Los bochornosos insultos de una mujer a los sanitarios en un centro de salud
En La Jungla. El vídeo de una mujer insultando al personal sanitario en la puerta de un centro de salud se ha hecho viral en las redes sociales.
24 agosto, 2020 01:48Noticias relacionadas
Aquellos aplausos a los sanitarios que secundábamos cada día a las ocho de la tarde parecen ahora muy lejanos. Mientras el personal de los hospitales sigue atendiendo a los contagiados y se prepara para lo que pueda llegar en las próximas semanas, una parte de la población abraza las teorías negacionistas poniendo en riesgo la salud de todos, como en la manifestación de Colón de la pasada semana.
Estos negacionistas, los que hablan de una plandemia, están protagonizando bochornosas escenas a lo largo y ancho de nuestro país. Una de las últimas está protagonizada por una mujer que acudía a un centro de salud de la Comunidad de Madrid. Su actitud burlesca y violenta con el personal sanitario ha sido captada en un vídeo que compartió la cuenta Farmacia Enfurecida en Twitter y no tardó en hacerse viral.
Sin que hubiesen trascendido más datos sobre la fecha de grabación, el lugar exacto y el contexto, se puede apreciar a la mujer, visiblemente alterada, llamando "cómplices" al personal del centro: "La que no controlas eres tú", increpa a la persona que le atiende al otro lado de la puerta desde el interior del edificio, añadiendo que "sois todos unos cómplices de esta plandemia".
"Coronatimo"
La mujer concluye su retahíla de despropósitos repitiendo varias veces que vivimos en un "coronatimo" mientras la trabajadora advertía que iba a llamar a los agentes: "A la Policía, dice, ahora sí que no entro", aseguró al tiempo que les llamaba "sinvergüenzas" y se bajaba la mascarilla. La persona que está inmortalizando el momento le avisa de que tenga "cuidado" porque está grabando y la mujer concluye: "Pues claro, es mi derecho".
¿Por qué alguien tiene que aguantar esto mientras hace su trabajo?
— Farmacia Enfurecida (@Farmaenfurecida) August 17, 2020
Es alucinante. pic.twitter.com/32qKjUbDnX
Las reacciones no han tardado en sucederse tras popularizarse el vídeo. Sorprendentemente ha habido quien defiende y justifica la actitud de la mujer aunque una mayoría la ha criticado con firmeza:
La verdad, no veo dónde está el problema. ¿Quiere ver el virus? Pues que la lleven, sin mascarilla ni protección, a visitar y abrazar muy fuerte a las personas ingresadas por el virus. Con un poco de suerte la selección natural hará su trabajo.
— Javi Lavandeira #JoSócCDR (@javilm) August 18, 2020
A esa señora se la ve muy instruida y sensata. Le molesta llevar una mascarilla liviana, pero no le importa pagar para que le inyecten bajo la piel una tinta cuya inocuidad a largo plazo está por ver, y con agujas cuya esterilización nadie le ha garantizado
— Sinelo (@sinelo1968) August 18, 2020
Es que no hay por qué aguantar a subnormales en el trabajo, nunca. Es algo que va a costar cambiar porque la parida de "el cliente tiene la razón" ha calado bien hondo... No disculpa, me la suda que seas cliente, eres imbécil y te largas de aquí ahora mismo.
— twenki (@twenki) August 18, 2020
Esto es diario.Insultos,a mi no me toma ls temperstura nadie,no me da la gana de esperar,me siento donde quiero,no me pongo gel,hija de .....Y asi.Cuando viene la policia ya han sslido corriendo
— Ana Maria Rompe (@Anamariarompe) August 18, 2020
Lo que tienen que aguantar algunas compañeras ni está pagado ni es tolerable. Espero que alguien se la llevase de allí.
— StormyDesert (@Stormydessert) August 17, 2020
Se está creando un caldo que no me gusta nada. Se están tolerando ciertas actitudes déspotas, de falta de respeto, de pensamiento único ante sanitarios, científicos, políticos, que no se visualizan con tanta alevosía. Y todos tienen un mismo origen...
— Yurena Pulido (@Yu_PulMed) August 18, 2020
Algunos tuiteros también han apuntado que en el vídeo completo, al que no hemos conseguido acceso, se ve cómo la mujer pedía que le pinchasen un antiinflamatorio y el personal sanitario la emplazaba a tomarlo por vía oral, de ahí su indignación y su indefendible actitud.