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Es 31 de diciembre de 2019. Los periódicos españoles amanecen con noticias sobre el recién formado Gobierno de coalición, aunque Pedro Sánchez aún tardaría unos días en ser nombrado presidente de España, cargo que prometió ante el rey Felipe VI el 8 de enero de 2020. Preocupaban los posibles pactos con fuerzas independentistas, la prometida derogación de la reforma laboral y una crisis con Bolivia de la que probablemente nadie se acuerde a estas alturas.
Era Nochevieja, como lo será también este viernes 31 de diciembre de 2021. Pero en ese momento casi nadie había escuchado hablar del término coronavirus, las pandemias sonaban a algo medieval o casi a ciencia ficción y las mascarillas era algo que llevaban los médicos y algunos orientales raros en los aeropuertos. Por supuesto, en nuestro vocabulario no se incluían los términos "antígenos", "oleadas", "estado de alarma" o "cuarentena".
Pero algo estaba pasando a algo más de 9.000 kilómetros de Madrid en esos días, algo muy alejado de nuestras elecciones, nuestros pactos para gobernar y los nacionalistas. Era algo que llevaba unos días cociéndose en un mercado de la ciudad china de Wuhan, desconocida también para los españoles, salvo curiosamente para el entrenador de su equipo de fútbol, Manuel Vela, sevillano y bético para más señas.
On 31 December 2019, WHO was informed of cases of #pneumonia of unknown cause in Wuhan City, #China. A total of 44 cases have been reported: 11 patients are severely ill, while the remaining 33 are in stable condition.https://t.co/1n5mM3f4Nr pic.twitter.com/cKoj0CBpyT
— World Health Organization (WHO) (@WHO) January 5, 2020
Ese algo era una serie de contagios -44, ningún muerto- de neumonía, una infección en los pulmones provocada por un agente "raro", desconocido. En aquellos primeros momentos, al menos según la información que ha llegado a Occidente, ni parecía muy grave ni muy contagiosa. Pero algo debió de llamar la atención de los epidemiólogos locales, porque justo ese 31 de diciembre, la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la República Popular de China recogía un comunicado de prensa de la web de la Comisión Municipal de Salud de Wuhan, que hablaba de algunos casos de neumonía viral en esa ciudad.
Este viernes se cumplen dos años desde esa primera alerta, 24 meses en los que el mundo ha cambiado de arriba a abajo, con países completamente aislados durante meses -como Australia o Nueva Zelanda-, vacunas desarrolladas en menos de un año y exigencia de mascarillas para entrar en cualquier espacio cerrado e incluso para ir por la calle, por citar sólo algunas de las peculiaridades asociadas a esa enfermedad, que tardó meses en llamarse Covid-19. ¿Recuerdan ese chiste del principio del todo, el de "yo mejor me espero a la Covid-20"? Pues llegamos a la Covid-22 en plena sexta ola, con una nueva variante -la ómicron- más contagiosa que las anteriores y, sobre todo, con unas increíbles desigualdades en vacunación. Sólo un 8,6% de la población de países en vías de desarrollo ha recibido alguna dosis, mientras en España se ha vacunado con dos casi el 90% de los ciudadanos.
En este reportaje, repasamos con imágenes estos 24 meses de Covid-19, recordando los acontecimientos más relevantes de cada mes. No están todos los que son, pero son todos los que están. ¿De cuántos se acuerda usted?
Enero 2020/ El hospital que se hizo en 10 días
En enero de 2020, la enfermedad estaba tan asociada a China y, en concreto, a la localidad que había alertado de los primeros casos que se hablaba del coronavirus de Wuhan (no se llamó Covid-19 hasta el 11 de febrero). Se decía que el origen estaba en el mercado de la ciudad y en las malas condiciones higiénicas del mismo, así como en las comidas que allí se servían, como la sopa de murciélago. China decía que la situación estaba controlada y la OMS que el virus no iba a salir del país. Pero hubo una noticia que se filtró y empezó a preocupar al resto del mundo: que la ciudad construyera un megahospital en sólo 10 días. ¿Para qué, si no pasaba nada? En España, ese mismo mes se formaba Gobierno y tomaba posesión de la cartera de Sanidad -que Podemos había rechazado por tener pocas competencias- Salvador Illa.
