Scariolo: “Sáez ha sido mucho más importante de lo que parece"
EL ESPAÑOL habla con el seleccionador nacional de baloncesto unos meses antes de afrontar su segundo desafío olímpico en Río.
14 marzo, 2016 02:07Noticias relacionadas
Si usted piensa que por ser seleccionador uno sólo trabaja cuando hay competición internacional de por medio, está muy equivocado. Sergio Scariolo (Brescia, Italia, 1961) también tiene la agenda a rebosar el resto del año. Entre charlas, clínics, entregas de premios y viajes a Estados Unidos para comprobar de primera mano el estado de los NBA españoles, el técnico ve tres partidos diarios de baloncesto de media. Aunque echa de menos el día a día de la cancha, le sobra menos tiempo que antaño. Y para más inri, tiene que convivir con tanto trajín arrastrando una lesión en el tobillo. Aun así, acorta uno de sus pocos descansos para atender a EL ESPAÑOL en Logroño, una de sus últimas paradas.
¿Está tan seguro como el resto de que el núcleo duro de nuestra generación dorada irá a Río?
Tendré que tomar decisiones, y los jugadores también, siempre en función del equipo. Habrá que sobreponer el cariño a muchos de ellos a la lógica de la eficacia. A la vez, estoy convencido de que ellos se sentirán bien para poder estar y, si no, serán los primeros que considerarán que no ayudarían al equipo.
La generación del 80 ha sido fundamental para el baloncesto español, ha marcado un antes y un después, pero en el último EuroBasket sólo había dos miembros de la misma (Pau Gasol y Felipe Reyes). Hay un componente afectivo hacia este grupo que no se puede borrar, no sólo por mi parte, sino por la de todos los deportistas y aficionados al deporte en España, que tienen que estarles agradecidos. Han afectado positivamente al deporte español: su ambición, su autoexigencia, su mirar más arriba de lo que estaban acostumbrados los deportistas de élite españoles...
¿A Marc Gasol se le esperará hasta las últimas consecuencias, como pasó con Garbajosa en 2007?
Veremos, no hay que apresurarse con los plazos. La pelota está en los pies de Marc (risas). Esperemos que pueda estar bien, porque lo fundamental siempre es la salud de los jugadores. A partir de ahí, él tendrá que hacer unas cuantas consideraciones (a nivel de su club y demás). Yo le considero un jugador fundamental y creo que la prioridad a la hora de tomar una decisión tiene que ser su salud.
¿Le preocupan las lesiones? Además de Marc, están renqueantes Rudy, Navarro, Reyes y los Sergios también han tenido sus problemas… Incluso usted está lesionado ahora mismo.
Me preocuparían si estuviésemos en mayo o en junio. Durante una temporada tan dura y llena de compromisos, sin casi descanso, lamentablemente las lesiones están a la orden del día. Espero que se vayan recuperando todos y que el marrón lo tenga yo (risas), que no me lo pongan más fácil para decidir por un problema físico.
Se dice que Ibaka tiene muchas opciones de sustituir a Marc si finalmente es baja. ¿Eso significa que las rencillas de Londres ya son agua pasada?
No ha habido ninguna rencilla. Dentro de la dinámica de un equipo, hay momentos en los que un jugador cree que puede jugar más y tener más protagonismo. Al entrenador le toca otorgar responsabilidad, roles y minutos. Es obvio que jugadores como Ibaka o Mirotic pueden tener un determinado protagonismo en sus clubs. Pero en la selección, gracias a Dios, tenemos a tres jugadores interiores como Marc, Pau y Felipe que merecen, por el rendimiento que ofrecen, tener un papel importante también. Los minutos son 80 en dos posiciones y no hay más.
He hablado bastantes veces con Serge y cualquier tipo de decisión se tomará teniendo en cuenta muchos factores que no son necesariamente el talento. No creo que obligatoriamente tenga que tener relación con la ausencia de Marc, esperemos que no sea así. Ya veremos más adelante quién puede estar y quién no. Este es un equipo que ha funcionado siempre cuando tenía una buena química y no lo ha hecho cuando no la ha tenido. La capacidad de conformar un equipo cohesionado, humilde, con capacidad de poner el propio ego detrás del bien del colectivo, va a ser un factor decisivo.
¿Ve factible que Ibaka y Mirotic puedan jugar juntos en la selección algún día?
Es una cuestión política. Desde luego, lo veo menos factible dada la situación actual, en la que me parece que no es el problema que más quita el sueño al baloncesto internacional, centrado en su supervivencia e identidad. Eso viene por delante de cualquier otra cosa.
¿Es contraproducente pensar en la tercera final olímpica consecutiva contra Estados Unidos antes de tiempo?
Es estúpido. Los que saben de esto son conscientes de que todo empieza de cero. Además, hay muchísima competencia, y para poder llegar a la final hay que hacer tantas cosas bien y tener un poquito de suerte con las lesiones… Está todo tan lejos que, en este momento, estaría fuera de lugar hacer una proyección.
Además de USA, ¿a qué equipos teme más en los Juegos Olímpicos?
Hay una serie de equipos perfectamente acreditados para ganar una medalla, que es el objetivo de cualquiera. Aparte de Estados Unidos, que tiene que ir a ganar porque por definición es el equipo más fuerte con diferencia y sólo puede perder el oro, están Serbia y Francia. También Lituania, Brasil, Argentina, Canadá, nosotros, Grecia e Italia si se clasifican… Hay una competencia brutal, extremadamente armada y con el aliciente de los Juegos, a los que normalmente quieren ir todos. La ventaja que tenemos en España con respecto al alto nivel de compromiso de nuestros jugadores se anula un poquito por eso.
