Esto no es una amenaza, esto es toda una realidad.
A los 21 años, Alexander Zverev jugará este domingo la final del Masters 1000 de Roma (quinta de su carrera) contra Rafael Nadal después de derrotar 7-6 y 7-5 a Marin Cilic, convirtiéndose en el primer tenista de 2018 que alcanza las 30 victorias y encadenando las 13 últimas de forma consecutiva, una racha que le ha servido para proclamarse campeón de Múnich y Madrid. El estado de forma del número tres sobre arcilla subraya su condición de heredero natural del trono del circuito, pero también apunta directamente a Dominic Thiem, el jugador llamado a tomar el testigo de Nadal en arcilla. Las cuentas son claras: aunque el austríaco tiene mejores números en polvo de ladrillo (99 triunfos por 34 derrotas y siete títulos) que Zverev (54-22 y cuatro trofeos), aunque le ha arañado tres triunfos al rey de la tierra (Buenos Aires 2016, Roma 2017 y Madrid 2018), el alemán ha celebrado dos Masters 1000 sobre la superficie más lenta del circuito (Roma 2017 y Madrid 2018) y está en la final de otro.
“Las diferencias no son muy grandes”, reflexionó Nadal, que domina 4-0 el cara a cara con Zverev, y que el pasado mes de abril ya le venció sobre tierra en los cuartos de la Copa Davis entre España y Alemania. “Quizás, Thiem tiene un estilo de juego más marcado en pista de tierra, pero tenerlo no te garantiza más éxito”, prosiguió el mallorquín. “Con los años veremos quién de los dos consigue más cosas en arcilla”, continuó. “Al final, lo dije en Madrid. Cuando uno ha perdido no quiere hacer ninguna declaración que suene un poquito fuera de tono, pero estamos en un momento diferente al de hace unos años. Antes, había unos jugadores que siempre estaban ahí y ahora hay tenistas con un potencial increíble, pero sin esa regularidad”, recordó el español. “Zverev lleva dos títulos seguidos, aquí está en otra final y con opciones de ganarla”, cerró.
“Tenemos en la retina que el año pasado Thiem fue el rival de Nadal en tierra, y eso también cuenta”, añadió Francis Roig, uno de los entrenadores del número dos. “Encima, es el único que le ha ganado a Nadal este año en arcilla, pero Zverev ha crecido mucho, es un competidor formidable y ahí están sus resultados recientes”, remarcó el técnico catalán. “Las dinámicas hacen mucho, evidentemente ayudan. Con las 13 victorias que lleva encima ha pasado por situaciones de sufrimiento, ha jugado muchos puntos largos, viene acostumbrado a los movimientos en tierra, a meter una más… ganar partidos te hace tener más decisión en los momentos importantes”, avisó Roig. “Si llegas con derrotas… vas con miedo, tienes dudas y lo ves todo más negro”.
Hasta ahora, Zverev ha sabido aprovechar mejor que ningún otro el pequeño hueco que han dejado Nadal y Roger Federer para ir sumando títulos importantes, escalar en el ranking (es el tercero de la clasificación) y ponerse en posición para intentar el relevo, condicionado a dar un salto en los torneos del Grand Slam. Irremediablemente, eso implica jugar bien en todas las superficies, sin omitir la tierra. Así, y aunque tiene percha de jugador de pista rápida (1,98m) el alemán ha sabido adaptar sus virtudes para fabricarse un camino sobre arcilla, pasar a Thiem por la derecha y poner en duda si realmente el austríaco (con todo lo necesario para triunfar en tierra) es el tenista que ocupará el lugar de Nadal.
De momento, Zverev ha empezado a abrir ventaja en esa carrera hacia lo desconocido.
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