El rugido atronador de los motores de dos Eurofighter rompe el límpido silencio que impera en las avenidas del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). Los pinares del extrarradio de Torrejón de Ardoz acunan la sede de este centro de investigación adscrito al Ministerio de Defensa a cuyo frente se encuentra el general del Ejército del Aire y del Espacio Julio Ayuso.
En su campus conviven científicos y militares. Las sesudas conversaciones de terminologías imposibles que escapan en susurros de los corrillos de los primeros y la férrea disciplina que yace en las almas de los segundos parecen estar aquí unidas por una afectuosa complicidad. El ambiente evoca a aquella mezcla de hombres de números y de acción que cambiaron el mundo moderno en el seno de Los Álamos.
Sin embargo, las líneas de investigación del INTA, que cuenta con 15 centros distribuidos a lo largo y ancho de España, son bien distintas. Y, tan numerosas, que resulta imposible aglutinarlas todas en una misma descripción. Sus investigaciones se centran en todo aquello vinculado al desarrollo en aeronáutica, en espacio, en hidrodinámica, en tecnología naval y en seguridad y defensa, y su esfera de influencia trasciende los límites nacionales y se ramifica por Europa y el resto del globo gracias a sus colaboraciones tanto con la NASA como con la Agencia Espacial Europea.

El general Ayuso, director del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), situado en Torrejón de Ardoz. E. E.
Pongamos algunos ejemplos. En su Centro de Astrobiología (CAB), situado en el complejo de Torrejón visitado por EL ESPAÑOL, el INTA colabora con la NASA para el desarrollo de instrumentación espacial y en la búsqueda de vida en Marte. De hecho, la estación medioambiental MEDA, desarrollada en sus laboratorios, forma parte del rover Perseverance, el cual, desde 2020, pisa la superficie marciana. Con ella, los científicos del CAB hacen estudios de caracterización ambiental y del polvo en la superficie del planeta rojo. Al ser la tercera que colocan en Marte, España cuenta con la primera red de estaciones meteorológicas operativas en otro planeta.
INTA y cosmos son prácticamente sinónimos. El instituto también cuenta con un Complejo de Comunicaciones del Espacio Profundo asociado a la NASA en Robledo de Chavela, así como con una Estación para Comunicaciones con Vehículos Espaciales Europeos en la madrileña Villafranca del Castillo, sede española de la ESA. Culmina su mapa de estaciones espaciales la especializada en Satélites de Observación de la Tierra de Maspalomas (Gran Canaria) y la Estación de la Red de Espacio Lejano de la ESA en Cebreros (Ávila), que tiene la primera antena de espacio profundo de Europa.
"¿Qué no hacemos aquí?", se pregunta el general Ayuso con una media sonrisa mientras camina frente a una gigantesca antena blanca que emite un fuerte pitido antes de girar y colocar su ojo metálico en dirección al cielo. El ciclópeo artilugio, completamente vertical, está a punto de descargar las imágenes recabadas por el satélite radar PAZ, cuya misión es observar la Tierra para recabar información.
"PAZ ve de noche, de día y con nubes y sus usos son muy diversos. Por ejemplo, el Mando de Operaciones tiene posibilidad de acceder a las imágenes que recoge, pero también es muy útil para catástrofes y emergencias, como lo fue durante la erupción del volcán de La Palma o tras la tragedia de la DANA. El satélite toma imágenes y las descarga en el CEIT colocándose verticalmente sobre la antena. Después, nosotros las distribuimos, ya sea a Defensa o a los servicios de emergencias, como la UME".
INTA, el centro de investigación aeroespacial que desarrolla tecnología para la defensa de España
CEIT, que es uno de los 15 subcentros del INTA, y al que el general Ayuso se refiere como segmento terreno porque "todo lo que vuela necesita una instalación en Tierra", también gestiona junto con el CAB la monitorización de CHEOPS, el programa de la Agencia Espacial Europea que califica y cataloga exoplanetas. "El INTA hizo el primer satélite de la historia de España en 1974 y, desde entonces, ha desarrollado toda una cadena de valor asociada a lo aeroespacial". Por eso es el paradigma de la revolución tecnológica y científica a nivel nacional.
En el ámbito espacial INTA también cuenta con una línea de investigación propia, el Programa de Constelaciones de Pequeños Satélites, un 'escuadrón' de nanosatélites o cube sats que vuela en formación en la atmósfera baja y cuya principal misión, ANSER, consiste, al igual que PAZ, en la de observar la Tierra. Aunque habitualmente utilizan infraestructura europea, este último lanzamiento se ha realizado a través de la infraestructura de SpaceX, concretamente del Falcon 9.
"Gracias a nuestra trayectoria, tenemos capacidad de colaborar con otros grandes proyectos. Recientemente, España ha lanzado el satélite de seis toneladas SpainSat NG I. Lo hemos hecho desde Cabo Cañaveral con una nave de SpaceX. El INTA colabora en los grandes proyectos nacionales en el campo de los ensayos térmicos, de vacío, de compatibilidad electromagnética. Por ejemplo, los cohetes Ariane 5 y Ariane 6 los trajimos aquí para vibrarlos, someterlos a condiciones de lanzamiento y vacío. Somos polivalentes, e incluso tenemos la capacidad de hacer lanzamientos, como hemos demostrado con el Miura 1 de PLD Space desde el Centro de Experimentación de El Arenosillo (CEDEA), en Huelva".
El INTA, recuerda el general Ayuso, es un Organismo Público de Investigación (OPI) dependiente de Defensa que cuenta con un presupuesto anual de 196 millones de euros (2023). Su misión fundamental es aportar soluciones tecnológicas a las Fuerzas Armadas y a la sociedad. "Más allá de lo vinculado a esta segunda carrera espacial, hacemos ensayos, tests, pruebas y homologaciones de todo tipo de plataformas. En el campo aeronáutico, certificamos aeronaves civiles y militares, como esos cazas". Y señala hacia los rugientes bólidos aéreos que inundan el cielo.

