Así aprovecha la Cienciología la desgracia de La Palma para captar fieles y fondos
Se hacen pasar por una ONG y se visten con camisetas amarillas. Andrés, ya fuera, cuenta cómo engañan y manipulan.
6 noviembre, 2021 07:01Noticias relacionadas
Tras la erupción del volcán de la Isla de La Palma el pasado 19 de septiembre, muchos fueron los voluntarios y asociaciones que prestaron su ayuda a los afectados por la catástrofe. Cientos de personas de todos los puntos de España colaboraron tanto con donaciones como con una ayuda a pie de calle que se materializó en la recogida de escombros, el rescate de animales o la entrega de comida y ropa para las familias damnificadas.
Esta ola solidaria, sin embargo, también ha traído consigo el oportunismo de diversas organizaciones, cuya opacidad y antecedentes son en gran medida conocidos por las autoridades. Este es el caso de la Iglesia de la Cienciología, entidad relativamente reciente en España que, según alertan desde RedUne, “ha estado estos días haciéndose pasar por una ONG más en La Palma”. Desde esta asociación de ayuda a afectados de sectas llaman a la población a ser precavida.
“En principio aparecieron dos cienciólogos que no están afincados en Canarias, que se denominan como Ministros Voluntarios y que se movieron por redes”, cuenta Manuel Pérez Torres, psicólogo y delegado de RedUne en Canarias. El experto en sectas asegura que este grupo coercitivo se camufla entre otras muchas asociaciones solidarias, pero con un propósito claro. “Subieron unos vídeos desde un perfil de una persona y desde ese perfil empezaron a meter esos vídeos en foros de ciudadanos de La Palma”.
Una secta entre catástrofes
Durante más de 10 años, Andrés estuvo dentro de la Cienciología. A día de hoy, no duda del carácter sectario de la agrupación, pero advierte de la poca información de calidad que tenemos en España sobre este organismo. “Hace falta estar muy adentro de la Iglesia para saber cómo actúan”, describe. “La Cienciología se aprovecha de las crisis humanitarias para sacar dinero y armar campañas de márketing”, cuenta. “Puedes reconocerlos por sus camisetas amarillas, pero en un primer momento no te dicen quiénes son”, continúa.
A día de hoy, el excienciólogo ha abandonado la congregación por completo. Durante varios años considera haber sido manipulado y engañado. A lo largo de una década pudo asistir a todo tipo de eventos de captación. “Suelen acudir a las catástrofes para grabarse en vídeo y recaudar dinero en eventos privados”, lamenta. Andrés asegura que todavía conserva deudas de su época dentro de la Cienciología. “Primero te ofrecen cursos baratos para, supuestamente, mejorar tu autoestima. Poco a poco te van haciendo desembolsar más dinero y te instan a dedicar todo tu tiempo a trabajar para ellos. Después destruyen tu autonomía”, rememora.
“Ellos te dicen que están salvando a ti, dicen que están salvando el mundo y lo del volcán les viene perfecto”, continúa Andrés. Además de ello, asegura que la Cienciología lleva años mandando a los autodenominados como Ministros Voluntarios a lugares que se hallan en problemas. “Estuvieron en Argentina, en Haití y, haciendo historia, hasta en los atentados del 11-S”, comenta. De esta manera recaudarían fondos para sus sociedades pantalla, que en ocasiones ni tan siquiera parecen estar vinculadas con la organización.
Pero, sin duda, lo que más preocupa a la víctima es lo peligrosa que puede ser esta doctrina. Oculto en un nombre ficticio para no revelar su identidad, tiene miedo de las represalias. Andrés alerta también sobre el negacionismo de la Cienciología. “Sigo en contacto con miembros, ellos rechazan las vacunas, las mascarillas y no han cumplido las restricciones durante la pandemia”, asevera. Actualmente, Andrés acude a terapia para recuperarse de los años que le ha dedicado a la organización. “Tengo mucho que contar, pero cuesta atreverse. Tengo miedo de las denuncias y las amenazas”, lamenta.
Propaganda en las desgracias
“Hola, somos ministros voluntarios y estamos aquí en La Palma para ayudarte a reducir tu estrés para que puedas afrontar esta situación con mejores ánimos”, reza una publicación de Facebook en la que varias personas con camisas amarillas aseguran estar ayudando a recoger escombros. “Contáctanos si conoces a alguien que esté muy afectado, desorientado o simplemente si te gustaría ayudar a los demás aprendiendo estas herramientas prácticas y con resultados inmediatos y visibles de mejoría en el ánimo de la persona”, continúan.
Posteriormente, la organización deja un número de teléfono. “Buscan a personas vulnerables”, asegura el psicólogo canario Manuel Pérez. No obstante, el experto sostiene que muchas de las publicaciones que han aparecido en redes han sido borradas ante las quejas de cientos de usuarios. “Muchas personas de La Palma se dieron cuenta de que era la Cienciología y los reconocieron como algo dañino”, relata. “Que hayan estado en La Palma, no quiere decir que hayan conseguido su propósito”, sostiene.
