⁠El pueblo más pequeño de Nueva York tiene menos de 40 habitantes: de gran tamaño y dentro de un parque nacional

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Estados Unidos

⁠El pueblo más pequeño de Nueva York tiene menos de 40 habitantes: de gran tamaño y dentro de un parque nacional

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En el estado de Nueva York, conocido por su vibrante ciudad homónima, existen también rincones poco habitados que contrastan con el bullicio urbano. Uno de ellos es 'Red House', el pueblo más pequeño del estado en términos de población, con apenas 38 habitantes según el censo más reciente. Lo que lo hace aún más particular es su ubicación dentro de un parque nacional, lo que lo convierte en un enclave único dentro de Estados Unidos.

Este pueblo se encuentra en el 'Allegany State Park', una de las áreas naturales más grandes de Nueva York. Aunque su población es reducida, la extensión del pueblo es considerable, abarcando una gran parte del parque y ofreciendo un entorno privilegiado rodeado de montañas, bosques y lagos. Su localización hace que, a pesar de su escaso número de residentes, el lugar reciba visitantes durante todo el año, atraídos por sus paisajes y actividades al aire libre.

Desde senderos para caminatas hasta rutas para ciclismo y pesca, esta aldea es un destino ideal para los amantes de la naturaleza. Además, en invierno se convierte en un sitio perfecto para practicar esquí de fondo o paseos en moto de nieve, algo que lo mantiene en constante movimiento a pesar de su población mínima.

A pesar de su tamaño actual, 'Red House' no siempre fue tan pequeño. En sus inicios, la comunidad contaba con más residentes, pero la expansión del Allegany State Park llevó a la compra de muchas propiedades, reduciendo la población con el paso del tiempo. Sin embargo, el municipio se ha mantenido activo y sigue figurando oficialmente en el mapa de Nueva York.

Uno de los aspectos más llamativos de este lugar es su aislamiento en comparación con otras localidades del estado. A diferencia de ciudades cercanas como Buffalo o Rochester, aquí no hay grandes supermercados, centros comerciales ni vida nocturna. Los residentes llevan una rutina tranquila, en contacto directo con la naturaleza, lejos del ritmo acelerado de otras partes de Estados Unidos.

Aunque es el pueblo con menos habitantes de Nueva York, se mantiene en pie gracias a su ubicación estratégica dentro de un parque estatal y a la visita constante de turistas que buscan desconectar del ajetreo de las grandes ciudades. Un pequeño enclave que demuestra que, a veces, el tamaño no lo es todo.