Gran Canaria tiene su propia "Coruña": Un pequeño caserío al oeste de la isla
Al margen de los grandes atractivos de uno de los destinos estrella de este verano, la isla alberga un pequeño caserío escasamente poblado que lleva el nombre de la ciudad herculina y que llama la atención de turistas gallegos curiosos
30 mayo, 2021 06:00A Coruña es isleña y aunque pueda sonar extraño y una gran mayoría lo desconozca, la prueba de ello está en la existencia en Gran Canaria de una zona con este nombre. Lejos de los grandes atractivos de la isla como las dunas de Maspalomas, el Roque Nublo o la playa del Inglés, Coruña es concretamente una población que forma parte de Artenara, una villa de reducidas dimensiones ubicada al oeste cuyo territorio municipal llega hasta la costa y que está rodeada de los grandes bosques de Tamadaba y Tirma. En este municipio se enmarcan también los macizos de Altavista y Tamadaba, donde se pueden encontrar materiales geológicos muy antiguos que ayudan a comprender como era la vida en la época de los aborígenes canarios.
La población conocida como Coruña es un pequeño caserío, escasamente poblado, en el que destacan algunas viviendas con tejado a dos aguas. El topónimo probablemente está vinculado al primitivo colonizador García de la Coruña, quien en 1545 dirigió una petición al gobernador Alonso del Corral para que se le concediese un pedazo de tierra de este lugar, según los datos históricos recogidos en el libro "Aspectos Históricos de Artenara" que escribió cronista de este espacio, José A. Luján Henríquez.
En las inmediaciones de Artenara también se mantienen tradiciones como la elaboración de cerámica o telares y otras poblaciones próximas a Coruña son una larga lista y destacan: Las Peñas, Las Arbejas, Cueva Nueva, Cueva de los Gatos, Lomo Cuchara, Las Moradas, Los Cofrites, Chajunco, Lugarejos o Caideros.
Vega de Coruña
Vega de Coruña es otra de las zonas que forma parte de la isla de Gran Canaria y se trata de una planicie de terrenos de cultivo de cereales, situada en la vertiente norte del barrio que lleva el nombre de la ciudad herculina, y está bordeada por el este por el denominado camino real que conduce de Artenara a Agaete. En las inmediaciones de la zona se sitúa una almagrera, de la que se extraen piedras de almagre (de tonalidad rojiza) que sirven para darle color a las piezas de alfarería tras ser machacadas y molidas y convertirse en polvo.