“La serie de Ana Bolena negra la va a ver su puta madre”. “A la derecha tenemos a Ana Bolena, la que fue reina consorte de Inglaterra por su matrimonio con Enrique VIII en la Inglaterra de 1533. A la izquierda tenemos la tontería de HBO con cambiar las razas de los personajes históricos intencionadamente”. Mensajes como estos han inundado esta semana todas las redes sociales. Hacían referencia a la nueva serie estrenada por HBO Max, en la que la actriz negra Jodie Turner-Smith interpreta a Ana Bolena.
Según ellos les molesta la falta de precisión histórica. Que Ana Bolena era blanca, dicen, y que saltarse así el rigor pues les ofende. Mucho. Les ofende hasta tener que insultar. Es curioso que les ofende que sea una actriz negra la que lo hace. Tan curioso como que del resto de ficciones que se han pasado por el arco del triunfo seguir la historia al pie de la letra no han dicho nada. ¿Alguien recuerda que se liara parda porque Cleopatra fuera Elizabeth Taylor? Tampoco cuando han anunciado que Gal Gadot daría vida a la reina egipcia en un nuevo filme.
Pues según los datos del Instituto Arqueológico de Austria, los análisis de los huesos de una hermana de Cleopatra mostraron en 2009 que la reina egipcia era, en parte, africana. Vaya. Gol en las Gaunas. Espero que inunden las redes diciendo que no piensan volver a ver el clásico de Joseph L. Mankiewicz por su falta de rigor histórico. Que lo hagan con la misma vehemencia que la que han liado por una Ana Bolena negra. No lo harán. No lo harán porque curiosamente Liz Taylor, igual que Gal Gadot es un ‘pibón blanco’. Y permítanme usar esa palabra porque es la que muchos de ellos usarían para referirse a estas dos actrices a las que no les exigen parecerse al personaje, sino simplemente ser atractivas.
Tampoco vi ningún lío en España porque en Memorias de una Geisha la protagonista, Zhang Ziyi, fuera una actriz china interpetando a una japonesa. Eso no importa. Total, “son las dos iguales”, pensará la caverna que se ha tirado a la yugular de la nueva serie acusándola de corrección política y no sé cuántas sandeces. Podríamos seguir así hasta la extenuación. Nadie se cuestionó la representación de Freddy Mercury en su biopic, cuya vida sexual con hombres desapareció casi por completo y se presentó su homosexualidad como la puerta de acceso a los infiernos. Total. Eso no les molesta.
Señores, esto es ficción, y da lo mismo que el protagonista sea negro, chino, sordo. Se usa un personaje histórico para contar una historia. Es un mecanismo narrativo. Y si te molesta, el problema no es de la serie, el problema es tuyo. El problema es porque eres racista. Así de claro. Eres el típico racista que usaría un pero para justificarse. “No soy racista, pero…”. Son todos aquellos los que usan el pero los que no quieren una Ana Bolena negra. Los mismos que no quieren un Superman bisexual. A los que les molesta que Eternals tenga un reparto diverso. Lo siento, pero el problema no es de las películas, o de las series, el problema es vuestro.
Es una resistencia al cambio. Les molesta que su trono de privilegios pueda verse alterado. La ficción no puede ceder a estos reaccionarios. La ficción tiene que estar por encima de ellos y seguir empujando cambios y mostrando con naturalidad toda la diversidad que existe. Viva Ana Bolena negra y todo lo que eso supone.