Han transcurrido ocho meses desde que el pasado 22 de noviembre, Miguel Ortiz Lavín, voluntario español en Ucrania de 43 años, falleciera en combate en el frente de Avdiivka. Ocho meses en los que su familia, sobre todo, su mujer Esperanza y sus dos hijos de 15 y 19 años esperan la confirmación oficial de su muerte para poder pasar página.
Se trata de una mera formalidad burocrática: con fotografías del cadáver, informes militares y más de 30 conversaciones documentadas con diferentes testigos allá en la guerra, que 'el Abuelo' –como le llamaban sus compañeros– está muerto es más que una evidencia. Pero como el cuerpo no se ha recuperado –yace en territorio ocupado por Rusia–, ni las autoridades ucranianas ni las españolas le dan oficialmente por muerto.
De esta manera, la familia, además de no poder darle sepultura, tampoco puede recibir las ayudas e indemnizaciones que le corresponden. Aunque asegura, en conversación con este periódico, que eso es lo de menos: "No nos importa el dinero. Él dio su vida por Ucrania, y queremos que traigan su cuerpo. Tiene que volver a casa", dice Carmen, su cuñada.
EL ESPAÑOL | Porfolio conoció a 'el Abuelo' a finales de septiembre de 2023 en Binéfar (Huesca), cuando participó en un curso exprés de entrenamiento para voluntarios que querían combatir en Ucrania. Poco después, a través de sus compañeros, este periódico supo de su muerte. El 23 de marzo de este año se publicó un nuevo reportaje en el que su instructor en aquel curso explicó, tras una investigación sobre el terreno, en el frente, las circunstancias de su muerte y las incógnitas que aún la rodean.
Ahora, abandonada a su suerte, sin respuestas claras por parte de quien las tiene que dar, la familia ha decidido dar un paso al frente y hablar. En Santander es donde reciben a EL ESPAÑOL | Porfolio Carmen, cuñada de Miguel Ortiz, y las hermanas mayores de éste, Beatriz y Virginia. Esperanza, la mujer, no se encuentra en disposición de hablar: aún no acepta lo sucedido.
El de esta familia ha sido un triple calvario: primero, soportar la muerte brutal de Miguel en un bosque de Avdiivka. Luego, que nadie les diese información clara, hasta hoy. Finalmente, que el cuerpo siga allí, sin visos de ser recuperado. Por ello, Carmen, la cuñada, desde que conociera la muerte de Miguel por parte de un compañero suyo hace ocho meses, ha removido cielo y tierra para descubrir la verdad y exigir justicia: "Si no lo hacemos nosotras, nadie más lo hará", dice.
La peor noticia
Al contrario de lo que adelantó este periódico en el reportaje publicado en marzo, 'el Abuelo' no se fue a Ucrania por dinero. Su motivación era puramente militar. Su hermana mayor Beatriz explica que se alistó al Ejército de Tierra en la veintena, tras ver frustrado su sueño de hacer la mili. Fue así como terminó en el 64º Regimiento de Cazadores de Montaña con base en Jaca (Huesca), donde sirvió 18 años.
"De pequeño leía libros de supervivencia y nos llevaba por el monte, donde se sabía orientar a la perfección. Mis tíos, con quienes nos criamos, le obligaron a renunciar a su sueño, que era hacer el servicio militar. Pero luego vio que era posible ingresar en el Ejército más tarde y estaba tan obsesionado que incluso dormía en el suelo, porque pensaba que así se estiraría: tenía miedo de no entrar por la estatura", relata Beatriz.
Después de media vida feliz en el Ejército, al cumplir los 40 años, Miguel se vio obligado a la jubilación forzosa. Desde entonces, fue encadenando trabajos como panadero, albañil o limpiador de piscinas, al tiempo que cobraba una mísera pensión. "Pero tenía clavada la espina de ir a la guerra", relata su hermana. Sus experiencias en Afganistán y Mali como militar le dejaron huella y, a la que se dio la oportunidad, no lo dudó. Tras consultarlo con su mujer, se apuntó al curso de entrenamiento y el 18 de octubre partió para Polonia.
"Aunque no nos daba buena espina lo de Ucrania, teníamos claro que se iba a ir de una forma u otra. Ni él ni nosotros sabíamos dónde se metía", dice Beatriz.
Una vez en Polonia, cruzó la frontera y terminó, junto a otros españoles, en la Legión Internacional. Uno de sus compañeros, un exlegionario de nombre en clave 'Astur', regresó a España al encontrarse el panorama del frente: unidades mal pertrechadas, compañeros de dudoso pasado e instrucciones poco claras. Trató de convencer a su amigo 'el Abuelo' de que se fuera con él. Pero éste, entusiasmado por la posibilidad de entrar en combate, decidió quedarse.
