Una mujer se fuma un cigarro en la terraza de un bar, en una imagen de archivo.

Una mujer se fuma un cigarro en la terraza de un bar, en una imagen de archivo.

Salud Cardiología

Más allá de la obesidad: los 4 'jinetes del apocalipsis' que aumentan los infartos en las mujeres jóvenes

La incorporación de las mujeres al tabaco está transformando el cigarrillo en el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares precoces.

9 diciembre, 2023 03:03

Las enfermedades isquémicas del corazón siguen siendo la principal causa de muerte de nuestro país (por detrás de la Covid), con 28.852 fallecidos en 2021. Casi la mitad fueron por culpa de un infarto agudo de miocardio, más conocido como el ataque al corazón. El envejecimiento paulatino de la población española es uno de los factores que explica las altas cifras. La edad es un claro factor de riesgo. Pero no el único. De hecho, los expertos advierten que cada vez hay más jóvenes víctimas de ello. Incluidas mujeres.

Durante años, se ha pensado que el infarto era algo ligado casi en exclusiva al género masculino, pero nuevas investigaciones han echado por tierra la teoría. A partir de los 50, el efecto protector que tienen los estrógenos va desapareciendo —por su descenso asociado a la menopausia— y el riesgo de sufrir un ataque al corazón se va igualando entre un género y otro

Un estudio con muestra patria publicado en la Revista Española de Cardiología refleja que el infarto por debajo de los 45 es, efectivamente, mucho más común en hombres, pero también incluye a las féminas. De hecho, la mortalidad en la investigación fue mucho mayor en ellas (14,3%) que en ellos (2,3%).

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Como indica a EL ESPAÑOL Manuel Anguita, cardiólogo en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y miembro de la SEC, las mujeres son cada vez más víctimas de los factores de riesgo de esta enfermedad y es importante tener presente que ellas también pueden sufrir un ataque al corazón para poder actuar con rapidez.

Una epidemia silenciosa

La primera hipótesis que puede venir a la cabeza es el aumento de obesidad en nuestro país. Recientemente, el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria publicaban una gran investigación que advertía de la magnitud de este problema: el 55,6% de los adultos sufre sobrepeso y el 18,7% tiene obesidad. Y subiendo.

Ellos suelen presentar índices más altos. Según la última Encuesta Europea de Salud en España, un 16,5% de hombres de 18 y más años y un 15,5% de mujeres padecen obesidad. Sin embargo, parten con la ventaja de que su peso aumenta en las edades más prontas y luego se estabiliza, mientras que en ellas sigue creciendo progresivamente.

"Vivimos en una sociedad desarrollada, en la cual los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo son muy prevalentes", apuntaba en un comunicado difundido por la Sociedad Española de Cardiología (SEC) Diego Félix Arroyo Moñino, autor de un estudio que avisaba de la mayor frecuencia de infarto en jóvenes en general.

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Manuel Anguita coincide con su colega en que la obesidad —consecuencia de los factores citados por Arroyo, entre otros— es uno de los problemas más importantes a la hora de hablar del infarto agudo de miocardio, pero hay un pequeño matiz. Lo que aumenta es el riesgo de enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes tipo 2 y el colesterol. Son a ellas a quienes hay que mirar a la hora de hablar de las causas más incidentes del ataque al corazón. Junto con la mayor, el tabaquismo, conforman los cuatro jinetes del apocalipsis del infarto de miocardio en las mujeres jóvenes.

El tabaco, el gran señalado

"El tabaco es la causa más importante en jóvenes de mediana edad para que se produzca un infarto de miocardio. Es muy raro que una persona de entre 40 y 45 años, salvo que tenga un problema genético o una predisposición genética, tenga un infarto si no fuma", aclara Anguita.

Por desgracia, España desde hace 25 años que tiene la batalla perdida contra esta sustancia. Según revela la última edición de la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España, es la sustancia psicoactiva que antes se empieza a consumir entre la población española. El porcentaje de usuarios apenas ha variado en ese tiempo, pasando de 34,9% de consumidores diarios de 1997 (9,6 millones) a 33,1% en 2022 (10,5 millones).

Las políticas contra el tabaquismo dieron algún fruto y no se puede obviar que hay una reducción de fumadores entre los hombres. El problema ha sido la incorporación de la mujer al hábito. Como desglosa el Grupo Español de Cáncer de Pulmón, desde 2001, la mortalidad por dicha causa ha crecido un 120% en mujeres. Con el infarto de miocardio parece estar sucediendo algo parecido. "Cuando ingreso a una mujer de unos 40 o 50 años con sospecha de infarto, casi siempre es fumadora", confiesa el cardiólogo.

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La hipercolesterolemia es la segunda causa más citada, tanto por el experto como por la literatura científica. Esta enfermedad lo que hace es favorecer el desarrollo de la aterosclerosis, un fenómeno que se caracteriza por la acumulación de lípidos en las paredes de las arterias y da lugar a la formación de la placa de ateroma. Con el tiempo, obstruyen el interior de las arterias y reducen el suministro sanguíneo de los tejidos y el suministro de oxígeno. 

La pieza en común

Si la arteria obstruida está en el corazón, se produce una enfermedad coronaria. Si tiene lugar en las arterias cerebrales, da lugar a la enfermedad cerebrovascular. De ahí que el ictus e infarto compartan factores de riesgo. "Si a esto le añades la hipertensión y la diabetes, tienes los factores de riesgo más importantes", añade Anguita.

Se habla de hipertensión cuando la presión de la sangre en los vasos sanguíneos es demasiado alta. Mientras, la diabetes es una enfermedad que se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina o el organismo no utiliza eficazmente la que se ha fabricado. Cada una puede aflorar por distintas causas, pero si hay algo que comparten, junto al colesterol alto, es la obesidad.

Como matiza el cardiólogo, "es una asociación muy frecuente y que predispone a tener todo esto". No es sólo la obesidad, pero junto al tabaco, parece que tiene mucho que decir en esta enfermedad.