
El aumento en el nivel del mar sería uno de los mayores efectos.
Científicos hacen inquietante revelación sobre el derretimiento de los polos y cómo afectará a Estados Unidos y otras partes del mundo
La Corriente Circumpolar Antártica ha sido la más afectada por el derretimiento de los polos, generando cambios globales.
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Una reciente investigación llevada a cabo por especialistas de la Universidad de Melbourne, Australia, reveló que la tasa de deshielo en diversas partes del mundo ha disminuido de manera considerable, lo que podría tener efectos negativos e inesperados en la circulación oceánica de varias regiones, incluyendo los Estados Unidos.
A pesar de escuchar y leer en innumerables ocasiones sobre los efectos negativos del acelerado derretimiento de los polos, lo cierto es que el deshielo, moderado y natural, es vital para mantener el equilibrio de las corrientes oceánicas a través de la temperatura y la sanidad del agua.
Sin embargo, al igual que el exceso de derretimiento, la disminución del deshielo puede tener consecuencias de igual o mayor magnitud en numerosos aspectos de la estabilidad del mar, las temperaturas oceánicas y la vida de diversas especies, entre otros.
Los efectos de la disminución del deshielo
Según lo mencionado en un estudio publicado en Environmental Research Letters, la reducción del flujo de agua fría y dulce proveniente del derretimiento natural de los polos ha impactado directamente en la Corriente Circumpolar Antártica (CCA), un sistema esencial en la regulación térmica global.
Esta es, además, la única corriente que conecta los océanos Pacífico, Atlántico, Índico y Austral. Aunado a esto, a través de la CCA se transportan miles de millones de litros de agua por segundo, lo que permite la circulación de calor y nutrientes en todo el planeta.
Asimismo, diversos estudios han señalado que este sistema oceánico ayuda a mantener el equilibrio del ecosistema antártico al generar un hábitat único, impidiendo que especies de otras latitudes se acerquen a sus costas.
En investigaciones llevadas a cabo por científicos de la Universidad de Melbourne, se halló que la reducción del flujo de agua fría limita la mezcla de las capas superficiales y profundas en la corriente, afectando la convección y la capacidad del océano para distribuir el calor y mantener su equilibrio térmico. Como resultado, la circulación de nutrientes esenciales para diversas especies marinas se ha visto alterada.
Un “mar” de problemas
De acuerdo con el líder de la investigación, el geofísico Bishakhdatta Gayen, la debilitación de esta corriente puede afectar el equilibrio climático global, con repercusiones en la circulación oceánica, el intercambio de calor entre continentes y variaciones extremas en el clima.
Según la investigación, en el caso de Estados Unidos, esta alteración podría provocar un aumento del nivel del mar, una situación que afectaría gravemente a los habitantes de las ciudades costeras del océano Pacífico en el oeste y del océano Atlántico en el este.
Además, esto podría intensificar fenómenos como tormentas, olas de calor y precipitaciones extremas. Incluso, la alteración del ecosistema antártico podría facilitar la presencia de especies invasoras en la región, causando un gran desequilibrio ambiental.
El estudio también menciona que estos cambios pueden afectar la disponibilidad de oxígeno y nutrientes en los océanos, lo que impactaría directamente en la pesca.