Detalle del uniforme del general Ayuso. E. E.
"También estamos centrados en la futura participación en la certficación de proyectos FCAS [el paneuropeo Futuro Sistema Aéreo de Combate], como el Eurofighter o el EuroMALE". Además, llevan 30 años desarrollando UAVs y, por primera vez en España, cuentan con una pista de despegue y aterrizaje de 2.000 metros: el Centro Europeo de Unmanned Systems (CEUS), también del INTA, que este diario visitó hace unas semanas. Allí, por ejemplo, se harán las primeras pruebas del SIRTAP, el dron espía de Airbus.
"Por si fuera poco, el INTA también vela por la seguridad de Galileo, el bautizado como GPS europeo. Somos responsables de la seguridad nacional y de la utilización de las señales gubernamentales".
Veterano de Afganistán
El general Julio Ayuso, nacido el 27 de agosto de 1960, ingresó en el Ejército del Aire en 1978. Desde entonces, ha desarrollado una extensa carrera en distintos operativos. Tras servir en el Ala de Alerta y Control de Torrejón y como profesor de vuelo en el Ala 78 en Armilla (Granada), ascendió a comandante en 1996 y fue destinado al Ala 48 de Cuatro Vientos (Madrid). En 2003, pasó al Mando de Personal del Ejército del Aire como oficial de Estado Mayor y ascendió a teniente coronel.
En 2007, fue destinado a la representación militar nacional ante SACEUR en Bélgica y, en 2010, asumió el mando del Grupo de Fuerzas Armadas del Ala 48, participando en misiones de transporte de autoridades y en la instrucción en Súper Puma. En 2011, fue enviado a Afganistán como jefe del Destacamento HELISAF y cuya principal misión eran las aeroevacuaciones médicas (MEDEVAC) en teatros de operaciones. En la solapa de su uniforme hoy luce una medalla que certifica su paso por esta unidad de Helicópteros de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad.
Ayuso ascendió a coronel en 2012 y, entre 2013 y 2015, obtuvo varios puestos de mando en Palma de Mallorca, incluyendo el liderazgo del Ala 49 y la gestión de la Base Aérea de Son San Juan. Posteriormente, fue destinado al Mando de Personal y asumió la jefatura de la Base Aérea de Torrejón.
En 2018, fue nombrado subdirector general de Coordinación y Planes del INTA y, en 2022, a propuesta de la ministra de Defensa, Margarita Robles, previa deliberación del Consejo de Ministros, fue nombrado director general del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
CETEDEX: la lucha antidrones
El teniente general Julio Ayuso conduce a EL ESPAÑOL a su despacho. En la esquina, las banderas de España, de Europa y la azul del INTA; a la derecha, una butaca color crema que, asegura el militar, utilizó el propio Esteban Terradas –principal impulsor del INTA– durante su presidencia entre 1942 y 1950. En la pared que hay tras su escritorio, destaca la clásica fotografía de Felipe VI.
En el otro lado de la habitación hay una pequeña estantería baja sobre la que reposa una palanca de uno de esos helicópteros, regalo que sus antiguos compañeros de escuadrón le hicieron tras ser ascendido. A su lado, una maqueta de un avión de transporte táctico 295, aeronave que el INTA utiliza como Plataforma Aérea de Investigación (PAI), y al que el general se refiere como "laboratorio volante en el que se hacen trabajos atmosféricos y se analizan tormentas", y desde cuyo interior se prueban las cámaras de los satélites que después se lanzan a órbita.

