Las prostitutas que se salvaron de la trata gracias a la costura
- Apramp y el diseñador Manuel Fernández presentan hoy una colección de ropa confeccionada por víctimas de trata.
- La asociación ofrece trabajo a las prostitutas en un taller para rescatarlas de las mafias.
Hoy es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, y para concienciar sobre esta agresión a los derechos humanos –y también para inyectar esperanza a las casi dos millones de víctimas que hay en el mundo-, el diseñador Manuel Fernández se ha asociado con la ONG Apramp para presentar una colección de ropa que ha sido confeccionada íntegramente por mujeres que están en proceso de inserción tras haber sido víctimas de trata. Cada prenda es única, cada una tiene su propio sello. El proyecto, llamado Pespuntes de Libertad y perteneciente al Fashion Art Institute, lucirá hoy en el hospital de Maudes de Madrid a partir de las 12:30 h.
El desfile es puramente solidario: el fin es apoyar a las víctimas, darles una oportunidad de rehacer su vida. La intervención es urgente porque la magnitud y la “rentabilidad” de la trata sólo es equiparable al tráfico de drogas y de armas. La propuesta de Apramp es rescatar a mujeres de la calle, donde ejercen la prostitución obligadas por mafias, y ofrecerles una alternativa: un taller de costura donde aprender de hilos y puntadas y trabajar para ser autónomas.
Esta asociación previene, reinserta y atiende a la mujer prostituida y lleva más de 25 años apoyando a las explotadas sexuales. Su misión es lograr “la libertad y recuperación física y social” de las chicas, que cuentan que fueron obligadas a hacer entre 20 y 30 servicios diarios en la calle, los polígonos, las casas y los clubs. Siete días por semana, 24 horas. Llegaron a generar más de 600 euros al día pero nunca cobraron nada.
Equipo de rescate
Rocío Nieto, la directora de Apram, explicó a este periódico en este reportaje que trabajan en coordinación con los cuerpos de seguridad del Estado y otros organismos públicos. Su “equipo de rescate” está formado por 13 supervivientes de la trata. “Son mujeres encargadas de acercarse a otras que están siendo prostituidas, una situación en las que estaban las primeras hace años. Conocen el idioma y la cultura de los países de origen por lo que es más fácil establecer el primer contacto para ganarse su confianza”, analizó Nieto.
Cuentan que atienden a más de 200 prostitutas al día de la Comunidad de Madrid. A partir de un mapa, van localizando a las víctimas y acuden a verlas para charlar con ellas hasta la extenuación, en diferentes ocasiones, para poder convencerlas de que deben pedir auxilio. Tienen que salir de la presión que les ejercen los proxenetas. A veces el rescate se complica porque las organizaciones criminales articulan rotación de mujeres: cada mes, aproximadamente, se las llevan de un lugar a otro. Las cambian de lugar de trabajo y a veces de provincia. Es sencillo perder su rastro.
Para las que piden ayuda vía telefónica, primero buscan un piso de acogida y después llega la atención básica: no sólo basta con asesorarlas jurídicamente, sino que “la intervención debe ser social, de acogida y de darle, sobre todo, alternativa de trabajo”. En el taller de costura trabajan 8 horas y cobran 850 euros al mes. Empiezan a fortalecerse, a recuperar el amor propio, a ahuyentar el pánico. Empiezan a ser libres. Ahora, gracias a proyectos como éste liderado por Manuel Fernández, la asociación puede seguir creando un flujo de trabajo continuado en sus talleres. Esos puestos de trabajo no son sólo eso: sino el camino para la reinserción total de las víctimas.