Como ha quedado claro innumerables veces la pretendida superioridad moral de la izquierda es una patraña: no son mejores personas, no son mejores políticos, no tienen ninguna sensibilidad superior a la del resto. Pero han ganado la batalla cultural, se han rodeado falsos intelectuales que los idolatran y de un ecosistema mediático que siempre juega a su favor.
Es algo que ha quedado meridianamente claro en la última polémica autonómica elevada al terreno nacional. El PSOE acorralado por los supuestos casos de corrupción de la mujer del presidente Pedro Sánchez, de su hermanísimo, de su antiguo número dos -y también del nuevo-, de la presidenta del Congreso, de varios ministros... ha puesto su maquinaria en marcha para intentar acabar con Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid.
¿Por qué no? Si ya casi lo ha conseguido con el presidente de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, con una campaña de acoso y derribo por parte de todo su entorno como nunca antes se había visto. ¿O es que no lo es lo mismo lo que ha pretendido hacer con un documental en RTVE que lo que ha hecho durante meses con su aparato mediático tras la dana de Valencia contra Mazón? Peor incluso, porque la derecha mediática acomplejada se ha unido a la campaña contra el presidente.
Pero el PP de Madrid no es el PP de la Comunitat Valenciana. No ha dado ni un paso atrás. Todo lo contrario. Ha contraatacado. En las instituciones, con el apoyo de sus medios afines y sobre todo en las redes sociales.
Tanto, que la exministra Reyes Maroto que se atrevió a calificar de "asesinatos" la muerte de miles de mayores de mayores en las residencias madrileñas durante la pandemia de Covid-19, ha tenido que pedir disculpas. Bueno, mejor dicho, a balbucear una especie de disculpas que causarían vergüenza en su sintaxis a un estudiante de la ESO. ¡Una exministra! ¡Qué no será el resto!
Pero en la Comunitat Valenciana, ¿cuántas veces han llamado "asesino" a Mazón después de que un caudal equivalente al de cuatro veces el río Nilo asolase la huerta valenciana? ¿Quiénes en su partido han exigido que se pidiesen disculpas por palabras tan graves? ¿Quiénes en los medios o en las redes sociales? ¿Quién ha llevado esas palabras a los tribunales como lo va a hacer Ayuso?
Si el PP nacional y autonómico dejan caer -o incluso le dan un empujón- a Mazón será sinónimo de su propia incompetencia. Será un fracaso colectivo para un proyecto que ha traído en menos de dos años prosperidad, bajada de impuestos y libertad educativa, entre otras cosas.
Es más, si esto se produce que nadie dude que ese fracaso de trasladará a las urnas porque una cosa es asumir errores puntuales como ha reconocido el propio Mazón. Y otra muy distinta es que se pueda luchar contra un Gobierno central y todo su aparato propagandístico (incluidos algunos medios de centroderecha) que desde el minuto uno han dejado a la Comunitat Valenciana a la deriva precisamente para cobrarse la cabeza de su presidente. No lo digo yo, analicen las palabras de Juan Roig esta misma semana.
Nadie habla de dónde estaba Emiliano García-Page cuando murieron siete castellanomanchegos ese mismo día. Ni si se dio o no la alerta en su comunidad. Pero aquí seguimos con los complejos. Me hubiera encantado ver el PP de la Comunitat Valenciana apoyar a Mazón como el de Madrid ha apoyado a Díaz Ayuso. Me hubiera gustado ver al PP nacional apoyar a Mazón sin matices una vez que las responsabilidades políticas se tomaron con tres altos cargos cesados. Y si finalmente no se ponen manos a la obra en la reconstrucción dejando que la Justicia trabaje de forma independiente -lo que sucedió ese día ya no tiene remedio, por desgracia-, reitero, será asumir su propio fracaso como proyecto político.