El director de Navantia donde se construye el submarino S-80 falseó 30 años que era ingeniero
- Agustín Álvarez Blanco no presentó el trabajo final de carrera. Es alto cargo de la empresa de capital público desde 1989.
- Un anónimo denunció que no tiene la titulación en Ingeniería Naval. La compañía dependiente del Ministerio de Industria ya le busca sustituto.
- Desde 2016 dirige el astillero de Cartagena y el proyecto del batiscafo que le va a costar al Estado casi 4.000 millones, el doble de lo presupuestado.
- 'El submarino que no flotaba ya emerge'
El director del astillero de Navantia en Cartagena y del controvertido programa de submarinos S-80, Agustín Álvarez Blanco (Ferrol, 1963), infló su currículo académico durante tres décadas, las mismas que lleva trabajando para la compañía estatal. Navantia ya le busca sustituto.
Hasta hace unas semanas, la empresa pública de construcción de buques militares y civiles mantenía en su página web que era “ingeniero naval por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la Politécnica de Madrid". Sin embargo, Álvarez Blanco carece de dicha titulación universitaria.
Recientemente, la compañía modificó el curriculum vitae de Álvarez Blanco que aparece en Navantia.es. El director del astillero murciano es también miembro del comité de dirección de la empresa a nivel nacional. Ahora, en el apartado que hace mención a su formación académica sólo aparece que tiene “estudios en ingeniería naval” cursados en dicha universidad madrileña.
Según confirman fuentes oficiales de Navantia a preguntas de EL ESPAÑOL, la modificación del currículo académico del director del astillero de Cartagena se produjo después de que un “anónimo” denunciara de forma interna que Álvarez Blanco no es ingeniero naval.
Desde la empresa pública explican a este periódico que inmediatamente se pusieron en contacto con él y que éste reconoció que carece del Trabajo de Final de Carrera (TFE), por lo que no acabó la licenciatura y carece de la titulación oficial.
Dicha fuente añade que, tras conocer los hechos, la unidad de cumplimiento ético de Navantia analizó la formación académica de Álvarez Blanco. La Universidad Politécnica de Madrid confirmó a la compañía mediante un certificado que dicho directivo aprobó los seis cursos de Ingeniería Naval bajo el plan de estudios de 1964, pero que no presentó el trabajo de final de carrera. La compañía pública también ha verificado que no ha falseado ningún documento.
"En ningún caso ha afectado ni tenido consecuencias directas sobre el cometido que ha venido desempeñando hasta ahora dicho directivo", sostienen desde Navantia. "En todo caso, como consecuencia del informe elaborado por esta unidad de cumplimiento, la dirección ha decidido iniciar los trámites para buscar un sustituto para Agustín Álvarez".
No es requisito para acceder al puesto
En Navantia argumentan que la titulación universitaria en ingeniería naval no es un requisito imprescindible para acceder a un cargo de alta dirección dentro de la empresa. Navantia pertenece a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Industria. Nació en marzo de 2005, tras la fusión de la Empresa Nacional Bazán y la Sociedad Española de Construcción Naval.
El actual director de Navantia en Cartagena mantiene en su CV que estudió un Máster en Dirección del programa de desarrollo de directivos de Bazán y un curso en Gestión de Proyectos en la escuela de negocios IESE de Madrid. Dicha formación sí sigue apareciendo en la web de Navantia.
Los orígenes laborales de Álvarez Blanco, hijo de militar de la Armada, están en la Empresa Nacional Bazán, germen de la hoy Navantia, a la que se incorporó en 1989, con 26 años. En ella ocupó distintos cargos, como jefe del Departamento de Ingeniería y Sistemas de la Oficina Técnica de Ferrol.
Más tarde, entre 2005 y 2012, ya bajo las siglas de Navantia, fue jefe de Ingeniería del astillero ferrolano. Entre 2013 y 2014 ocupó el cargo de director de Diseño de Detalle de Navantia, por lo que coordinó las tres oficinas técnicas de la compañía en Ferrol (A Coruña), Puerto Real (Cádiz) y Cartagena (Murcia).
Álvarez Blanco siguió escalando en el organigrama de la empresa estatal, en la que actualmente forma parte del comité de dirección de la compañía de construcción de buques. En julio de 2016, tras siete meses como director adjunto, pasó a ocupar la jefatura del astillero y desde entonces dirige el ruinoso programa de submarinos S-80. Se trata de un megaproyecto cuyo millonario presupuesto ha habido que corregir al alza en varias ocasiones por los retrasos en la construcción y los fallos de diseño.
El S-80: de no flotar a no caber en el muelle
Uno de los quebraderos de cabeza de los últimos años de Álvarez Blanco es el submarino S-80 que Navantia construye en Cartagena, donde él es el responsable máximo. Se trata de un proyecto que arrancó a principios de siglo de la mano del exministro del PP Federico Trillo.
La idea era construir cuatro unidades del S-80 con un presupuesto inicial de 1.800 millones que luego se amplió hasta los 2.135. Se presumía un negocio redondo: hasta 2020, los ejércitos del mundo adquirirían 140 submarinos, de los que el 10% serían encargos del batiscafo construido en el astillero murciano. El empleo en la región no escasearía.
Pero pasados los años, la realidad ha sido bien distinta. Las primeras pruebas de flotabilidad, allá por 2012, fueron un fracaso: el submarino se sumergía, pero no lograba flotar por un exceso de 75 toneladas. Una empresa estadounidense realizó una auditoría a toda la ingeniería para detectar el origen del problema. La solución pasó por ampliar en 10 metros la eslora del submarino.
Este no es el único contratiempo reciente con el que se ha topado Navantia. Según desveló EL PAÍS a mediados de julio de 2018, el problema reside ahora en que, con sus nuevas dimensiones, el S-80 Plus no cabe en el muelle de atraque de Cartagena.
Este nuevo traspiés en el camino del submarino de sello español ha obligado al Ministerio de Defensa a dragar y ampliar el muelle de la base militar murciana. Las obras tendrán un coste de 16 milllones de euros.
Hasta la fecha, la construcción de los cuatro S-80 es un pozo sin fondo. El Consejo de Ministros del 25 de julio de este año amplió el presupuesto del proyecto en 1.772 millones, por lo que el erario público español va a desembolsar finalmente 3.907 millones, el doble de lo presupuestado en su día. Y eso siempre y cuando no exista ninguna contrariedad más.