Febrero 2020/ El primer aislamiento masivo
El primer caso en España se declaró en la isla de La Gomera el 31 de enero de 2020, pero antes de acabar febrero se vivió la primera situación surrealista de las muchas que vendrían: tras dar positivo un turista italiano alojado en Hotel H10 Costa Adeje de Tenerife, se aisló durante 10 días al resto de alojados y trabajadores. El virus ya había llegado a Italia, pero en España -y en el resto de Europa, todo sea dicho- se pedía tranquilidad. Después se supo que el virus llevaba tiempo en el país y que causó su primera víctima el 13 de febrero, aunque no se supo hasta el 3 de marzo.
Primera ola
Marzo 2020/Estado de alarma
La primera semana de marzo ya sólo se hablaba del nuevo coronavirus. Cerró Lombardia y después otras regiones del norte de Italia, hubo polémica sobre si se debía de prohíbir la manifestación del Día Internacional de la Mujer -8 de marzo- y otros eventos multitudinarios, como el congreso de Vox en Villaverde y algunos partidos de fútbol. Todo se precipitó en la semana del 9. Primero, Madrid decidía cerrar los colegios; después, el gran anuncio: Pedro Sánchez decretaba el estado de alarma el 13 de enero, que entró en vigor al día siguiente en principio por 14 días. Fueron muchos más.
Abril 2020 / 950 muertos en un día
Lo que al principio parecía una nueva gripe se desveló a lo largo del mes de marzo, como un potente asesino de personas mayores o con el sistema inmune delimitado. A pesar de ser los más afectados -aunque no los únicos-, los ancianos fueron los peor tratados en esos primeros tiempos. Las residencias desatendieron en muchos casos su cuidado y algunos hospitales tuvieron que hacer cribaje: a la hora de decidir quién iba a la UCI se optaba por gente más joven y con más posibilidades de salir adelante. En regiones como Madrid y Castilla La Mancha se tuvieron que construir hospitales de campaña y las UCI se llegaron a colapsar. Los médicos -a los que la ciudadanía confinada aplaudía todas las tardes desde el balcón a las 8- no tenían opciones para tratar la enfermedad. Según los datos oficiales murieron más de 45.000 personas por la enfermedad en la primera oleada, aunque a muchos afectados no se les llegó a hacer pruebas y no contaron así como víctimas oficiales de la Covid-19. El 1 de abril se batió el récord de muertos notificados en España en tiempos de paz: 950 en un sólo día. Es difícil enumerar todas las situaciones dantescas que se vivieron en esos tiempos, desde la utilización del Palacio de Hielo de Madrid como morgue improvisada hasta el traslado de cadáveres a esas instalaciones por parte de furgonetas camufladas de la UME.
Mayo 2020/ La desescalada
En España no se pudo salir a la calle -salvo para ir a hacer la compra o a la farmacia, entre otras poquísimas excepciones- desde el 14 de marzo hasta el 1 de mayo. El sábado 2 de mayo empezó el desconfinamiento: se autorizaron las salidas para hacer deporte y pasear con horarios. La población fue escrupulosa en el cumplimiento, aunque empezaba a estar cansada. El confinamiento había funcionado para controlar el virus: ese día, la incidencia acumulada a 14 días era de 57,94 por 100.000 habitantes. Para la economía fue otro cantar.
Junio 2020/ ¿Habré pasado la Covid-19?
A finales de mayo de 2020, Pedro Sánchez declaró en La Moncloa: "La gran ola de la pandemia ha sido superada y toda España ha iniciado con pie firme la transición hacia la nueva normalidad". La desescalada había empezado -en diferentes fechas en los distintos territorios- y el verano se retomaba con ilusión. La ciudadanía, que pudo creer o no al presidente, se preguntaba, sin embargo, si habría pasado la enfermedad sin saberlo. La escasez de pruebas -todavía no existían test rápidos fiables- fue una constante en la primera oleada y se pusieron de moda los test de anticuerpos, que lo decían con apenas un pinchazo en el dedo. El 21 de junio acababa formalmente el primer estado de alarma.
Segunda ola
Julio 2020/ Homenaje de Estado
España había vuelto a la normalidad y los políticos ya se peleaban como siempre. Eso sí, aparecieron unidos en el primer homenaje de Estado a las víctimas de la Covid-19, celebrado en el Palacio Real el 16 de julio. Asistieron los líderes de todos los partidos salvo Vox, Bildu, ERC y la CUP. Los primeros acusaban al Gobierno de utilizar a las víctimas y los tres últimos no acudieron por estar en contra de la monarquía. Mientras tanto, se registraban nuevos brotes de Covid entre jornaleros y los expertos ya advertían de que una segunda oleada podía llegar. Así era y España se enteró tarde.
