El toro protagonista en Pedrajas
Pedrajas y su afición, a través de su asociación taurina, tienen desde hace tiempo la obsesión del toro grande y ganaderías denominadas duras; es decir las que no están en el circuito comercial como es el caso de este año y el pasado: Veraguas de Prieto de la Cal (triunfador 2017 que repitió este año), Isaías y Tulio, Cebada Gago; el pasado año Dolores Aguirre, etc.
Pero siempre saltaba el problema de que los novilleros anunciados no estaban a la altura del ganado, por lo general serio de presentación y de un juego solo para novilleros puestos. La empresa actual, con Enrique Luján al frente, tras el descalabro del pasado año (en el sentido de que los novilleros no estuvieron a la altura de los utreros, con la excepción de Darío Domínguez que cortó una oreja y está anunciado para hoy domingo), ha dado en el clavo con la terna actuante y el sustituto. Bueno, al menos con dos de los coletudos: Juan Cervera y Jesús Mejías.
Se cayeron del cartel inicial dos novilleros anunciados que presentaron parte facultativo y vinieron otros dos: el citado Mejías, que a la postre fue el rotundo triunfador, y Fernando Flores que…no estuvo. Sinceramente y a pesar de sus cuatro años como novillero con picadores. Es cierto que le tocó el garbanzo negro, con cuajo y pitones. Pero…no estuvo.
Y llegó el más novel, el más incipiente novillero: Jesús Mejías. Un chavalín toledano de Almoróx, hecho en la escuela taurina de Madrid, que debutó con caballos el pasado año en Cenicientos, y se llevó el lote y la tarde cortando tres orejas y saliendo a hombros junto al viejo mayoral de Prieto de la Cal. Desparpajo, ganas, buen estilo, rehiletero eficaz y además sabe vender al público su torería. Quién da más…
Pero para realizar buenas faenas hay que tener enfrente a buenos animales. Y salieron. Vaya que si salieron y de tres en tres como los de Prieto de la Cal. Una ganadería onubense creada por el vallisoletano Tomás Prieto de la Cal, y que ahora continúa su hijo, con el mismo nombre, cuidando con mimo y entusiasmo esta estirpe ganadera que, en su día perteneció a Marcial Lalanda.
Qué alegría, que bravura en el caballo y como cuidaron los diestros el tercio de varas. Hasta tres veces se arrancaron desde el platillo los jaboneros veragueños (dos de ellos) y qué ovaciones tan fuertes y vibrantes les brindó el público que llenó el coqueto coso hasta en tres cuartas partes. Y las tres veces recibieron su castigo. Espectaculares varas de Rafa Agudo (antes en la cuadrilla del desaparecido Fandiño e hijo del mayoral del Raso de Portillo). A cada uno lo suyo.
En la muleta bajaron el ritmo - tres varas y sangrando fuerte merman la capacidad del más fuerte de los toros-, pero con un buen son acudieron a las franelas, sobre todo a la de Mejías que estuvo variado y lució su torería, además de saber lucir a los utreros. Apostamos fuerte por este toledano para el futuro.
Mi entrañable amigo Gonzalo Santonja y su esposa María Antonia (asiduos ya a Pedrajas) se deleitaron y me contagiaron un entusiasmo jamás vivido en este coso, y tan falto en otros donde el tercio de varas poco menos que ha desaparecido. Y mi amigo Chuchi -que se pone delante de las becerras con donaire y primor- nos decía a Natalia Calvo, la gráfica, y a un servidor cuando volvíamos hacia Pucela: “Me encanta esta feria y disfruto de ella por el ganado que traen. Es otra historia al resto de novillos por presentación y casta”.
Poco más que decir, aunque hemos de reseñar las ganas del veterano Juan Cervera, con un volteretón sin consecuencias. Y destacar, como no, a los dos utreros de Isaías y Tulio Vázquez (del tercero ya hemos reseñado su presencia que no su bravura), una legendaria ganadería que fue temida por los coletudos en épocas pasadas. Los dos tulios tuvieron entrega y bravura. Como decía Belmonte a un novillero incipiente: “que no te salga el bravo”…
Bien la actitud del palco (Javier Fernández Cisneros) al conceder la vuelta al ruedo al que cerraba plaza. Fue un premio al conjunto. Sin duda el desafío ganadero que ha montado Enrique Luján funciona. Vaya que si funciona. Esta tarde más y mejor, si cabe. La terna la componen Emilio Silvera, el paisano pucelano Darío Domínguez y Javier Orozco con otro desafío ganadero: Gabriel Rojas y Cebada Gago.
Por cierto que ni Darío Domínguez ni sus compañeros de terna pudieron tocar pelo ante complicados utreros de García Rivera en la localidad serrana de Mijares (Avila).
Les ofrecemos una amplia galería, obra de Natalia Calvo y Fermín Rodríguez, donde el gráfico medinense captó un momento de tensión en el tendido al tener que ser evacuado un espectador por los servicios de Cruz Roja. Y debemos destacar los deliciosos compases musicales de la Asociación Musical Perindola de Pedrajas de San Esteban.