
Una cena ligera y rápida
Solo 3 ingredientes y en 5 minutos: la cena de las abuelas gallegas que es todo antioxidantes y proteínas
Una receta facilísima de hacer que puede hacerse incluso con sobras de verduras.
Más información: Ni pescado ni verdura: la receta de las abuelas sevillanas con 25 veces más hierro que la ternera y desconocida en España
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Contaba el célebre escritor gallego Álvaro Cunqueiro en su libro Cocina gallega que, la mejor forma de comer los grelos no es ni en caldo gallego ni en cocido. El autor de Merlín e familia explica que si se saltean los grelos ya cocidos con aceite o manteca de cerdo y unos ajos se puede conseguir un manjar cuya receta completa os dejaremos a continuación.
Estos grelos "al ajillo" se preparan con las hojas o con los grelos enteros cocidos, que pueden ser, perfectamente, unos grelos en conserva o los que hayan sobrado de un cocido o del lacón con grelos tan popular en las mesas gallegas durante estos días de Carnaval. Aunque es menos habitual, a mí me encanta preparar la receta solo con los tallos y es una forma deliciosa de aprovechar los que no se utilizan para preparar el caldo gallego.
Yo acostumbro a blanquear los tallos escaldándolos durante un par de minutos en agua hirviendo y pasándolos, inmediatamente después, a un bol de agua con hielo para cortar la cocción. Una vez fríos, los congelo y así los tengo listos para usarlos cuando se me antojan. El uso de estos tallos de grelos -que también podrían ser de nabizas- es similar al de los espárragos trigueros, pueden usarse para todo tipo de salteados y revueltos e, incluso, para platos de pasta y arroz.
Pueden cocinarse sin descongelar y no es necesario cocerlos en agua, pues al ser tan finos, basta con saltearlos en una sartén con un poco de aceite hasta que tenga el punto de cocción que más le guste a cada uno, a quien los prefiere más blanditos y quien disfruta más de ellos si los deja "al dente" con un poco más de mordida, en cualquier caso, se preparan muy rápido y están llenos de nutrientes que se preservan más cuanto menor sea el tiempo de cocción.
Una cena saludable con pocos ingredientes
Un plato de grelos al ajillo con un par de huevos fritos encima para romperlos sobre la verdura y que la yema se mezcle con ella es una cena tan deliciosa como saludable con la que, una vez más, queda demostrado que las verduras desempeñan un papel importante para que las cenas no sean una rutina y acabemos preparando siempre lo mismo.
Esta receta de grelos al ajillo con huevos rotos es una opción nutritiva y equilibrada en la que se combinan verduras de hoja verde con proteínas de alta calidad. Los grelos son una fuente excelente de fibra, vitaminas y minerales, destacando su alto contenido en vitaminas A y C -una ración de grelos aporta un 200 % y un 135 %, respectivamente, de la cantidad diaria recomendada de estas vitaminas-, folatos y calcio. Además, poseen compuestos antioxidantes que contribuyen a la protección celular y al fortalecimiento del sistema inmunológico. Su contenido en fibra favorece el tránsito intestinal y ayuda a mantener niveles saludables de colesterol y glucosa en sangre.
Por otro lado, los huevos aportan proteínas de alto valor biológico, esenciales para la reparación y el mantenimiento de los tejidos musculares. También son ricos en colina, un nutriente clave para la función cerebral y la salud del hígado. Las grasas saludables presentes en la yema, junto con su aporte de vitaminas A, D, E y K, ayudan a la absorción de otros nutrientes y favorecen el buen funcionamiento del organismo.
El ajo y el aceite de oliva virgen extra, además de potenciar el sabor de la receta, tienen importantes propiedades saludables. El ajo es conocido por sus efectos antibacterianos, antifúngicos y cardiovasculares, ya que puede ayudar a regular la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea. Por su parte, el aceite de oliva virgen extra es rico en ácidos grasos monoinsaturados y antioxidantes, beneficiosos para la salud del corazón y la prevención de enfermedades inflamatorias.
Ingredientes para hacer grelos al ajillo con huevos rotos
- Grelos cocidos (de bote o de sobras de cocido o lacón con grelos), 400 g
- Huevos, 4 ud
- Ajo, 4 dientes
- Aceite de oliva virgen extra, 2 o 3 cucharadas
- Sal, al gusto
Paso 1
Pelamos los ajos y los cortamos en láminas finas.
Paso 2
En una sartén grande, calentamos el aceite de oliva virgen extra a fuego medio y añadimos los ajos laminados. Los doramos con cuidado, sin quitarles ojo de encima, para evitar que se quemen, pues se volverían amargos.
Paso 3
Escurrimos bien los grelos para eliminar la mayor parte de líquido posible y los incorporamos a la sartén con los ajos ya dorados. Salteamos durante unos minutos, removiendo para que absorban bien el sabor del ajo y el aceite, hasta que se calienten. Añadimos sal al gusto, mezclamos bien y reservamos.
Paso 4
En otra sartén, calentamos un poco de aceite de oliva y freímos los huevos como tengamos costumbre, hay quien los prefiere con puntilla crujiente y hay quien los prefiere más blanquitos. Salamos al gusto. Si se busca una receta con muy pocas calorías, también se podrían cocinar los huevos a la plancha o, incluso, se podrían hacer huevos poché.
Paso 5
Colocamos los huevos fritos sobre los grelos salteados y, con la ayuda de una cuchara o un tenedor, los rompemos ligeramente para que la yema se mezcle con el resto de los ingredientes.
Paso 6
Servimos inmediatamente. A mí me gusta acompañarlo de una rebanada de pan de pueblo tostado.
Otras recetas parecidas que se pueden hacer rápido si no encuentras grelos
En Galicia pueden encontrarse grelos frescos en cualquier sitio en el que vendan verduras cuando están en temporada, fuera de temporada o fuera de Galicia, los grelos se pueden encontrar envasados en algunos supermercados. Pero, si no se encuentran, se pueden hacer recetas muy similares en cuanto a sencillez y valores nutricionales como las que os propongo a continuación:
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Espinacas salteadas con ajo y huevo poché. Salteamos espinacas frescas con ajo, sal al gusto y un poco de aceite de oliva. Cocinamos un huevo poché en agua con un chorrito de vinagre para que la clara no se desparrame y lo colocamos sobre las espinacas. Rompemos el huevo para que la yema se mezcle con las verduras.
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Revuelto de champiñones y espárragos. Salteamos champiñones laminados y espárragos troceados con ajo, sal al gusto y aceite de oliva. Añadimos huevos batidos salpimentados y removemos hasta que cuajen ligeramente para que el revuelto quede cremoso. Podemos servir con una pizca de pimienta negra y queso rallado.
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Acelgas al ajillo con huevo a la plancha. Cocemos acelgas en agua con sal, las escurrimos bien y las salteamos con ajo y una pizca de pimentón. Servimos con un huevo frito, a la plancha o poché encima para tener otra versión similar a la de la receta propuesta en este artículo.
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Coliflor salteada con cúrcuma y huevo revuelto. Cocinamos coliflor al vapor y la salteamos con ajo, sal y pimienta al gusto, cúrcuma y un poco de aceite. Incorporamos un huevo batido y removemos hasta que se integre con la coliflor. La combinación de cúrcuma y pimienta permite aprovechar mejor los compuestos antiinflamatorios de la cúrcuma.
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Calabacín a la plancha con huevo y queso feta. Cortamos calabacín en rodajas ni muy finas ni muy gruesas y lo asamos en la sartén con un poco de aceite, sal y pimienta. Servimos con un huevo a la plancha y un poco de queso feta desmenuzado por encima.