Ambos amigos se habían prometido que, en caso de que le pasase algo a cualquiera de ellos, uno informaría a la familia del otro y viceversa. Fue así como, pocos días después del 22 de noviembre, 'Astur' se presentó en Meruelo (Cantabria) a dar la terrible noticia a Esperanza, mujer de 'el Abuelo'. El 'Astur' le dijo que su marido había caído en combate durante su primera misión, pero que no se había podido recuperar el cuerpo. Por este motivo, ni las autoridades españolas ni las ucranianas informaron a la familia de la muerte, más allá de comunicar la desaparición.
Carmen, la cuñada, comenzó entonces a contactar por TikTok a miembros españoles de la Legión Internacional que subían vídeos de su vida en el frente. Lo hizo haciéndose pasar por la hermana de Miguel con el fin de gozar de mayor credibilidad. Así, uno tras otro le fueron confirmando que su cuñado había caído, incluso con evidencias gráficas que muestran a 'el Abuelo' el mismo día de la misión y poco después, muerto, con el mismo atuendo, sus bandas azules identificativas y un torniquete en el pie. Por respeto a la familia, no se publican las imágenes del cadáver.
En las imágenes del cuerpo, sin embargo, no se le ve la cara, con lo cual es imposible identificarle al 100%. Al mismo tiempo, Carmen también consiguió un informe que redactó uno de los supervivientes del ataque en el que falleció 'el Abuelo'.
Con toda esta información en la mano, la cuñada llegó a un peruano con nombre en clave 'Kalulo', comandante del 1er Batallón Batallón de la 3ª Compañía de la Legión Internacional, de habla hispana, en el que servía 'el Abuelo'. Éste le confirmó la muerte del español en un intercambio de mensajes de WhatsApp y que, en efecto, Miguel se trataba del muerto de la foto: "Señora Beatriz, lamentablemente su hermano cayó en combate el año pasado. Sí, es la foto de su hermano", dice uno de los mensajes.
En las conversaciones, 'Kalulo' también dijo lo siguiente: "Al momento no se puede recuperar su cuerpo porque se perdieron esas zonas, están bajo el dominio de los Orkos". El comandante se refería a la zona de Avdiivka, que tras meses de duros combates, el 18 de febrero pasó a estar bajo control total ruso.
El informe
¿Qué sucedió realmente la noche del 22 de noviembre de 2023? Según explicó este periódico en marzo de 2023 por la información que disponía, 'el Abuelo' partió en una misión de relevo y reabastecimiento a una posición defensiva en el frente de Avdiivka con el 2º Pelotón Alpha del Batallón.
Su instructor, también combatiente en Ucrania y veterano de la Legión Extranjera francesa, hizo buenas migas con él. Tras enterarse de su muerte, viajó a Ucrania para investigar lo sucedido. Lo que recabó a través de varios testigos fue que la unidad de seis hombres en la que estaba el cántabro se perdió en la noche, fue detectada por un dron ruso con visión nocturna y posteriormente atacada por fuego de mortero.
'El Abuelo' resultó herido en las piernas por las explosiones y cuatro de los seis integrantes del grupo fallecieron en el acto como consecuencia del ataque. El sexto, un paramédico colombiano de nombre en clave 'Mendu', sobrevivió. El mismo día del ataque, un poco antes, la viuda recibió un vídeo de Miguel en el que decía que no sabía si iba a salir al frente, pero en caso de que sí, iba a ser su primera misión. También le mandó una foto en la que aparece con 'Mendu' y otro soldado el mismo día antes de partir, con las características bandas azules en la misma posición con las que luego sería fotografiado el cadáver sin rostro.
Tres días después del ataque, los ucranianos enviaron un equipo de rescate que tuvo que retroceder por el acoso de la artillería rusa. Otros tres días después, el equipo de rescate finalmente encontró el cadáver de 'el Abuelo' y los de los otros cuatro integrantes del grupo, además de a 'Mendu', que estaba vivo y con el fusil del español.
Por la información que pudo recabar el instructor de parte de uno de los rescatistas, el cadáver de 'el Abuelo' no sólo tenía heridas en las piernas, sino que además contaba con tres impactos de bala entre el cuello y su portaplacas, lo cual indicaba que alguien le disparó a bocajarro después de quedar herido en las piernas. En las imágenes del cadáver también se puede observar un reguero de sangre que parte de la zona superior del cuerpo y un torniquete en el pie. De forma inexplicable, pese a que entonces la zona estaba todavía bajo control ucraniano, nadie extrajo el cadáver del soldado español, aunque sí fue fotografiado ocultando su cara.