Agosto 2020/ El protagonista Simón
Si hubiera que elegir sólo un nombre asociado a la pandemia de Covid-19 sería el de Fernando Simón. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) ha sido la cara visible desde febrero de 2020 hasta verano de 2021. Pocos recuerdan ya las alabanzas que recibió al manejar la llegada del ébola a España en 2014. Comentarios vertidos en largos periodos de ruedas de prensa diarias llevaron a criticar su figura. Aquel agosto, se le afeó haberse cogido una semana de vacaciones yéndose a hacer surf a Portugal. Pero continuó con sus comparecencias después y hubo una nueva polémica: la consejera de Salud del País Vasco, Nekane Murga afirmó que había empezado la segunda oleada y Simón sostenía que no era así y advertía de lo que había que hacer para pararla. Spoiler: no funcionó.
Septiembre 2020/ Los colegios de la pandemia
Para cuando empezó septiembre, que había llegado una segunda ola de Covid-19 no lo dudaba nadie, pero un colectivo estaba especialmente preocupado: los padres de niños en edad escolar. En el confinamiento, los colegios habían cerrado y aunque algunos abrieron temporalmente antes de fin de curso, otros muchos no lo hicieron. Así, muchos pequeños llevaban casi seis meses sin pisar un aula, pero imperaba el miedo. ¿Podrían volver con seguridad a la escuela? En España se optó por el sí y, visto lo visto, fue un éxito. Un exigente protocolo que involucraba grupos burbuja, uso de mascarillas y rastreo de contactos hizo que ningún colegio haya tenido que cerrar durante la pandemia. Cuando empezó el curso, la IA a 14 días era de 233,37. ¿Dónde quedaron los 57 del fin del confinamiento?
Octubre 2020/ Los ensayos de la esperanza
La pandemia había vuelto a golpear, ahora sobre todo en otras comunidades autónomas menos afectadas en la primera oleada. Se discutía sobre si volver a tomar medidas, sobre si hacían falta restricciones para atajar los contagios, algo a lo que Madrid era reticente. Pero mientras los políticos discutían, la ciencia no paraba de trabajar. Llegaban muy buenas noticias sobre el desarrollo de las vacunas y en Europa muchos países, incluido España, se pusieron de acuerdo para adquirir dosis incluso antes de que estuvieran aprobadas, para garantizar el acceso a las mismas a su población. Decenas de ensayos clínicos -aunque con alguna paralización momentánea- daban esperanza: habría vacuna, se podría vencer al virus. O intentarlo.
Noviembre 2020/ Toque de queda
Del 9 de octubre al 24 de octubre se aprobó un segundo estado de alarma, mucho más light que el primero. Pero el hecho de que los contagios no dejaran de subir, llevó a una decisión más radical al mes siguiente: la prórroga por seis meses del estado de alarma, que entró en vigor el 9 de noviembre y que incluyó el toque de queda nocturno: se limitó la circulación de las personas por las vías o espacios de uso público entre las 23:00 y las 6:00 horas. A la hostelería no le gustó nada la idea.
Tercera ola
Diciembre 2020/ Lágrimas con Araceli
Si ha habido un momento en que España ha estado unida en la pandemia -además de los efímeros aplausos a los sanitarios- es el 27 de diciembre de 2020. A muchos españoles se les escapó la lagrimilla al ver como Araceli Hidalgo, una mujer de 96 años que vive en una residencia de Guadalajara, recibía la primera dosis de una vacuna contra la Covid-19 en España. Días antes había sucedido lo mismo en Reino Unido, donde el primer hombre receptor se llamó -hay que achacarlo a la casualidad- William Shakespeare. Era el pistoletazo de salida para el fin de la pandemia, pero también para la tercera ola. Las navidades en las que se recomendó no cenar más que con allegados fueron el caldo de cultivo perfecto para que los contagios crecieran a lo bestia. Y no, todavía no estábamos protegidos.
