
El número de suicidios entre los hombres triplica al de las mujeres.
Por qué los hombres se suicidan tres veces más que las mujeres: el "disparate" de Sanidad al reducirlo a la "masculinidad"
Una combinación de factores biológicos, sociales, económicos o psicológicos, entre otros, son necesarios para explicar el fenómeno.
Más información: La paradoja del suicidio en las cárceles: ha aumentado un 182% desde 2011 mientras desciende la población reclusa
En 2023 hubo 4.116 suicidios en España, una media de 11 diarios. Tres de cada cuatro fueron en hombres. La brecha de género en el suicidio comienza en la adolescencia, en torno a los 15 años, y alcanza su apogeo en la mediana edad, sobre los 50 años. A partir de los 75, vuelve a aumentar.
Pese a esta diferencia, los planes de prevención del suicidio no valoran a los hombres como un grupo de riesgo que necesite un abordaje específico.
El pasado septiembre, la ministra de Sanidad, Mónica García, apuntaba que "nos preocupa de manera particular la marcada disparidad de género en el suicidio" y que entender estas diferencias "va a ser clave para mejorar las estrategias de prevención".
Este mismo mes, el ministerio organizaba un evento centrado en la salud de los hombres centrado en "la masculinidad, los cuidados y cómo la forma de estar en el mundo influye en la salud".
El interés en este abordaje culminaba con un artículo de opinión del secretario general de Sanidad, Javier Padilla, en el periódico Infolibre, en el que afirmaba que "no hay nada de genético ni prepolítico en que los hombres nos muramos antes, muramos de forma más violenta (a manos de otros hombres, por lo general) o adoptemos conductas más nocivas para nuestra salud".
Con vehemencia, señalaba que "decir que la masculinidad más dominante no tiene nada que ver con que los hombres nos muramos, de media, cinco años antes que las mujeres, es terraplanismo epidemiológico".
Esta negación de factores endógenos para las conductas suicidas ha suscitado el rechazo de numerosas personas, incluidos profesionales de la salud mental. "Este artículo es un auténtico disparate y no hay por dónde cogerlo", denunciaba el psiquiatra Pablo Malo en la red social X, que acusaba al ministerio de "catecismo ideológico sin ningún fundamento científico".
Este artículo es un auténtico disparate y no hay por dónde cogerlo. Es inadmisible que un Ministerio saque estas cosas que son puro catecismo ideológico sin ningún fundamento científico. Me parece muy acertada la nota de comunidad y me sumo a críticas razonadas como la que ha… https://t.co/7hWtG71WOw
— Pablo Malo (@pitiklinov) February 10, 2025
Malo, que trabaja en el Centro de Salud Mental de Bombero Etxaniz, en Bilbao, cree que la postura defendida por Padilla es "un buen ejemplo de desinformación". "En el suicidio hay una influencia genética directa: existe una heredabilidad de entre el 30% y el 50%", apunta a EL ESPAÑOL.
Claro está, no hay genes ligados a la conducta suicida sino que predisponen a conductas de riesgo, como la agresividad o el consumo de alcohol y otras drogas. "Esto lo vemos también en los animales macho, como los chimpancés".
Por eso cree que el planteamiento de Padilla es "una negación de los genes muy prepotente". Malo no rechaza el papel del género en el suicidio sino la apelación a cierta 'masculinidad tóxica' que echaría la culpa sobre los hombros de aquellos que se suicidan.
"Se está culpando a los hombres de sus propios problemas. Si las mujeres se suicidaran más, estaríamos preguntándonos qué está pasando, pero como les pasa a los hombres, solo decimos que no beban y que busquen ayuda".
En el suicidio se da una paradoja: los hombres triplican a las mujeres en mortalidad pero las mujeres triplican a los hombres en intentos de suicidio. La explicación de esta brecha se da en que los métodos utilizados por los hombres —más violentos— son más eficaces.
"De tener más éxito ellas, ¿estaríamos hablando de feminidad tóxica?", se pregunta Malo.
Otra de las explicaciones tradicionales al menor número de suicidios femenino es que ellas expresan mejor sus sentimientos y piden más ayuda al entorno y a profesionales de la salud mental.
No obstante, desde la puesta en marcha de la línea de atención 024, en 2022, hasta el pasado 31 de agosto, el 33,5% de las llamadas las habían hecho hombres. Eso sí, un 39,8% las habían realizado mujeres y en el resto no se especificó el género.
Masculinidad tradicional
Miguel Guerrero Díaz es coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria Marbella del Hospital Virgen de la Victoria y coordinador del Grupo de Trabajo de Prevención del Suicidio de la Sociedad Española de Psicología Clínica, y cree que las palabras de Padilla han sido malinterpretadas.
"La relación entre género y suicidio ha sido ampliamente estudiada, pero sigue sin resolverse", apunta. En los hombres se ve influido por "una compleja interacción de factores biológicos, sociales, económicos, evolutivos, psicológicos, culturales y contextuales".
Estos factores no actúan de forma aislada. "Ningún suicidio ocurre por una única causa", recuerda, por lo que aboga por abandonar posturas "radicales, exclusivas o excluyentes" en torno a este fenómeno.
No obstante, Guerrero sostiene que el suicidio en hombres está "profundamente ligado a la masculinidad tradicional". Esto es, la obligación, por parte del varón, de ser fuerte, autosuficiente y proveedor de recursos, que limita su capacidad para expresar ayuda y refuerza la idea de que cualquier tipo de fracaso "es intolerable para un hombre, generando estrés, atrapamiento o desesperanza".
Malo y Guerrero coinciden en esto desde una perspectiva distinta. "La sociedad no tiene la misma sensibilidad ante el sufrimiento del hombre que el de la mujer", sostiene el psiquiatra, que lamenta que los problemas específicos de los hombres, como el fracaso escolar, no entren en la conversación pública ni sean objetos de programas de abordaje específicos.
El psicólogo reafirma esta realidad. "No existe ninguna estrategia de prevención que contemple medidas específicas dirigidas a los hombres, a nivel nacional, regional o local".
Guerrero forma parte del grupo motor que ha reunido el Ministerio de Sanidad de cara a elaborar el Plan Nacional de Actuaciones contra el Suicidio 2025-2027 y tiene claro que el abordaje del suicidio en los hombres es fundamental.
Por eso llama a "despolitizar el suicidio". Es la única manera de "mantener el foco en lo esencial: salvar vidas, aliviar el sufrimiento y prevenir muertes evitables".
En España existen líneas telefónicas de ayuda como el 024, el Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o el Teléfono Contra el Suicidio (911 385 385), así como diversas páginas web con recursos y guías de ayuda, como Papageno y la Confederación Salud Mental España.