Aguado pone "sobre la mesa" la "realidad" de los datos sanitarios
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, ha asegurado que Castilla y León destinó a la sanidad pública un 18 por ciento más de su Producto Interior Bruto (PIB) que la media española y es la segunda comunidad con menos concertación, la cual se redujo un 13,5 por ciento en los últimos cinco años, datos que pone "sobre la mesa" para mostrar la "realidad" frente a quienes "agitan la bandera" de la privatización.
Así se ha expresado durante la presentación de los datos de la Estadística de Gasto Sanitario Público 2016, recientemente publicada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que recoge el gasto sanitario real o efectivo, su evolución desde 2002, así como sus principales componentes, con datos homogéneos de cada una de las comunidades.
En este marco, el consejero ha afirmado que no trata de "desactivar" las movilizaciones de protesta de las plataformas por la sanidad pública y de quienes hacen reivindicaciones, pero sí pone "sobre la mesa" la "realidad" del sistema sanitario porque hay quienes utilizan la "estrategia" de "agitar la bandera de privatización", algo que considera que deberán explicar.
A este respecto, ha señalado que estos datos, que permiten analizar el gasto sanitario en Castilla y León y compararlo con los datos medios del Sistema Nacional de Salud, señalan que la Comunidad es la segunda que menos uso hace de la concertación, por lo tanto, la que menos "privatiza".
Asimismo, ha indicado que algunas movilizaciones se vinculaban a los recortes y los datos "ponen de manifiesto que el gasto sanitario, incluso por encima del presupuesto, no ha dejado de crecer en los últimos años".
Percepción de la ciudadanía
En cuanto a la percepción de los ciudadanos de un mejor o peor funcionamiento de la sanidad por parte de los ciudadanos, el consejero ha incidido en el significado que puede tener una manifestación de 10.000 personas y si esto indica que más de dos millones que no lo han hecho ven un funcionamiento adecuado. A este respecto, ha aludido a las encuestas y barómetros que sitúan a Castilla y León en una buena situación que incluso ha mejorado en los dos últimos años.
"Eso tiene tanto valor o más que los que consideran otra cosa y a lo mejor hacen más ruido y transmiten una valoración no tan positiva", ha añadido el consejero, quien además ha asegurado que quienes habitualmente las reivindicaciones son peticiones nuevas que no se han visto afectadas con los recortes y que son aspiraciones "razonables" que en alguna medida se tratan de atender.
Según los datos que ha aportado el consejero de esta estadística, Castilla y León tuvo un gasto público de 3.601 millones de euros, lo que representa el 6,5 por ciento del PIB autonómico; el gasto per cápita medio fue de 1.467 euros.
El gasto en el conjunto de comunidades ascendió a 61.627 millones de euros, el 5,5 por ciento del PIB nacional, con un gasto medio por habitante de 1.332 euros. Así, Sáez ha concluido que el gasto en la Sanidad pública de Castilla y León en relación con el PIB autonómico es un 18 por ciento superior a la media de las comunidades y el gasto por habitante es un 10 por ciento superior a la media nacional.
El consejero ha concretado que las diferencias entre comunidades son importantes tanto en esfuerzo relativo sobre el PIB como en gasto por habitante. En este último parámetro, Andalucía es la comunidad con menor gasto por habitante -1.110 euros- mientras el País Vasco destinó 1.669 euros por habitante en 2016.
Asimismo, el consejero ha explicado los componentes del gasto sanitario de la Comunidad. Desde el punto de vista de su clasificación económica, en 2016, se destinaron 1.804 millones de euros a retribuciones del personal -el 50,1 por ciento del total del gasto-; 941 millones -el 26,1 por ciento- a adquisición de bienes y servicios; 140 millones a conciertos -el 3,9 por ciento-; 643 millones -el 17,9 por ciento del total- a transferencias, básicamente pago de medicamentos a través de recetas, y 70 millones -2 por ciento- a inversiones.
En términos comparativos con la media de las comunidades autónomas, ha afirmado que Castilla y León destina un 14 por ciento más de su gasto a retribuciones de su personal; un 5,2 más a la adquisición de bienes y servicios; un 65 por ciento menos a conciertos; un 2,7 por ciento menos a transferencias y un 25 por ciento más a inversiones.
Desde el punto de vista funcional, en 2016 se destinó en Castilla y León un 58,7 por ciento del gasto sanitario a servicios hospitalarios y especializados -la media nacional es del 62,4 por ciento-; un 15,6 a Atención Primaria -media del 14,3 por ciento-; 2,6 por ciento a Salud Pública -1,1 de media nacional- y un 17,4 por ciento a medicamentos a través de recetas -16,3 por ciento en España-.
Características de la Comunidad
En resumen, Antonio María Sáez ha señalado que esta distribución del gasto explica algunas características diferenciales del sistema de salud de Castilla y León en relación con el conjunto de comunidades como un mayor peso de los profesionales; prioridad a la Atención Primaria frente a la hospitalaria; mucho menor gasto en conciertos y mayor gasto en medicamentos, como corresponde a una población más envejecida; y que la Comunidad es la que mayor proporción de su gasto destina a Salud Pública.
Al analizar la evolución del gasto público en los últimos años, el consejero ha señalado también que desde la transferencia de las competencias sanitarias, el gasto en la Comunidad se ha incrementado en un 73,8 por ciento y se ha pasado de 2.072 millones de euros, en 2002, a 3.601, en 2016. El peso del gasto sanitario en Castilla y León en el conjunto nacional se ha incrementado, pese a la reducción de nuestra población.
En 2003, nuestro gasto sanitario representaba el 5,5 por ciento del total de las comunidades autónomas; en 2007, el 5 por ciento; en 2011, el 4,89 por ciento y, en 2016, el 5,8 del total nacional. En el último quinquenio, el gasto sanitario de Castilla y León se incrementó en un 4,1 por ciento. Su distribución no fue homogénea: en remuneraciones del personal el incremento entre 2012 y 2016 fue del 4,2 por ciento pese a que fueron años de congelación salarial para los trabajadores públicos.
El gasto en bienes corrientes y suministros se incrementó un 13,5 por ciento, la reducción del gasto en algunos servicios se vio superada por el incremento de precios de medicamentos y productos sanitarios en los hospitales castellanoleoneses.
En estos cinco años, el gasto en conciertos se redujo en un 13,5 por ciento, de 162 a 140 millones de euros; en el caso de Castilla y León, era en 2016 en términos proporcionales un 65 por ciento inferior a la media nacional y nos situaba como la segunda comunidad con menor utilización de centros privados.
El gasto en transferencias -pago de medicamentos a través de recetas en su mayor parte- se incrementó en un 1,5 por ciento en estos cinco años, en lo fundamental, por las medidas adoptadas a partir de 2012 sobre precios de los medicamentos y modificaciones en la aportación de los usuarios.
Finalmente, las inversiones se redujeron en un 31 por ciento -de 102 a 70 millones de euros-, una reducción necesaria en los peores momentos de la crisis para poder mantener el funcionamiento de los servicios sanitarios.