El ministro de Defensa, Yoav Galant, y el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, en una ceremonia por los soldados israelíes caídos.

El ministro de Defensa, Yoav Galant, y el jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, en una ceremonia por los soldados israelíes caídos. Abir Sultan Reuters

LA TRIBUNA

A Israel se le abre un cuarto frente en el Yemen

Tel Aviv necesitará tanto de su brazo armado como de su brazo diplomático, pues serán las alianzas las que marcarán la victoria o la derrota en esta guerra.

25 julio, 2024 01:36

El 7 de octubre se recordará como una fecha que estremeció al mundo. Los judíos sufrieron un pogromo, como aquellos que cambiaron su historia a finales del siglo XIX y que dieron lugar a la creación del Estado de Israel.

Más de 1.200 personas fueron asesinadas en un día. En esas horas se cometieron atrocidades inimaginables, como violaciones de niñas, decapitaciones o torturas. Y tras 24 horas de orgía de sangre, lejos de acabar, la pesadilla continuó. Un total de 260 personas fueron secuestradas por el grupo terrorista Hamás. A pesar de las negociaciones iniciales y de las operaciones militares desarrolladas por el Ejército israelí, unas 120 personas siguen retenidas contra su voluntad en las mazmorras de la Franja de Gaza, donde Hamás continúa torturando y violando a los secuestrados.

El puerto de Hodeidah, en Yemen, tras los ataques aéreos israelíes contra los hutíes.

El puerto de Hodeidah, en Yemen, tras los ataques aéreos israelíes contra los hutíes. Reuters

Esta historia no comenzó el 6 de octubre. Comenzó una semana antes, cuando los líderes de Hamás, Hezbolá, los hutíes y los Guardianes de la Revolución se reunieron en la capital libanesa, Beirut, para escribir el guión de una pesadilla que no tiene fecha de desenlace.

El director de esta película de terror es Irán, quien a través de lo que llama el Eje de la resistencia ha establecido un cinturón terrorista, cuyo objetivo fundamental es imponer una visión totalitaria en Oriente Medio. Al igual que hace Rusia con los Estados vecinos que optan por ser democracias, Irán trata de aniquilar aquellos modelos que desafían su visión teocrática y totalitaria. Del mismo modo que Ucrania lo es para Rusia, Israel es el objetivo fundamental del régimen de los ayatolás, y por ello estos no dudan en emplear todos sus recursos para acabar con él. 

Irán ha sido fundamental en el adiestramiento y en el equipamiento de Hamás. Al igual que ha ocurrido con Hezbolá, las brigadas Al Qassam han recibido formación y armas de manos de los Guardianes de la Revolución.

"Es un paso más en la guerra que se libra en Oriente Medio, una guerra que dirige Irán a través de sus grupos terroristas"

Buena parte de los misiles que han caído en los últimos años sobre territorio israelí procedentes de Gaza son de fabricación iraní. En el norte, Hezbolá es una marioneta de Irán, y cuando Teherán lo requiere inicia campañas de asedio sobre las zonas árabes del norte de Israel. En las últimas semanas, estos ataques se han cobrado la vida de varias personas. El pasado 14 de abril, el propio Irán llevó a cabo un ataque con misiles balísticos, de crucero y drones sobre Israel, un ataque que no debe ser considerado como algo sin importancia, ya que si Israel no tuviera la Cúpula de Hierro, el número de muertos hubiera sido muy elevado. 

El tercer actor del Eje de la resistencia son los hutíes del Yemen, un grupo creado en los años 80 y 90 bajo la atenta supervisión de Irán. El fundador del grupo, Hussein Badreddin Al Houthie, recibió formación en Irán a finales de los 80. Poco a poco Teherán ha ido incrementando su cooperación con los hutíes y desde 2016, Irán -a través de Hezbolá- ha sido un gran suministrador de armas y de entrenamiento. Desde que los hutíes se acercaron a Irán, estos han modificado su ideología para dotarse de un tono abiertamente antisemita y antisionista.

De hecho, su grito de guerra es “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria del Islam”.

Todas estas cuestiones son las que explican la actuación de los hutíes en la guerra de Gaza. Desde el 7 de octubre, los hutíes han secuestrado barcos con pabellón y destino a Israel, han lanzado cientos de misiles sobre Eilat, y han obligado a cambiar las rutas marítimas de las principales navieras internacionales. Por ello, Estados Unidos y el Reino Unido han bombardeado las bases militares de los hutíes en Yemen.

El pasado viernes, un dron iraní impactó sobre una zona bastante poblada de Tel Aviv, asesinando a una persona. Se trata de un paso más en la guerra que se libra en Oriente Medio, una guerra que dirige Irán a través de sus grupos terroristas en Líbano, Gaza y Yemen.

Israel ahora no solo tendrá que responder a los ataques procedentes del Líbano, de Irán y de Gaza. Yemen se ha convertido en otro escenario más de la guerra. En total, cuatro frentes coordinados desde Teherán, un escenario que, salvando las distancias, se asemeja a los ocurridos en el 1948, 1967 y 1973. Al igual que ocurría entonces, Moscú aparece veladamente como el maestro de ceremonias de este escenario de terror. Ahora más que nunca, Israel necesita tanto de su brazo armado como de su brazo diplomático. Serán las alianzas las que marcarán la victoria o la derrota en esta guerra.

*** Alberto Priego es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas.

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