Es por ello, junto a la opacidad y los obstáculos que ha encontrado en su investigación, que el instructor sospecha que fuera el propio 'Mendu', el superviviente, quien rematase a 'el Abuelo' para hacerse con su arma y evitar que contase lo sucedido, aunque no hay ninguna prueba de ello. Según este instructor, una autopsia del cuerpo demostraría esta hipótesis, y por ello no se recuperó cuando se pudo.
La versión contrasta con la ofrecida por el propio 'Mendu', a cuyo informe de los hechos con título "INFORME Nº003-01/2023" ha tenido acceso EL ESPAÑOL | Porfolio. En este documento, el colombiano relata que la noche del 22 de noviembre, alrededor de las 22:00, la unidad sufrió un ataque de "granadas de guerra" rusas en una misión de rescate a un compañero del 1er Pelotón Alpha. 'El Abuelo' fue herido en el pie y él se quedó con el fusil de éste al haber perdido su equipo en medio de la confusión por el bombardeo, con el propósito de poner a "buen recaudo su integridad".
Según explica 'Mendu', él mismo le hizo un torniquete a 'el Abuelo' y prosiguió con la misión de rescate por orden del comandante 'Kalulo'. Al no encontrar al soldado que debía rescatar, 'Mendu' regresó por el mismo camino, pasando por la zona donde había dejado a 'el Abuelo', que ya no estaba ahí. Finalmente, se dirigió a un punto de extracción. Según ha podido saber más tarde la familia, 'Mendu' habría muerto también en combate hace unos meses.
En las conversaciones con la familia, 'Kalulo' explica que el cuerpo de 'el Abuelo' no se recuperó porque las zonas donde cayó "se perdieron el año pasado", aunque la totalidad de la zona de Avdiivka no pasó a manos rusas hasta bien entrado el 2024. El comandante tampoco supo explicar a la familia cómo una unidad ucraniana pasó por el lugar donde estaba el cadáver, lo fotografió, pero no extrajo el cuerpo.
Sobre que no se fotografiase la cara del muerto, 'Kalulo' dijo a Carmen en otro mensaje: "No hay fotos del rostro, eso no se debe hacer, estamos en guerra señora, hay cosas que los civiles no entienden, que para un militar es un error". Además, el comandante instó a la familia, en concreto a la viuda, a que se pusiera en contacto con él para reclamar el sueldo de 'el Abuelo' hasta que se certificara su muerte en combate.
Según denuncia su familia, 'el Abuelo' no ha recibido ingresos en cuenta desde diciembre, pese a que su estatus oficial es de "desaparecido en combate". Como personal combatiente, antes de viajar a Ucrania se le prometió un sueldo de 2.800 euros mensuales, pero sus parientes denuncian que no llegó a ingresar "ni 100 euros" antes de que se interrumpieran los pagos tras su muerte.
"Desaparecido"
La familia desconfió de las peticiones del comandante 'Kalulo' para que la viuda se pusiera en contacto con él a fin de cobrar su sueldo, y acudió a la Embajada de España en Kiev. "El encargado de Asuntos Consulares, Manuel Baena, nos dijo que tuviéramos paciencia", explica Carmen, la cuñada.
Tras varias conversaciones más, según dice Carmen, Baena no ha podido dar, pese a los indicios con los que cuenta la familia, más explicaciones que las que le transmiten las autoridades militares y consulares ucranianas: que Miguel Ortiz está "desaparecido en combate", y hasta que un forense militar no reconozca el cuerpo, no se le puede dar por muerto.
"Nos da la sensación de que se escudan en lo que dice Ucrania para no mover un dedo. Miguel ha entregado su vida por España como militar, y por Ucrania como voluntario combatiendo en el frente. Lo mínimo que exigimos es que se haga todo lo posible por recuperar su cuerpo y, si no es posible, que se reconozca oficialmente que ha muerto para que mi hermana pueda pasar el duelo y cobrar al menos la pensión de viudedad. No digo ya la indemnización que Ucrania promete a los familiares de los muertos en combate. Tenemos perfectamente claro que eso no se va a cobrar porque en Ucrania hay mucha corrupción", asegura Carmen.
La mujer se refiere a la indemnización de aproximadamente 350.000 dólares que el Gobierno de Zelenski se comprometió a pagar a las familias de los voluntarios internacionales muertos que luchasen en el bando ucraniano.
