Finaliza la rehabilitación del parador de León, que abrirá al público a principios de diciembre
La reforma integral del Hostal de San Marcos, el Parador de León, ha finalizado. Paradores comenzará esta misma semana los trabajos finales de limpieza, decoración y dotación de materiales diversos que permitirán devolver al edificio a su uso hotelero.
La plantilla íntegra del Hostal de San Marcos, compuesta por 76 personas, volverá al establecimiento mañana, lunes 19 de octubre, para trabajar en la adecuación del edificio, lo que permitirá que el Parador de León vuelva a recibir clientes a principios del mes de diciembre de 2020.
Paradores había previsto realizar una visita en estos días para mostrar a autoridades y a medios de comunicación el resultado de la obra antes de que comenzaran las tareas de limpieza, decoración y demás trabajos pendientes. Lamentablemente, las restricciones impuestas para frenar la expansión del coronavirus obligan a aplazar esa visita que se realizará cuando las condiciones sanitarias sean adecuadas y lo permitan los trabajos en curso.
Un proyecto de la arquitecta Mina Bringas
El Parador de León cerró al público hace tres años, en diciembre de 2017, para someterse a la reforma integral. El Parador se dividía en dos espacios diferenciados: el Parador histórico, Hostal de San Marcos, y el edificio “moderno”, de los años 70. En aquel momento se decidió que la obra se dividiría en dos fases. FASE I: la reforma del edificio histórico y, FASE II: la construcción de un nuevo edificio para lo que se derribó el edificio moderno existente adjunto al histórico.
El proyecto elegido por concurso público para la ejecución de la FASE I fue el presentado por la arquitecta Mina Bringas y la constructora adjudicataria para la ejecución de la obra fue FCC.
La idea central del proyecto de rehabilitación del Hostal de San Marcos -explica Mina Bringas- es “recuperar la volumetría original del edificio, un edificio de crujías perimetrales entorno a un patio. Se recupera ese espacio como corazón del edificio. Lo hemos denominado atrio en referencia a la domus romana que era el centro de la vivienda desde donde se distribuían todos los usos”.
Para ello, se ha construido un atrio interior cerrado, pero con entrada de luz natural. Es un espacio “de nueva planta”. Bringas explica que “la intervención que se hizo en los años 60 fue una intervención muy dura con el edificio”, ya que destruyó el patio central, forjando plantas para darles uso hotelero. Ahora, ese nuevo espacio recuperado acogerá la cafetería del Parador y, sobre él, colgado a gran altura, se podrá contemplar en todo su esplendor el espectacular techo de Lucio Muñoz, que ha sido restaurado. “El Parador contaba con esta obra de Lucio Muñoz que estaba ubicada en uno de los salones y a la que ahora se le ha querido dar protagonismo como coronación de este edificio”, señala la arquitecta.
Mina Bringas afirma que la intervención se ha realizado con total respeto al edificio histórico. Se ha hecho “con cuidado, siempre con actuaciones que no tocan los parámetros originales, reversibles en todos los casos y respetuosas con todo: con el material en sí mismo y con la volumetría de los espacios originales”.
Describe el interior del edificio como “un interior sobrio, con pocos materiales. No compite con el exterior”. Añade la arquitecta que se han empleado “principalmente la piedra natural, las maderas naturales y luego un color oscuro que a mí me trae un poco el aire monacal de un edificio de este tipo, con claustro, que ha tenido muchos usos, que ha sido convento u hospital”.
Restauración de obras de arte magistrales del Hostal de San Marcos restauradas
El cierre del establecimiento se ha aprovechado para restaurar algunas de las valiosas obras que atesora el Hostal de San Marcos. Recientemente, se han finalizado los trabajos para recuperar “El Nacimiento de Cristo”, pieza creada por el artista renacentista Juan de Juni en el siglo XVI y ubicada en el claustro antiguo. Bajo los criterios de mínima intervención, se han llevado a cabo delicados trabajos de limpieza, consolidación y ligeras reintegraciones que permiten disfrutar en todo su esplendor de esta pieza única.
Además, se han restaurado el techo de Lucio Muñoz, la Inmaculada de Antonio de Pereda y Salgado o piezas emblemáticas como los espejos del siglo XVIII que presiden la escalera principal, sometidos a trabajos de restauración que les han devuelto su aspecto original. Está en curso también la consolidación del artesonado del siglo XVI de la Sala Capitular, tras la desinsectación realizada para tratar la madera.
Paradores ha revisado el estado de conservación de todas las obras y ha restaurado diecisiete pinturas, otras siete piezas entre tallas y mobiliario, así como marcos antiguos.