[Nota del autor: días después de realizarse esta entrevista, se conoció que España se medirá a Argentina, Lituania, Nigeria, Brasil y uno de los clasificados vía Preolímpico en la primera fase de Río].
Se lleva hablando de fin de ciclo de la selección española desde hace casi seis años, pero el equipo sigue consiguiendo títulos. ¿Cuándo llegarán las vacas flacas?
Ojalá lo más tarde posible. Como le decía, sólo dos jugadores de la generación del 80 ganaron el pasado EuroBasket. Eso significa que hay algo alrededor, gente para poder seguir compitiendo. Otra cosa es pensar que el futuro sea algo parecido a lo que ha sido. Eso sería engañarnos claramente. Si hacemos las cosas bien en todos los estamentos, desde la Federación (que lo ha hecho muy bien estos años) al equipo, obviamente hay posibilidades de seguir compitiendo para luchar por las medallas.
¿Qué pierde la FEB sin José Luis Sáez?
Espero que pierda lo menos posible. Creo que la tarea de su sucesor va a ser extremadamente complicada. A veces la comparo a la tarea del que tendrá que venir después de Gregg Popovich en San Antonio Spurs. Le pese a quien le pese, Pepe ha sido un personaje importantísimo, mucho más de lo que parece desde fuera. Su capacidad de mantener unido al grupo y el nivel de compromiso alto hace que yo le otorgue una responsabilidad muy importante en los éxitos de estos años. Al margen de las cuestiones comerciales, institucionales, políticas… Yo sólo entro en la faceta deportiva. La decisión que ha tomado de dar un paso atrás le dará cancha a otro y espero que ese otro pueda acercarse a lo que ha conseguido.
¿Quizá se le ha crucificado injustamente?
Bueno, en este tipo de situaciones hay rencores, envidias, un deseo legítimo de transparencia… Hay muchos factores que pueden intervenir. Una institución tiene que pronunciarse, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), y creo que cualquier conclusión sería apresurada hasta que no lo haga. Yo no me pongo como juez de nada.
¿Seguirá al frente de la selección masculina se lo pida quien se lo pida?
Hay una serie de temas importantes que habrá que hablar. Espero poder hacerlo (no tengo la seguridad) antes de tener que tomar decisiones sobre mi futuro. Los plazos electorales son un poco adelantados y es posible que tenga que tomar una decisión antes de que haya un nuevo presidente. En este caso, no podrá ser otra que darle prioridad a las oportunidades profesionales que creo que habrá encima de la mesa.
Si hay la posibilidad de incluir la selección en este abanico de opciones, obviamente, yo he estado muy contento estos años. Decidí dejar el equipo después de cuatro años porque creía que compaginar club y equipo nacional se había hecho muy pesado, sobre todo a nivel familiar. Ahora he vuelto con entusiasmo, he vuelto a ganar, tenemos unos Juegos Olímpicos… La ilusión está en el presente. Yo no soy nadie para poner mi posición personal por encima de la concentración en hacer bien lo que tenemos entre manos. Gracias a Dios, opciones no me faltarán, así que ya veremos más adelante.
Vicente Del Bosque comentó que tiene claro quién le gustaría que le sustituyera al frente de la selección de fútbol. ¿A usted le pasa lo mismo?
No. Un entrenador, en el momento en el que abandona un cargo, tiene que dejar una libertad no sólo en lo que se hace, sino también en lo que se dice. Tengo mucho cariño y amistad con Vicente, esto no es una crítica a su forma de ver las cosas. Yo también puedo tener ideas, pero desde luego no las comentaría a menos que me lo pidieran. Uno tiene que saber que, si da un paso atrás, luego la Federación tiene que ser libre para tomar sus decisiones.
Raúl López, uno de sus jugadores fetiche, anunció su retirada hace unos días. ¿Cree que seguiría en este grupo de no haber sido por las lesiones?
Desde luego. En cuanto he podido, siempre le he llamado. Incluso una vez estaba ya en Rusia de pretemporada y le hicimos volver porque se lesionó Calderón en la preparación. Raúl es un grandísimo jugador, una persona especial, y lamentablemente las lesiones le han impedido estar más años con nosotros que otros compañeros suyos y ganar más títulos. Su forma de jugar, desde luego, ha marcado una época de alguna manera. Le tengo mucho cariño y admiración.
¿La canasta ganadora de Sergio Llull en Valencia le da la razón a usted tanto tiempo después de otorgarle el último tiro ante Turquía?
Esto es extrapolar las cosas de su contexto, pero si tu trabajo es ver más que los demás, el hecho de reconocer carácter, personalidad en un chaval para poderse jugar una última posesión casi entra dentro del sueldo. Sergi, no sólo en este último tiro sino en otras ocasiones, ha tenido valentía, responsabilidad y acierto. En el caso de Turquía, también la hubiese tenido si hubiesen pitado esa falta que no pitó el árbitro. Ha pasado tiempo de esto y tampoco hay que volverse loco.
Por último, ¿se ve metido en el mundo de la canasta 50 años, como su colega Aíto García Reneses?
Le tengo mucho respeto y le admiro, sobre todo por mantenerse con un nivel de actualización muy alto. A partir de ahí, yo casi he nacido con el baloncesto. Me cuesta verme en otro contexto. ¿En qué rol, en qué función, hasta cuándo? Es imposible decirlo. El juego en sí me encanta como el primer día y esa es mi gasolina. No hay cosa que me divierta más que un buen partido de baloncesto y verlo con los ojos de alguien que quiere salir de ese encuentro con alguna información, curiosidad, dato, ideas nuevas… No verlo en el sofá pasivamente, sino de manera formativa, para sacar algún análisis.