Por primera vez en su carrera, Novak Djokovic se enfrenta a una lesión que le obligará a parar durante más de cinco meses. El miércoles a mediodía, el serbio anunció que no volverá a jugar más en toda la temporada como consecuencia de los problemas que lleva año y medio arrastrando en su codo derecho, los mismos que le forzaron a retirarse de su partido de cuartos de final de Wimbledon contra Tomas Berdych hace unos días. Así, el campeón de 12 grandes renuncia al resto del año (el Abierto de los Estados Unidos, cuatro Masters 1000, la Copa de Maestros, las semifinales de la Copa Davis…) y se marca 2018 como punto de retorno, al que llegará fuera del top-10 (sobre el número 15 del mundo, en función de los resultados de sus rivales) y con casi todo por sumar tras un discreto 2017.
“Todos los médicos que he consultado y todos los especialistas que he visitado han considerado que esta lesión requiere reposo”, explicó el número cuatro del mundo a través de una emisión en directo realizada en su página de Facebook. “Haré lo que sea necesario para recuperarme. Utilizaré este tiempo para fortalecer mi cuerpo y para mejorar algunos aspectos de mi tenis que no he sido capaz de trabajar en los últimos años, debido al exigente calendario que he tenido”, prosiguió el serbio, que descartó el quirófano en todo momento. “Cinco meses pueden parecer muchos, pero estoy seguro de que pasarán rápido porque hay muchas cosas que quiero hacer”.
En los últimos 15 años, Djokovic ha jugado 1146 partidos y no se ha perdido ni un solo Grand Slam (51 consecutivos). Esa fuerte carga de encuentros ha terminado provocando algo irremediable: tras jugar libre de lesiones durante todo ese tiempo, el serbio lleva más de una temporada y media peleando contra el dolor en su codo derecho, que antes le limitaba a la hora de sacar y ahora también le molesta al golpear la derecha.
“Mi codo está dañado debido a todo el desgaste que he sufrido”, reconoció Djokovic. “Este tipo de lesiones son muy comunes en el deporte profesional, pero estoy orgulloso de no haber fallado a un gran torneo durante la última década. He llegado a las rondas finales de los mejores torneos, y jugando siempre al más alto nivel”, continuó el serbio. “Esa etapa ha llegado a su fin. Mi cuerpo tiene sus límites y tengo que respetarlos, estando agradecido por todo lo que he logrado hasta ahora”, insistió. “Al principio de mi carrera me enfrenté a varios problemas de salud, pero con paciencia y dedicación encontré una solución. De esa forma quiero encarar ahora esta situación. Estoy seguro de que volveré más fuerte”.
A los 30 años, la decisión de Djokovic recuerda inevitablemente a la que tomó Roger Federer en 2016, cuando después de caer en semifinales de Wimbledon anunció que se alejaba de las pistas para recuperarse de sus problemas en la rodilla y regresó en enero como un tiro, ganando cinco torneos (Abierto de Australia, Indian Wells, Miami, Halle y Wimbledon) y colocándose en posición de luchar por terminar como número uno el año.
“Lo más importante para mí es recuperarme, poder jugar sin lesiones durante el mayor tiempo posible”, dijo el serbio, que aseguró que Andre Agassi seguirá acompañándole en el banquillo en 2018. “Por supuesto que quiero volver a mi mejor nivel para ganar de nuevo, para ganar títulos, pero ahora no es el momento de hablar de eso”, añadió. “En este momento, solo estoy centrando en la recuperación”.
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