Los emprendedores Mercedes Toscano y Jorge Núñez, un matrimonio gallego afincado en las Rías Baixas, comenzaron su andadura profesional relacionada con las chucherías en Chile, donde montaron la primera tienda de golosinas del país, y llegaron a vender más de 500 toneladas de producto al año. Tras la aventura latinoamericana, volvieron a España en 2019 con la intención de ofrecer al mercado español un producto saludable, apto para diabéticos, que se vendía en droguerías y farmacias.

Aquel proyecto, Mininolas (un nombre en el que incluyeron un guiño al nombre de su primera hija), no permitía, sin embargo, satisfacer la demanda del mercado debido a la fabricación externa y la falta de control sobre los procesos de producción. "No tenían ni tiempo, ni capacidad, ni podíamos dar el servicio que nosotros queríamos", explica Mercedes.

El paso por las aceleradora VíaGalicia y Galicia Avanza y las ganas de seguir cumpliendo sueños fue lo que les animó, aunque con "vértigo", a dar los pasos necesarios para tener su propia fábrica en Galicia. "Nos fuimos a buscar la maquinaria por el mundo adelante. La compramos, conseguimos la nave que queríamos aquí en Porto do Molle, de las bioclimáticas, nos la dieron en diciembre del año 2023 y el 8 de febrero de 2023 llegaron las máquinas. Estos últimos dos meses han sido de montaje, instalaciones y en marzo empezamos las primeras pruebas industriales", cuenta la emprendedora gallega.

Nació así Minimelis, un nombre que busca identificarse con el primer proyecto pero con la intención de crear algo nuevo que, además, integrase a sus otras dos hijas. "Fue la excusa perfecta de decir que ahora somos fábrica, que es otro paso más, hicimos un rebranding y de paso las metimos a todas", apunta Mercedes Toscano.

Cómo son las Minimelis

La clave del éxito y la diferenciación de este ambicioso proyecto es que Minimelis son gominolas sin azúcar, aptas para diabéticos pero que, además, tratan de que sean para todo el mundo. "Las dividimos en aquellas que llevan gelatina y las veganas. Estas últimas nos encantan pero tiene una textura que es más para adulto que para niño, porque es más blanda. Nosotros tratamos de compaginar lo que nos gusta y lo que el mercado quiere, porque luego hay que venderlo", sostiene Mercedes.

Tras esta división, estas golosinas saludables tienen variedades con omega 3, otras con biotina, "que fortalece el cabello y las uñas", otras con melatonina, que ayudan a conciliar el sueño… "Estas las estamos vendiendo también en hoteles de Galicia, que las usas como amenities", añade. La emprendedora gallega explica también que fabrican unos multivitamínicos que diferencian entre los que están dirigidos a adultos y los infantiles. En el laboratorio no dejan de investigar para aumentar la variedad de producto.

Además de que uno pueda encontrarlas como regalo de bienvenida en algunos alojamientos de la comunidad gallega, Minimelis se encuentran "en las farmacias de Galicia, en tiendas Arenal, en distribuidoras de gominolas y estamos avanzando en las máquinas de vending", afirma la fundadora de este proyecto gallego.

Nigrán, el lugar perfecto

El municipio pontevedrés de Nigrán, donde esta pareja se conoció y donde decidieron asentarse a su vuelta de Chile, ha sido el lugar perfecto para situar esta fábrica de golosinas saludables y de sueños por cumplir.

"Lo primero que empezamos cuando nos instalamos, al mismo tiempo que se hacía toda la implementación de la fábrica, fue el laboratorio. Así, en estos cuatro meses hemos podido desarrollar un montón de formulaciones y las hemos podido testear. En estos tres meses hemos hecho una gominola de brócoli, una gominola de azafrán, una gominola para el bronceado… El laboratorio químico es un punto muy importante de toda la producción para evitar cualquier tipo de problema", dice Mercedes.

Desde el pasado mes de febrero, Minimelis fabrica en Galicia a pequeña escala y ahora, desde hace menos de dos semanas, cuando finalizaron las pruebas industriales, todo el conocimiento adquirido en el laboratorio, "lo hemos llevado a escala industrial".

13 toneladas al mes

"Donde antes se fabricaban 100 gramos, pues ahora ya son 100 o 200 kilos. En todos estos meses de pruebas, solucionábamos los problemas a base de errores". Según cuenta esta emprendedora, el desmoldado fue uno de los últimos desafíos por resolver, algo que ya se ha resuelto y que, si bien la fábrica no se encuentra aún a pleno rendimiento, sí se encuentra en marcha dando respuesta a la importante demanda que tienen estos pequeños bocados gallegos.

"Esperamos tener la capacidad productiva que queremos en el mes de julio, que será de 13 toneladas mensuales, que es la demanda que estamos teniendo y que queremos satisfacer", apunta Toscano.

Este pequeño gran equipo, en el que sus impulsores han apostado por profesionales jóvenes comprometidos con el proyecto. "Está siendo un proceso muy bonito, hemos apostado por gente joven porque no había mucha gente aquí en Galicia experta en este tipo de producto y tenemos ya en plantilla cuatro químicos, una ingeniera química industrial que es una pasada, y nos hemos apoyado en el centro Juan María para los operadores, porque no apetecía de verdad algo integral con valores. Ahora somos 11 personas y está siendo muy enriquecedor porque es gente con muchas ganas, que apoya y valora el proyecto", señala Mercedes.

"Es un regalo poder hacer esto en Galicia, dar empleo a gente de aquí que está super formada porque tenemos unas universidades increíbles. Estas oportunidades generan valor a todo el mundo, desde luego a nosotros mucho, y espero que a ellos también", concluye.

Parte del equipo de Minimelis.

Parte del equipo de Minimelis.