrategia de ‘Bibi’ —como el presidente estadounidense gusta referirse a Netanyahu— cuenta también con la "luz verde" de Donald Trump, según dijo el martes un funcionario israelí al Wall Street Journal. Por la tarde, en una sesión del Consejo de Seguridad, la embajadora de EEUU ante las Naciones Unidas, Dorothy Shea, responsabilizó "exclusivamente" a Hamás de la "reanudación de las hostilidades en Gaza", y señaló que Washington "apoya a Israel en sus próximos pasos".
El Qatargate
Aun si este miércoles Netanyahu consigue aprobar los presupuestos en la Knéset, el primer ministro tiene una asignatura pendiente para que su mandato siga adelante en los próximos meses. El domingo, el premier israelí anunció una decisión pionera en la historia del país: destituir a Ronen Bar, jefe del Shin Bet, el servicio general de Seguridad Interior.
La causa: la "permanente falta de confianza" que siente el jefe de Gobierno, que "no ha hecho más que crecer con el tiempo", dijo el propio Netanyahu en un mensaje de vídeo grabado y publicado en las redes sociales, subrayando también la necesidad de "restaurar la organización, lograr todos nuestros objetivos de guerra y evitar el próximo desastre", en alusión a los ataques de Hamás contra territorio israelí el 7 de octubre de 2023.
La decisión pareció no convencer en Israel, y la oposición y los periódicos se han encargado de explicar el motivo subyacente del despido: el llamado Qatargate. Desde hace semanas, Bar dirige en el seno del Shin Bet una investigación al primer ministro por sus supuestos vínculos con Qatar. Según las pruebas, Doha habría financiado a los asesores de Netanyahu durante la guerra en Gaza.
"Netanyahu despidió a Ronen Bar por una única razón: la investigación del Qatargate [...]. Ha vuelto a poner sus intereses privados por encima del bien y la seguridad del Estado", denunció ya el domingo en su cuenta X el líder de la oposición, Yair Lapid, indicando al día siguiente que él y los demás líderes del partido opositor presentarían una petición ante el Tribunal Supremo.