"Estamos desamparadas. No va a haber cuerpo, pero que reconozcan que está muerto, porque hay pruebas concluyentes. ¿Cómo es posible que en todo este tiempo nosotras hayamos avanzado tanto y ellos no hayan hecho nada con todos los recursos que tienen?", lamenta Carmen.
Fuentes diplomáticas contactadas por este periódico señalan que no pueden dar detalles concretos sobre este caso por respeto a los datos personales. También recuerdan que la Embajada española en Kiev está tramitando otros casos de españoles supuestamente muertos en combate cuyo cuerpo no se ha recuperado, y que quienes viajan como voluntarios al frente lo hacen de motu propio y "en contra de las recomendaciones de viaje" de Exteriores, las cuales desaconsejan viajar al país bajo cualquier circunstancia.
Otro caso similar al de Miguel Ortiz es el del tinerfeño Maximiliano Camino Aramuni, muerto en febrero de este año: un dron ruso detectó su posición y arrojó una granada contra él y un compañero, que trataron inútilmente de refugiarse del acoso del aparato. Las imágenes fueron registradas en vídeo y en ellas se puede distinguir perfectamente el rostro de Camino. El cadáver, al igual que en el caso de Ortiz, se encuentra en una zona ocupada por Rusia. Este periódico también informó del de otro cántabro caído, Sergio Antolín, de quien también se ocultó la muerte.
Además de contactar con Exteriores, la cuñada y las hermanas de Miguel Ortiz siguieron también el cauce oficial al acudir a la Embajada de Ucrania en Madrid en dos ocasiones. Allí, en una primera visita a finales de marzo, les atendió el Primer Secretario de Asuntos Consulares, Anatolii Koval. "Nos recibió de manera fría y lo primero que hizo fue darnos las condolencias. Acto seguido le preguntamos si estaba muerto. Cogió los documentos, se levantó y se fue a hablar con alguien. Luego se dio la vuelta y nos dijo que podría estar preso, escondido, herido o en un hospital. ¿Si nos da las condolencias, por qué luego nos dice todo esto?", se pregunta Carmen.
En la segunda reunión en la Embajada, a principios de abril, la familia habló con el Agregado Militar Serhii Vtorykh, quien les dio la misma documentación que les había facilitado el comandante 'Kalulo' para reclamar el ingreso del sueldo de 'el Abuelo'. Vtorykh les entregó los papeles en ucraniano y en inglés, y les dijo que tenían que viajar a Kiev para hacer las gestiones. También les advirtió que tuviesen cuidado con quien hablaban porque "Ucrania es un país muy corrupto", según relata Carmen.
Tras comunicar el resultado de esta reunión a Baena, del servicio consular español en Kiev, éste les dijo que ni se les ocurriese viajar, y que ellos se encargaban. Pero volvieron al mismo punto. Entonces, el instructor, ya en contacto con la cuñada y las hermanas, se desplazó de nuevo a Ucrania con un poder notarial para actuar en nombre de la familia. También se costeó él mismo el viaje. Sin embargo, sólo encontró obstáculos en la cadena de mando de la Legión Internacional, igual que en el viaje anterior.
Entretanto, además de los informes, el inventario con los objetos de Miguel, las fotografías e incluso las coordenadas del bosque de Avdiivka donde se encuentra presumiblemente el cuerpo de Miguel, sus familiares han recopilado publicaciones de canales prorrusos en Telegram y Facebook que dan por muerto a 'el Abuelo'. También hay una publicación de un canal de voluntarios extranjeros que homenajea a Miguel como caído en combate.
Son más indicios que se acumulan de forma cada vez más incontestable hacia una realidad: que Miguel Ortiz Lavín murió en combate en Ucrania, pese a lo cual, las autoridades ucranianas y españolas no han podido dar una respuesta firme sobre ello a la familia. Este periódico se puso también en contacto con la Embajada de Ucrania en Madrid para conocer más detalles sobre el caso y el contenido de las reuniones con la familia, pero no obtuvo respuesta.
En este tiempo, desde las cloacas de la guerra también se han puesto en contacto con los familiares policías ucranianos y otros soldados asegurando que pueden recuperar el cuerpo a cambio de importantes sumas económicas. "Son todo estafas", asegura Carmen, que además de las dificultades que de por sí entraña el caso, tiene que esquivar a los corruptos.
"Todas las mañanas nos levantamos y nos decimos 'fuerza y honor'. No nos podemos caer, porque si nos derrumbamos nosotras, nadie hará nada por traerle de vuelta", concluye Carmen. "Todavía no he echado una lágrima, no me lo puedo permitir".