Enero 2021/ Adiós al ministro Illa
Tal y como advertían los expertos, la Navidad de 2020 fue el caldo de cultivo perfecto para que los contagios se dispararan. En enero de 2021, mientras esto sucedía, el Ministerio de Sanidad cambiaba de manos. Salvador Illa -criticado por muchos y alabado por otros tantos- dejaba la cartera en manos de la que hasta entonces era ministra de Política Territorial, Carolina Darias, una mujer nada ajena a la pandemia. No sólo sufrió la enfermedad en marzo de 2020, sino que llevaba meses presidiendo con Illa los consejos interterritoriales de Sanidad, en los que se reunían semanalmente -como mínimo- los consejeros de Salud de todas las comunidades. Otro término nuevo que trajo la pandemia: cogobernanza. Illa se fue para ser candidato del Partido Socialista de Cataluña en la elecciones de aquella comunidad, Darias se quedaba para manejar algo que se preveía tenía un fin. Las vacunas habían llegado para quedarse y era cuestión de tiempo que todos los españoles estuvieran inmunizados, aunque algunos agoreros pensaban que no se iba a poder ir al ritmo necesario. A las dos primeras, Cominarty y Spikevax -fabricadas por Pfizer-Biontech y Moderna, respectivamente- se les sumaron otras dos en los siguientes meses, la Vaxzevria de AstraZeneca y la de Janssen.
Febrero 2021/ El lío de AstraZeneca
Han sido precisamente las dos últimas vacunas las que más polémicas han protagonizado, pero sin duda la de AstraZeneca se lleva la palma. Ya desde antes de ser autorizada, un estudio desveló una eficacia mucho menor que la de Pfizer, pero se pudo explicar por un fallo en el diseño de los ensayos clínicos. El daño ya estaba hecho y mucha gente la bautizó como la vacuna mala. Autorizada el 29 de enero de 2021, pronto se supo que la farmacéutica no iba a poder cumplir con sus compromisos, por lo que fue demandada por la Unión Europea. Aunque la Agencia Europea del Medicamento la autorizó para todas las edades, algunos países -entre ellos España- limitaron su uso a menores de 55 años. Aducían que habían participado muy pocos mayores de esta edad en los estudios. Así, el 9 de febrero empezaban a recibir la primera de las dosis los llamados colectivos esenciales, farmacéuticos, docentes, policías y bomberos. Mientras los expertos pedían que se ampliara la edad de aplicación -al fin y al cabo, no todos los mayores estaban vacunados y seguían siendo lo más vulnerables-, Austria advierte de la aparición de un extraño tipo de trombosis y la situación se da la vuelta. La EMA sigue diciendo que es válida para cualquier adulto, pero algunos países -incluido España- deciden administrarla ahora sólo a las personas de entre 60 y 69 años. Por si el embrollo fuera poco, el Ministerio tarda en decidir qué hará con la segunda dosis de los jóvenes que ya se lo pusieron. Al final, opta por la llamada pauta heteróloga: administrará un segundo pinchazo distinto del primero. Hubo quejas científicas pero los estudios acabaron dando la razón a la decisión del Ministerio. La vacuna ya estaba herida de muerte y cuando la franja de población que sí se la puso recibió la segunda dosis, se acabó. Las dosis compradas se donarían a países necesitados o se revenderían a precio de coste.
Marzo de 2021/ Cierre perimetral
El domingo 28 de marzo empezó la Semana Santa de 2021. Ese mismo mes había sido el puente de San José, dos fechas idóneas para desplazarse, algo contraproducente para la expansión de la pandemia y a lo que se negaban algunos políticos. Madrid decidió mantenerse abierta, pero no el resto de las comunidades. Así, las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado tuvieron que vigilar que se cumplieran las normas, tanto en los desplazamientos en carretera como en los medios de transporte.
Cuarta ola
Abril de 2021/ Comunismo o libertad
La vacunación avanzaba a buen ritmo, a pesar de que tercera y cuarta oleada parecían solaparse -el Ministerio de Sanidad no ha hecho públicas las fechas concretas de cada periodo pandémico, aunque sí se reconoce la existencia de los mismos- y los contagios no daban tregua. Pero la fatiga pandémica (otro nuevo término para el diccionario de la Covid-19) ya era un hecho y la vida seguía y con ella los vaivenes políticos habituales. Y el 10 de marzo, ¡sorpresa! la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, convocaba elecciones anticipadas para el martes 4 de mayo tras romper su Gobierno con Ciudadanos. El lema oficioso de su campaña fue "comunismo o libertad"; el oficial, simplemente "libertad". Muchos vieron en la elección de sus palabras una declaración de intenciones, una apuesta -no escondida por la presidenta- de levantar cuanto antes las restricciones. Muchos hosteleros de Madrid y también del resto de España la apoyaron y, a tenor de la victoria obtenida, el lema caló. Madrid seguía teniendo muchísimos contagios, pero era la comunidad con menos restricciones. El argumento de Ayuso: comunidades con cierres muy estrictos presentaban cifras pandémicas similares. El contrargumento: la evidencia científica y que en la primera ola a Madrid le fue muy mal.