Aunque los Ministros Voluntarios llevan el reconocible logo la doctrina religiosa de Tom Cruise, la cruz de la Cienciología no es un símbolo conocido en España. “Llevan en los camisetas las siglas SVM -Scientology Volunteer Minister-, pero no creo que su objetivo sea captar a pie de calle”, apunta Andrés. El excienciólogo reitera que la organización graba acontecimientos asombrosos con cámaras de última generación con el único objetivo de usar los vídeos dentro de la organización. “Hay dentro mucha gente influyente que se deja su dinero en supuestos eventos benéfico. Son millones que la Iglesia se lleva en limpio”, comunica.
Cómo capta la Cienciología
A pesar de que su presencia en acontecimientos catastróficos parece estar más destinada a manipular a sus propios miembros que a captar nuevos adeptos, la Cienciología posee toda una maquinaria destinada a atraer a personas vulnerables. “El método más común de captación es la venta de libros en ferias y eventos”, advierte Andrés. La organización suele vender la obra Dianética, un manual de autoayuda escrito por el fundador de la Iglesia de la Cienciología, L. Ron Hubbard. “Te piden tu número de teléfono y te llaman para preguntarte qué te ha parecido el libro”, relata.
“También es común que te paren por la calle para ofrecerte un test de personalidad gratuito”, continúa. “Es el método más común de captación, te hacen un examen larguísimo y la verdad es que suele acertar bastante”. Andrés dice que conocer tu personalidad les ayuda a percibir tus puntos débiles. “Te ofrecen un curso gratuito y sientes que su terapia te puede cambiar la vida”. Según cuenta el excienciólogo, poco a poco esos cursillos van aumentando su coste y te exigen dedicarles más tiempo. “Se trata de una manipulación para que vivas solo para ellos”, sostiene.
Andrés lamenta que, en ocasiones, la Cienciología se camufle en redes sociales con otros nombres. “Tienen un Instagram llamado MentePlus, repleto de frases motivacionales y allí también te ofrecen cursos y charlas gratuitas”, cuenta. A Andrés le preocupa el amplio número de seguidores que tienen estas páginas, que a menudo desconocen quién está detrás. “Si les preguntas si son cienciólogos no lo niegan, pero al principio evitan usar su nombre para introducirte poco a poco”, admite. “Cuando ya te das cuenta te han vendido su mensaje y estás captado”, recuerda.
El psicólogo Manuel Pérez también hace alusión a los peligros de Narconon, un programa de tratamiento de adicciones vinculado a la Cienciología. “Es una terapia muy cara, pero lo más preocupante es que buscan atrapar a toxicómanos, alcohólicos y adictos en su peor momento”. Según indica, esas vulnerabilidades serán usadas en tu contra cuando tu pensamiento sea diferente al suyo. Andrés, por su parte, cuenta que muchas de “sus terapias pueden funcionar como cualquier terapia, como un coaching cualquiera, la cuestión es que luego te manipulan, te explotan y te utilizan”, sentencia.
La Cienciología por dentro
También conocida como la religión de los famosos, la Iglesia de la Cienciología fue fundada en 1953 por el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard. Esta organización ha sido denunciada internacionalmente por exmiembros que reportan abusos, estafas y manipulación psicológica. Sin embargo, actualmente celebridades como Tom Cruise, John Travolta o Elizabeth Moss (de El Cuento de la Criada) concuerdan y publicitan el mensaje de esta asociación nacida en los Estados Unidos y presente todo el mundo. Países como Francia o Alemania han calificado a este grupo como “secta peligrosa”.
Amparados en una apariencia religiosa, los líderes de la Iglesia de la Cienciología asegura que cada persona “tiene una mente reactiva que responde a los traumas de la vida, nublando la mente analítica e impidiéndonos experimentar la realidad”. Aunque, a priori, pueda parecer una teoría científica más, exmiembros como Andrés relatan el sufrimiento al que les ha llevado esta afirmación. “Te dicen que tú eres causa. Que tú diriges tu vida. Al principio esto te motiva, pero luego, por ejemplo, les dicen a mujeres que si han sido violadas ha sido por su causa y por su negatividad”, describe.
“Con el volcán de La Palma tienen una misma idea, así como si te sucede cualquier otra desgracia”, expresa. Andrés asegura que la Cienciología es una secta que solo puedes conocer de verdad si estás en su interior. “Al principio no te lo dicen, pero tienen una mentalidad puramente homofóbica”. El excienciólogo cuenta cómo a muchos compañeros homosexuales les explicaron que “eran gais porque en una vida pasada fueron una mujer muy exitosa y ahora no aceptan el cuerpo que tienen en esta reencarnación”, explica. “Te dicen que puedes y debes cambiar tu sexualidad”, relata.
Además de creer en las reencarnaciones y en diversas teorías que solo puedes conocer una vez asciendes en su escala jerárquica, los líderes de la Cienciología obligan a sus adeptos a vivir experiencias místicas. “Te hacen salir de tu cuerpo, visitar otras vidas. No sé hasta qué punto puede ser sugestión”. La Iglesia de la Cienciología se muestra contraria a los tratamientos psiquiátricos para las personas con enfermedades mentales. “Ellos te conocen muy bien y cuando quieres irte publican todo lo que saben sobre ti en sus webs. Por eso la mayoría nos vamos en silencio”, concluye Andrés.