Con toda seguridad, el lunes 15 de enero el tiempo se detendrá en la República Dominicana cuando Víctor Estrella Burgos (Santiago de los Caballeros, República Dominicana; 1980) se enfrente a Rafael Nadal en la primera ronda del Abierto de Australia. El número 81 del mundo, ahora mismo el segundo jugador más veterano del top-100 (el croata Ivo Karlovic tiene 38), tiene estatus de persona importante en su país porque hasta su irrupción en el circuito nadie había llegado tan lejos en el mundo del tenis.
Estrella Burgos, que ha acumulado varios récords con la llegada de la madurez (único dominicano en ganarse un hueco entre los 100 primeros o tres veces campeón del torneo de Quito), se mide al campeón de 16 grandes en el cruce más exigente de toda su carrera, aunque lo afronta con ambición y esperanzas.
Este curso cumplirá 38 años, ¿cómo ha sido su pretemporada?
Ha sido una pretemporada bastante buena, muy larga. Acabé 2017 pronto y el 15 de noviembre ya estaba entrenando de nuevo. He trabajado mucho el físico. Tengo que estar muy bien para evitar las lesiones, algo que he ido cuidando en mi carrera. Tengo 37 años y no puedo despistarme porque cualquier lesión me saca del circuito. Sé que ese aspecto es muy importante para este año nuevo.
¿Piensa en la retirada?
No pienso mucho en mi futuro. Vivo el presente, a corto plazo. Soy un jugador bajito, con poca estatura y tengo que exigirle mucho a mi físico, pero estoy bien, manteniendo el ranking y jugando los torneos que me toca. Ya pensaré en el día de mañana cuando toque. Tengo claro que quiero abrir una academia y tratar de impulsar el tenis en la República Dominicana.
Ningún jugador de su país había roto la barrera de los 100 mejores. ¿Su caso es un milagro?
Bueno… Lo que está pasando con el tenis dominicano es algo positivo. Hay muchos jóvenes que quieren seguir mis pasos. Hemos pasado de no tener ningún jugador con ranking a contar con tres o cuatro. Lo veo muy bueno, aunque no haya una gran cantidad de tenistas. Vamos sumando, que es lo importante. Hay muchos interés por parte de los jóvenes y también de los padres.
¿Tienen apoyos para salir adelante?
Hay muy pocas inversiones, todos salimos de clubes deportivos. Se debería trabajar un poco mejor. Lamentablemente, no puedo detener mi carrera y contarle a algunos de los entrenadores que están allí mis experiencias en el circuito. En la República Dominicana contamos con buenas instalaciones, aunque tendrían que haber más pistas públicas. También tenemos otras cosas muy buenas. Por ejemplo, el dominicano es de constitución atlética por naturaleza. Debemos mejorar la base de entrenamientos, y eso es lo que aspiro a hacer en un futuro. Que no haya un Víctor Estrella, que haya 10.
“Nunca te rindas”, dice el lema que usted tiene en Santiago de los Caballeros con los suyos.
Creo mucho en Dios. Cuando ponemos las cosas en su mano todo es posible. Han venido momentos muy duros en mi carrera, incluso he tenido etapas de no sentirme bien y pensar en dejarlo. Entonces, me meto en la pista, me pongo a pegarle a la pelota y todo cambia poco a poco. Me quedan cosas por hacer en el mundo del tenis.
¿Por qué volvió a jugar al tenis a los 26 años cuando no tenía ni un solo punto en la clasificación?
Son cosas que ni yo me explico. Mi sueño era ser top-100. Tuve muchos años irregulares porque no tenía el poder económico para poder viajar por el circuito. Sinceramente, es muy triste que me ocurriera eso. Entendía que tenía las cualidades para poder meterme antes arriba, pero nunca es tarde. Cumpliendo los 26 decidí empezar a entrenar de la nada. Me fui a Estados Unidos jugar torneos Futures y… con 33 conseguí ser top-100 por primera vez. Es algo que me supo muy bien. Lo disfrute más. Cuando algo te cuesta mucho luego lo saboreas de una forma distinta.
Este lunes debuta contra Rafael Nadal en el Abierto de Australia.
Jugar contra Nadal es uno de los retos más importantes de mi carrera. Me motiva mucho. Enfrentarme al número uno del mundo en Australia es una motivación extra. Sé que es un partido durísimo, que es uno de mis mayores desafíos, pero intentaré salir a la pista, jugar mi tenis y disfrutarlo. Creo que puedo ganar. Nada en el tenis es imposible, no creo que sea imposible.
Antes de enfrentarse en octavos de Wimbledon 2017, Gilles Muller dijo en una entrevista con este periódico que si pudiese le robaría a Nadal sus piernas.
A Nadal se lo quitaría todo. Su juego entero…
Un solo golpe.
Su derecha. Tiene una derecha increíble. Si pudiera quitarle esa derecha y ponerla en mi revés sería espectacular, pero no podrá ser. Normalmente, no me paro a pensar en la táctica ni me siento a analizar los vídeos de otros jugadores, pero a Nadal lo he visto tantas veces jugar en la televisión que sé más o menos lo que debo hacer. Aunque lo más importante no son los momentos en los que Rafa falle, son los momentos en los que yo pueda hacer mi juego.
Se medirán en la Rod Laver Arena y en la sesión nocturna, le va a ver mucha gente en el mundo entero. Defínase en tres adjetivos para los que no le hayan visto jugar antes.
Batallador, agresivo y perseverante.
Sea valiente y haga una promesa. Si consigue ganarle a Nadal...
Si le gano a Nadal me quito toda la ropa en la pista, salvo los pantalones. Me quito la camiseta, los calcetines y las zapatillas. Vuelvo al vestuario únicamente con los pantalones. Y le digo algo, yo cumplo mis promesas.
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