Mayo de 2021/ Vuelve la vida nocturna
¿Qué pensarán los adolescentes del futuro cuando sus padres les digan que, cuando ya peinaban canas, hubo una época en la que tuvieron que volver a casa a una hora similar a la que les imponen ahora a ellos? En abril se alcanzó el pico de la cuarta ola -sobre la que Fernando Simón expresó el deseo de que se quedara en olita, tras verse que no habían aumentado sustancialmente los casos tras la Semana Santa- y se volvió a ver luz al final del túnel. El cuarto repunte alcanzó un máximo de IA de 235,59, con grandes diferencias entre autonomías y sin llegar nunca a los desmedidos picos de anteriores oleadas. Las cifras, no obstante, fueron también tremendas: 30.000 hospitalizaciones, 4.000 ingresos en UCI y casi 7.000 muertes en España. Pero todo depende de con qué se comparara. Así, el 9 de mayo de 2021 acabó el segundo estado de alarma y, con ello, una de las medidas con más impacto en los ciudadanos, sobre todo en los jóvenes: el toque de queda. Al finalizar el estado de alarma -que, por cierto y tal y como el primero, fueron declarados inconstitucionales meses después-, los jóvenes se echaban a la calle. Los expertos volvían a alertar: "¡Ojo, no están vacunados!"
Quinta ola
Junio de 2021/ Adiós a las mascarillas en la calle
A pesar de que la evidencia científica ha ido dejando claro a lo largo de la pandemia que el Sars Cov-2 se transmite sobre todo por aerosoles -y que es, por lo tanto, muy difícil contagiarse en exteriores-, en España ha sido obligatorio utilizar mascarilla en la calle durante gran parte de la pandemia. Pero la bajada de casos de la cuarta oleada y, sobre todo, el avance imparable de la vacunación, provocó que se aprobará una Ley que derogaba esa obligación, lo que ocurrió el 26 de junio. Y sí, al mismo tiempo, avanzaba una quinta ola, con un repunte importante de casos en los más jóvenes, a los que todavía no había llegado su turno de vacunarse y que se desquitaban del año y medio de pandemia en viajes de fin de curso donde cualquier restricción sonaba a chino.
Julio de 2021/ ¡A vacunarse!
Llegó el verano sin restricciones, sin estado de alarma y con la sensación -esta vez sí- de que se había vencido a la Covid-19. Aunque seguían aumentando los contagios en gente joven, la mayoría lo pasaban con síntomas leves. Y eso que una nueva variante -la Delta- preocupó por un momento a los expertos. Pero todo se solucionaría una vez que ese segmento de edad estuviera vacunado. Pero los jóvenes estaban cansados, querían irse de vacaciones y una cita para un pinchazo no iba a cambiar sus planes y menos ahora que sus abuelos ya estaban a salvo. Las comunidades autónomas se estrujaron el cerebro todo el verano para conseguir que aumentara ese porcentaje de vacunación: desde la Vacuguagua -un autobús que vacunaba en Canarias de manera itinerante- hasta el polémico uso de instalaciones de empresas privadas en Madrid, como Acciona o El Corte Inglés, todo iba en la misma dirección: vacunar, vacunar y vacunar.
Agosto de 2021/ Certificado UE Covid
El verano de 2021 fue el verano de la recuperación del turismo, tras un 2020 desastroso para el sector. Sin embargo, para determinados desplazamientos, sobre todo fuera de España aunque también a las islas nacionales, era imprescindible mostrar el certificado UE Covid, un documento que entró en vigor el 1 de julio y que muchísima gente se descargó en su versión digital. No es raro que algunos hablaran de él como pasaporte Covid. Como los contagios entre jóvenes siguieron creciendo ese mes, algunas comunidades autónomas pidieron que se exigiera su uso para entrar en interiores, como ocurría en varios países europeos. No se hizo a nivel estatal y las regiones dependieron de sus tribunales para conseguirlo, con éxito diverso.