Detalle del interior de los laboratorios del Centro de Astrobiología (CAB). E. E.
El INTA se ha convertido en un propulsor esencial de tecnología española en estos tiempos de vaivenes geopolíticos. "Nosotros no producimos, desarrollamos. Nuestra función es poner en marcha proyectos de I+D y tecnología. Construimos los prototipos, delimitamos la patente y, una vez tenemos los conocimientos adecuados, los transferimos a la industria para que se produzcan. Actualmente tenemos entre manos 400 proyectos nacionales y europeos". No obstante, el programa que, sin duda, marcará un antes y un después en la defensa de España será CETEDEX.
El acrónimo responde a Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación. Se trata de uno de los más grandes campos de ensayos de técnicas antidrones de Europa. Su creación, que ya ha comenzado, se desarrollará a lo largo de 2024 y 2025 en Jaén y entrará oficialmente en vigor a finales de 2026.
"Se trata de un proyecto estratégico del Ministerio de Defensa. Por un lado, usaremos la Inteligencia Artificial enfocada al mantenimiento predictivo de plataformas terrestres y aéreas, como puede ser el cálculo de la predicción de averías y toma de decisiones, y para todo tipo de aplicaciones de tecnologías biométricas. También queremos desarrollar proyectos de conexión de convoyes inteligentes y autónomos, para evitar que estos vehículos sean tripulados en ciertos teatros de operaciones. Todos estos conocimientos, por cierto, tienen aplicaciones duales", es decir, el mundo civil también puede beneficiarse de sus conocimientos.
El tercer y más importante pilar del CETEDEX será el desarrollo de una suerte de 'cúpula' antidrones para defender los cielos de potenciales amenazas aéreas. "A consecuencia de los conflictos actuales, queremos desarrollar la tecnología para ser capaces de neutralizar grandes formaciones de drones, también llamados UAS o RPAS. La idea es decepcionarlos en su navegación. Asimismo, queremos desarrollar la tecnología para navegar en ambientes denegados por el enemigo".

El teniente general Ayuso durante la entrevista con EL ESPAÑOL. E. E.
Los ambientes denegados son aquellos en los que una hipotética potencia extranjera ha pervertido la geolocalización o la comunicación de una aeronave y esta navega a ciegas. Esto puede hacerse mediante la neutralización de las comunicaciones o su perturbación mediante técnicas de jamming o spoofing; básicamente, achicharrando las comunicaciones mediante técnicas soft kill. "España ya cuenta con procedimientos de denegación avanzados. Lo bueno es que Europa, gracias a la constelación de satélites Galileo, tiene una capacidad estratégica autónoma y no depende del GPS americano ni de ningún otro sistema satelital".
La guerra del futuro pasará, por tanto, por la creación de clústeres de grandes formaciones de drones y, por descontado, por el control de las comunicaciones a través del espacio. Y en esa parte los satélites de observación, como PAZ, los sistemas de comunicaciones y geoposicionamiento, como Galileo, y las futuras innovaciones que nazcan de CETEDEX, como el sistema antidrones, juegan un papel fundamental.
"Hoy en día, por culpa de todas estas amenazas asimétricas y disruptivas, si una potencia deniega mi geoposicionamiento, sólo me queda la comunicación por satélites propios. Desarrollar tecnologías más avanzadas en esta línea potencia la base tecnológica industrial nacional, lo cual nos da una autonomía estratégica. Invertir en defensa es invertir en tecnología".
LAVEMA: la guerra bacteriológica
Quizás menos conocidas, pero igual de importantes, son las investigaciones que el INTA lleva a cabo en materia de amenazas NBQ, es decir, aquellas vinculadas con la defensa nuclear, biológica y química. Estas se realizan en el laboratorio de verificación de armas químicas, LAVEMA.
Esta especialidad se encuentra concentrada en una subdirección general situada en el campus del centro aeroespacial en Marañosa (Madrid). "En el ámbito de los ensayos en la guerra bacteriológica, hacemos pruebas con vehículos y plataformas terrestres, los cuales sometemos a amenazas de este tipo. Para probar el efecto de artefactos explosivos improvisados (IEDs) utilizamos dummies sensorizados a imagen y semejanza de humanos".

El teniente general Julio Ayuso, del Ejército del Aire y del Espacio, durante la entrevista con EL ESPAÑOL en la sede del INTA, en Torrejón de Ardoz. E. E.
"Somos expertos en detectar sustancias químicas y explosivos, ya que el INTA es el único el centro español elegido por la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ). Sólo hay 21 laboratorios capaces de realizar análisis en el ámbito de la guerra química y de las sustancias, como el ántrax, que se usan con mala intención para producir efectos adversos en la población. El Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial es uno de ellos".
A través de LAVEMA, el INTA ejecuta también diversas actividades de I+D para resolver los retos analíticos de muestras. Jugaron, por ejemplo, un papel determinante en los protocolos anti Covid-19 durante la pandemia. Además, dan soporte a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en cualquiera de sus frentes. "Disponer de un laboratorio así, con veinte años de experiencia en este campo, hace que España esté a la vanguardia en la protección y defensa química".