Vista de Vigo desde Bembrive

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Los vecinos de Bembrive no se dan por vencidos por el nuevo trazado de la A-52 entre Vigo y O Porriño

La asociación Bembrive en Pé, que se está reorganizando para futuras acciones, ha estado presente en los plenos de Vigo y de la entidad local menor sin que se le concediese la palabra

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Tras más de un mes desde que se cerró el plazo para la presentación de alegaciones por el nuevo trazado de la A-52 en túnel entre Vigo y O Porriño, la fotografía para los vecinos de Bembrive apenas ha cambiado.

La posición del Concello de Vigo y del Gobierno de España sigue siendo inamovible: no se contempla otro trazado alternativo y no existe posibilidad de que se libere el peaje de la AP-9 para, así, aliviar la carga de la autovía y dar más tiempo para replantear la infraestructura. Ambas instituciones han sido, además, muy claras al respecto. Mientras, PP y BNG se han posicionado del lado de los vecinos de Bembrive y Mos, principales afectados por el trazado planteado por el futuro PXOM.

El asunto, lejos de calmarse, ha aumentado la bronca política entre gobierno local y oposición. Una muestra de esto fue el pleno extraordinario, convocado por los socialistas, a principios de este mes de marzo y que terminó en disputa verbal y los votos a favor del PSOE y en contra de PP y BNG tanto para la ampliación de la autovía como para que el Gobierno analice las alegaciones vecinales y que los populares pidan perdón a la ciudad.

Reorganización de los afectados

Esos vecinos afectados, mientras, lanzaban consignas desde Praza do Rei para que se les escuchase. También mostraban pancartas en el salón de plenos, pero no se les dio voz para exponer sus posiciones. Así lo reconoce Roberto Estévez, portavoz y presidente de Bembrive en Pé.

"Estamos intentando organizar un poco la asociación y asentarla de la mejor manera para ser más efectivos", explica a Treintayseis, después de unas semanas en las que han estado más "desaparecidos" del foco mediático.

"Hemos estado presentes en algún pleno del Concello y también de la entidad local menor de Bembrive, pidiendo la palabra, que se nos ha negado siempre", añade Roberto, que incide en que en el pleno extraordinario "incluso los partidos de la oposición le pidieron al alcalde que dejase un espacio para que los afectados pudiesen hablar". Pero también se lo denegó.

Desde la asociación, han ido participando en otros eventos más alejados de la política, donde poder expresar su malestar y sus quejas, como en los carnavales de Mos y O Porriño; ahora, están pendientes de los de Bembrive, suspendidos "por mal tiempo incluso a 15 días vista, para el 8 y para el 15, aunque este sábado mal tiempo, que se diga, no hizo", ironiza.

También han organizado un par de festivales de música, en Bembrive y Mos, pero últimamente están centrados en reordenar ideas y planificarse. "Es momento de reorganización, de seguir informando y preparando acciones con tiempo", dice Roberto, aunque avanza que no tienen nada definitivo, sólo están "en el horno".

Especial atención a los más afectados

Pero desde Bembrive en Pé destacan que están dirigiendo gran parte de sus esfuerzos en los afectados más directos. "Para nosotros, afectados en Bembrive hay muchos, pero al final los que peor lo pasan son aquellos que pueden llegar a perder su vivienda", desarrolla, Roberto; a ellos se les está prestando "especial atención" ya que lo están pasando "muy mal".

En el aspecto más político, volverán a realizar una ronda de contactos con partidos y también con asociaciones ecologistas y buscarán que su voz se escuche en la mayoría de lugares posibles. De hecho, a esa necesidad de ser escuchados los vecinos afectados achaca Roberto la intervención en la charla de Abel Caballero sobre literatura organizada por la UVigo.

"No fue un acto programado por la asociación, pero sí que eran vecinos y vecinas de Bembrive. Al final, entiendo que es la causa de no dar la cara nunca, de no prestarse a hablar con los afectados", resume.

Mientras el proyecto avanza, el tiempo se agota para los vecinos afectados de lograr una solución para un problema que les ha marcado desde que se proyectó el nuevo trazado de la A-52.