Septiembre de 2021/ Los 'benditos' ERTE
Hasta que llegó la pandemia, las siglas ERTE sólo eran conocidas por las personas que habían sufrido una situación sin duda complicada: que sus empresas redujeran su jornada laboral por no poder mantener sus puestos de trabajo. Pero además de llevarse 89.000 vidas por delante, la Covid-19 ha hecho estragos en la economía del país -y en la mundial-. Sólo en 2020,la caída por volumen del PIB fue del 10,8% y a precios corrientes se situó en 1.121.698 millones de euros, un -9,9% respecto al de 2019 (-123.074 millones de euros). Para intentar paliar los efectos, el Gobierno puso en marcha un plan de ayudas a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que se ha renovado por quinta vez el pasado 29 de septiembre al menos hasta febrero de 2022. La figura de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, se ha visto sin duda beneficiada por su capacidad negociadora en este campo.
Octubre de 2021/ La brecha de las vacunas 'pobres'
Mientras en España el porcentaje de vacunados con dos dosis superaba el 80%, los expertos no se cansaban de advertir: "No basta con que se vacunen los países ricos, el virus no conoce fronteras". A pesar de las buenas intenciones expresadas por muchos gobiernos occidentales, la brecha de vacunación entre naciones en vías de desarrollo y desarrolladas es abismal. Iniciativas como el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (COVAX, de sus siglas en inglés) facilitan que lleguen las vacunas donadas por los países ricos -y España es un buen donante- o las propias farmacéuticas, pero el éxito no se traduce en cifras. Menos de un 9% de la población más desfavorecida ha recibido alguna dosis de la vacuna. Más allá del dilema de la solidaridad, esto supone un peligro epidemiológico: pueden surgir nuevas variantes que escapen a la inmunidad que dan las vacunas actuales.
Sexta ola
Noviembre de 2021/ La tercera dosis
El 18 de octubre de este año, el Ministerio de Sanidad acordaba administrar una tercera dosis de la vacuna a los mayores de 70 años, que sería segunda dosis para los receptores de la vacuna de Janssen, que sólo requiere de un pinchazo. Lejos de lo que algunos interpretaron, esto no significa que la vacuna no funcione y tampoco que la población vaya a tener que vacunarse todos los años. Al menos, no es algo que se sepa con la información disponible. Sólo con las dos dosis que hasta ahora componían la pauta completa de vacunación, el riesgo de hospitalización y muerte por Covid desciende radicalmente, pero no el de contraer la infección. Por esta razón se ha optado por administrar una tercera dosis, que recibirán los españoles por grupos de edad, como se hizo con las primeras. En noviembre, muchos mayores de 60 años acudían de nuevo entusiastas a vacunarse. Pero los casos volvían a subir...
Diciembre de 2021/ "No hay test"
Un nuevo término llegó a nuestro diccionario pandémico a finales de noviembre, ómicron. La última variante del coronavirus que provoca la Covid-19 es muchísimo más contagiosa que las anteriores y, aunque parece que provoca enfermedad menos grave -aunque esto último se tiene que confirmar- parece que elude bastante a las vacunas, aunque no a la inmunidad celular obtenidas por ella. Esto es, infecta mucho, infecta a vacunados y enfermos previos, pero no se asocia en ellos a enfermedad grave, parece ser. Al coincidir su expansión con las fechas navideñas, todo el mundo ha querido asegurarse de estar bien para acudir a las tradicionales reuniones con la familia. Al contrario que el año pasado, este año se puede saber si uno está sano -con peros, pero sí en general- gracias a los test de antígenos, muy eficaces en personas con síntomas y algo en asintomáticos. El problema: no hay tantos como hace falta y varias farmacias han tenido que colgar en la puerta un cártel advirtiendo sobre su escasez. Mientras tanto, las restricciones brillan por su ausencia y la más llamativa es la menos eficaz según la evidencia científica: volver a tener que llevar mascarilla en exteriores. Y es que quién hubiera dicho que, dos años después del primer aviso sobre la Covid-19 en el mundo, España tendría las cifras de infectados más altas de toda la pandemia, aunque con muchísima menos presión hospitalaria. Algunos expertos dicen que la sexta ola acabará en enero. ¿Habrá una séptima? Imposible saberlo al cierre de esta edición.