Investigan a un médico más por la muerte de Silvia: Arévalo y Albo, imputados por homicidio
“Hay un tercer médico que asistió a Silvia en el postoperatorio, por lo tanto habría participado en este abandono total”, afirma el abogado de la familia.
2 agosto, 2022 01:13“Teníamos la esperanza de que iba a salir de esta”. Cuando Silvia Idalia Serrano fue sacada de su coma inducido, a principios del pasado mes de julio, su familia creyó ver una luz tenue al final del túnel. Pero esa “leve mejoría” fue un cruel espejismo y el desenlace llegó la madrugada del pasado domingo. Silvia murió en torno a las 5 de la madrugada en la UCI del hospital de La Paz de Madrid fruto de un shock séptico.
La mujer, de 34 años, llevaba casi tres meses ingresada en dicho centro después de haber sido sometida a una triple cirugía estética en la clínica CEME de Madrid. La operación tuvo lugar el 29 de abril de este año en la Clínica VOT, uno de los centros donde CEME lleva a cabo sus operaciones. El cirujano encargado de la intervención -de reducción de pecho con liposucción y transferencia a glúteos- fue José Manuel Arévalo, director médico de CEME y que ya fue condenado por una negligencia médica similar en el año 2011.
Este caso ya está en fase de instrucción en el Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid y están imputados dos médicos y la propia empresa. En el momento en que Silvia murió, la causa investigada pasó de ser un delito de “lesiones por imprudencia” a ser un “homicidio por imprudencia”. Aunque ya hay dos presuntos responsables identificados, no se descarta que puedan aparecer más imputados, ya que aún queda por identificar a un personaje principal de esta historia.
El principal protagonista es José Manuel Arévalo, el cirujano que llevó a cabo la operación y que ya se encuentra imputado por el caso. Además de ser director médico de CEME, es dueño del Centro de Estética Manzana 14 de Getafe, donde ya cometió una negligencia que le valió un paso por los tribunales.
Tal y como ya señaló este periódico, en el año 2011, la Audiencia Provincial de Madrid le condenó al pago de 78.085 euros de indemnización por los daños que le causó a una paciente al hacerle una liposucción. El caso se remonta al año 2005, cuando una paciente acudió a la consulta para mejorar su perfil glúteo mediante la colocación de una prótesis -lo que se conoce como gluteoplastia- y una liposucción complementaria. Ambos retoques estaban previstos inicialmente para una sola intervención.
La liposucción fue llevada a cabo por Arévalo el 22 de febrero de 2005 y tuvo un resultado desfavorable, originando escaras en ambos glúteos que evolucionaron a peor. La gluteoplastia ni siquiera llegó a realizarse. La afectada fue intervenida nuevamente el 1 de abril de ese año con anestesia local para limpiar las heridas y suturarlas con cuarenta puntos.
Diez días después, la afectada acudió a su médico de cabecera, quien le dijo que las heridas eran escaras infectadas y tendría que someterse a curas diarias en su centro de salud. La liposucción generó en esta paciente una deformidad, cicatrices en ambos glúteos, pérdida de sensibilidad y pérdida de sustancia, además de causar dolor y secuelas psicológicas en la paciente. "Está claro que el resultado de la intervención médico-estética, en los términos acordados, no tuvo lugar, recordando que estamos ante una obligación de resultado, como consecuencia de un arrendamiento de obra", concluía la sentencia.
Asimismo, insistía en que "existe mala praxis tanto en el inicio y planteamiento de la operación de estética, un adecuado seguimiento postoperatorio y un resultado desproporcionado contrario al fin perseguido en una operación de estética". Tal y como figura en el Registro Mercantil, el doctor Arévalo sigue siendo único accionista y administrador del Centro Estético Manzana 14, aunque trabaje en CEME desde hace nueve años, es decir, desde que abrió el centro.
El doctor Arévalo no solo fue quien operó a Silvia, sino que también la atendió, al menos, en una consulta de urgencia el día 5 de mayo. Tras 11 horas en urgencias, él y otros médicos no pudieron ver la infección que estaba matando a Silvia. Entre esos médicos, estaba la doctora Aniladiv Albo, la segunda imputada por esta causa.
La doctora Albo es natural de Cuba. Se licenció en el Instituto Superior de Ciencias Médicas Villa Clara, cercano a la ciudad de Santa Clara. Llegó a España siendo ya médico, algo muy habitual entre los doctores de la isla caribeña. Su expediente fue homologado en marzo de 2016 por el Ministerio de Sanidad, según informan a este periódico fuentes cercanas a la clínica CEME.
Ejerció como médico autónoma de octubre de 2017 a abril de 2020 en un hospital de día de Madrid haciendo chequeos médicos rutinarios para empresas. En abril de 2020 pasó a trabajar para la Clínica CEME, no está claro si como autónoma o como personal de plantilla. Lo cierto es que Albo no aparece en la web de CEME y por eso localizarla no fue fácil.
Albo atendió junto a Arévalo a Silvia aquel 5 de mayo, cuando la paciente acudió con dolores, vómitos, desmayos, mareos y fiebre. Por segundo día consecutivo, los médicos enviaron a Silvia a casa. Al día siguiente, el 6 de mayo, la paciente volvió a las Urgencias de CEME, de donde salió en ambulancia directa hacia La Paz.
Sin embargo, todavía queda por dilucidar quién fue el médico que atendió a Silvia el primer día que acudió a una consulta de urgencia, es decir, el 4 de mayo. “Hay un tercer médico que asistió a Silvia en el postoperatorio, por lo tanto habría participado en este abandono total. Hemos pedido que declare en condición de investigado. No sé ahora mismo si está citado o no”, asegura Francesc Jufresa, abogado de la familia de Silvia.
Así pues, no se descarta que aparezcan más personajes en esta trágica historia que ha terminado segando la vida de esta joven. “Era una chica de una vitalidad contagiosa, con mucha alegría de vivir. La verdad, era un amor de mujer: buena, inocente…”, declaró su familia el mismo día de su muerte.
CEME se pronuncia
La clínica CEME se ha pronunciado públicamente este lunes por primera vez desde que estallara este caso. La empresa ha lanzado un comunicado en el que "lamenta profundamente el fallecimiento" de Silvia y manifiesta su "más sentido pésame a sus familiares y amigos".
"Ante las diversas y contradictorias informaciones que se están vertiendo en los diferentes medios de comunicación sobre el fallecimiento de la Sra. Serrano Ramos, CEME quiere manifestar que la Sra. Serrano ha sufrido una complicación infecciosa denominada fascitis necrotizante, excepcional en los procedimientos de cirugía plástica", afirma CEME.
La clínica ha presentado un informe elaborado "por un perito experto en Microbiología y Parasitología" que afirma "que las bacterias implicadas en la fascitis necrotizante sufrida por la paciente no son de adquisición hospitalaria ni transmitidas a partir de personal o el entorno sanitario".
La defensa de la familia de Silvia considera que este informe "no es un informe pericial, porque estos se hacen conforme a la ley". Jufresa considera que el informe es un "papel privado que le han pedido a un médico que se atreve a hacer un informe sobre lo que le ocurrió a Silvia sin haber visto a la paciente". Queda por ver si el juez admite este informe como prueba.